Roberto Blanco Valdés: «El rey nos representa a todos, es un elemento de unidad y cohesión social muy importante en el Estado democrático»

La Voz

DEZA

Miguel Souto

22 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En el debate sobre la Corona, a veces, se olvida mirar hacia la Constitución y analizar el papel de la monarquía parlamentaria en la carta magna española. Este fue precisamente el tema de la conferencia con la que el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidade de Santiago de Compostela y colaborador de La Voz de Galicia, Roberto Blanco Valdés, abrió ayer el curso de la UNED en Lalín.

 En España, apunta este catedrático, «la monarquía en la Constitución no plantea problemas en el funcionamiento del Estado democrático. España es una democracia plena y absolutamente marcada por el principio democrático donde el rey es titular de un órgano del Estado, que no de un poder del Estado, es importante distinguirlo, y no ejerce funciones políticas». Su función es la de «expresar la continuidad del Estado, la unidad por encima o más allá de la lucha de partidos y eso tiene un elemento de unificación social, de cohesión social y de cohesión política muy importante».

Considera que «la monarquía cumple hoy en España un papel muy importante como elemento de cohesión política y de cohesión social». Blanco Valdés incide en el hecho de que «cuando el rey viaja al exterior nos representa a todos, cuando el rey da un discurso nos representa a todos porque es neutral y eso es muy importante porque los partidos representan a una parte de la sociedad, y en una sociedad como la española tan polarizada, más todavía, mientras que el rey nos representa a todos, es un elemento de unidad institucional y política muy importante en el Estado democrático».

Consenso

Si ahora la monarquía resulta un tema controvertido, explica Blanco Valdés, «no lo fue en tiempos». Recuerda que en los inicios de la democracia, en los años 80, «había un amplísimo consenso social respecto a la Corona y a la monarquía, y ahora, como consecuencia fundamentalmente del cambio de partidos y la entrada en escena de partidos nuevos, fundamentalmente de extrema izquierda, el tema de la jefatura de Estado y de la forma de gobierno monarquía/república ha recuperado un cierto protagonismo, creo que más entre las élites que entre la ciudadanía», donde opina que el consenso sigue siendo amplio.

Resalta el efecto negativo que tuvieron «todos los acontecimientos relacionados primero con el yerno del rey, y luego con el rey emérito, pero cree que «la actuación de Felipe VI ha favorecido mucho que eso haya dejado de estar en primer plano y creo que hay un gran consenso en torno al monarca».

En su ponencia incidió sobre el hecho de que «la monarquía es un órgano del Estado democrático que es que es el único que no es un órgano de naturaleza electiva ni realiza sus funciones a partir de un mandato popular. El Parlamento es elegido directamente, el gobierno es elegido por el Parlamento y los jueces lo que hacen es aplicar normas que aprueba el Parlamento, básicamente, con lo cual todos son órganos democráticos». La monarquía, en cambio, añade, «se provee de forma hereditaria y esto plantea un conflicto pero si uno lo ve con más calma, ve que hay muchos estados democráticos en Europa que son monarquías y son estados europeos con mayor calidad democrática. Es algo que puede parecer contradictorio, pero que no lo es».

Como ejemplo pone las monarquías de países como Suecia, Noruega o Dinamarca y «precisamente en Europa los primeros países que se democratizan son los países nórdicos y el Reino Unido que fueron aquellos donde primero se aprobó el sufragio universal y donde la monarquía no ha actuado como un muro o una dificultad o un lastre para la democracia», afirma.