La cría intervenida de potros se impone para asegurar el futuro de la Rapa das Bestas
 
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											Sabucedo protegerá del lobo 15 potras hasta que alcancen un año de vida
24 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Detrás de la mediática Rapa das Bestas de Sabucedo hay 365 días de trabajo invisible para mantener en condiciones la cabaña equina que nutre la fiesta. De ese día a día del que casi nunca se habla forma parte la protección de los nuevos potros salvajes, que serán los protagonistas de la Rapa del mañana.
No hay mayor defensor de las bestas y de su vida en libertad que la asociación Rapa das Bestas de Sabucedo. Sin embargo, a la vista de las circunstancias, el colectivo se ha visto obligado a introducir la cría vigilada e intervenida para asegurar el futuro de su cabaña equina.
Bastan un par de cifras para entender la situación. «No ano 2006, o día da Rapa baixáronse ao curro seiscentas e pico bestas. E non viñeron todas. Poderiamos estar falando de que no monte había unhas setecentas cabezas», recuerda Henrique Bazal, que entonces era presidente de la asociación Rapa das Bestas y hoy sigue siendo uno de sus más activos colaboradores. «No 2015 baixáronse duascentas e pico. O monte estaba moi mal. Non había comida. Daquela empezaron a tomarse medidas que conseguiron frear aquela sangría. Agora os montes están máis rozados e hai máis alimento. E tamén é certo que se comprou algo de cabalo porque o lobo non deixaba nada. Intervir non é o desexable nin o que nós queremos, pero non quedaba outra», comenta Bazal. «Na actualidade estaremos nas 360 cabezas, ou cerca das catrocentas», explica.
Pese a la notoria recuperación, sigue siendo necesario intervenir para que la cabaña no merme. «Hai moito lobo. Temos comprobado que moitos potros que temos fichados non volven para a Rapa seguinte», explica el portavoz de Rapa das Bestas.
Esa es la razón por la que se ha decidido criar de forma controlada a los potros que nacen en los centros de acogida en los que el colectivo recluye temporalmente a las bestas que son reincidentes en la invasión de fincas privadas. «Neste momento temos 15 e o ano pasado foron 21. O que facemos é coidalos ata a primavera e aí, xa cun aniño, reintroducímolos para que vivan xa en liberdade nos montes da zona», cuenta Henrique Bazal. «Non debería haber manexo. Vai en contra do que nós pensamos e ademais ten un custe importante en penso e cebada, pero de momento é a única forma que temos», cuenta Bazal.
 
	
				La sequía dispara las incursiones en fincas privadas y lleva a 80 bestas al cierre de O Curuto
Además de la continuidad de la cabaña, otro de los grandes problemas con el que lidia la Asociación Rapa das Bestas es el de las continuas incursiones de los animales en propiedades ajenas. Este año, la sequía del verano y del inicio del otoño, provocó falta de agua y de alimento en el monte, lo que multiplicó la entrada de bestas en cultivos ajenos.
Desde hace unos seis años el colectivo organizador de la Rapa cuenta con dos centros de acogida para retener temporalmente a las bestas reincidentes: el Peche do Curuto, de unas 80 hectáreas, y el Peche do Castelo, de unas 100. Estos dos cierres se rotan durante parte del año para asegurar el alimento. En la actualidad, el Peche do Castelo se está preparando y es el Peche do Curuto el que acoge a las bestas, que ahora mismo son unas ochenta.
Cuando un animal invade una propiedad ajena, la asociación intenta cambiarlo de zona. Si aún así vuelve a reincidir, se lleva durante dos o tres meses al centro de acogida para luego volver a reintroducirlo en el monte.
La asociación cuenta con dos personas contratadas a tiempo parcial que todos los días tienen que ocuparse de algún traslado. Es un trabajo ingente, ya que algunas reses llegan incluso hasta el parque arqueológico de Campo Lameiro. Las incursiones en otras zonas como Arca o Monte Cabalar son muy habituales. «Non damos feito», confiesan desde la Rapa.