Los salmones que remontan el Ulla caen de 100 a 10 en apenas un lustro

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

rober amado

Los datos oficiales que sustentan la veda de la especie son contundentes

16 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La veda del salmón aprobada para la próxima temporada de pesca será para A Estrada un duro golpe. Capital gallega del salmón reconocida desde hace medio siglo, A Estrada cuenta con un concurso internacional de pesca que en el 2026 cumplirá 50 años, una fiesta gastronómica muy instaurada —aunque los platos se preparen desde hace décadas con salmón foráneo o de piscifactoría— y una actividad en el río capaz de dinamizar la hostelería y el turismo local.

Sin embargo, los gloriosos tiempos en los que el salmón del Ulla se contaba por cientos se han esfumado y las cifras actuales invitan a reflexionar. Y a actuar.

Según los datos que maneja la Consellería de Medio Ambiente —que sustentan el informe que ha llevado a tomar la decisión de vedar la pesca de la especie— los salmones que remontan el Ulla cada año han pasado de 100 a 10 en apenas un lustro.

Hay dos indicadores que el departamento autonómico analiza para evaluar la salud de la población de salmón en el río Ulla: los datos de la Estación Ictiolóxica de Ximonde —que funciona de forma continua desde 1993— y los de los registros oficiales de pesca entre 1949 y 2025.

En los 32 años que la estación de Ximonde lleva controlando los peces que remontan el Ulla se aprecian tres fases. En la primera, entre los años 1993 y 1999, la media de salmones controlados por año es de 35. Entre los años 2000 y 2017 se da un repunte de la población que se refleja en una media de 173 salmones registrados al año. Sin embargo, entre los años 2018 y 2024 la media de salmones vuelve a descender, situándose en 110 individuos. No obstante, lo más preocupantes es el acusado descenso detectado en el 2023, cuando tras casi veinte años con más de 100 salmones contabilizados por año en la estación de Ximonde, no llegaron a recontarse ni siquiera 40. Ese escaso número de salmones se confirmó en el 2024 y para el 2025 las perspectivas son aciagas, ya que con los datos de principios de noviembre se estima que la estación de control de Ximonde solo registrará este año el paso de una decena de ejemplares.

Lógicamente, el control de los esguines que descienden por el Ulla ofrece resultados similares. Los informes del centro ictiológico de Ximonde muestran una reducción significativa del número de ejemplares en esta fase vital, «acadando valores que fan presaxiar retornos pobres cando menos ata dentro de varios anos».

El otro indicador que se utiliza para conocer la evolución de la población del salmón en el Ulla es el número de capturas mediante la pesca recreativa, ya que desde 1949 es obligatorio declarar todas las capturas en los ríos españoles.

En el río Ulla, entre los años 1950 y 1980 se registraron más de 100 o 200 salmones pescados al año, según la década. En los años noventa la captura media descendió hasta los siete salmones al año, registrándose además diversos años sin capturas. A partir del año 2000 la situación se recuperó un poco, con 26 y 28 salmones de media en los primeros veinte años del siglo XXI, pero volvió a empeorar en el siguiente lustro. A partir del 2020 la media fue de solo cinco salmones al año y en el 2025 la temporada de pesca terminó sin una sola captura registrada, algo que no sucedía desde 1999.

A la vista de estos datos y tras analizar también la evolución de las poblaciones de salmón de otros ríos gallegos y del norte de España, los expertos consideran que el descenso detectado pone en riesgo la especie y esa es la causa por la que se ha acordado la veda en todos los ríos gallegos para la temporada del 2026. El objetivo es «tratar de optimizar as condicións de supervivencia ata o momento da reprodución dos adultos de retorno».

La veda del reo en Ximonde, vital para evitar la pesca accidental del pez rey en el coto

En el caso del río Ulla, debido al efecto de retención que provoca la presa de Ximonde sobre los salmones, los expertos propusieron también la veda para el resto de las especies piscícolas. Tanto en el coto de Ximonde como en el de Santeles no se podrá capturar ninguna especie la próxima temporada de pesca.

Los pescadores han criticado duramente esta medida, indicando que la pesca del reo en estas zonas podría de alguna manera compensar la prohibición de practicar la del salmón y augurando que el cierre de estos cotos podría incluso llegar a alentar el furtivismo, al quedar las zonas menos vigiladas.

Acción estratégica

El informe en el que se sustenta la veda del salmón, en cambio, es tajante también a este respecto, indicando que la pesca accidental podría ser muy perjudicial para los salmones que retornen al Ulla. Los expertos consideran la veda del reo —y de todas las demás especies— «estratéxica» para la protección del salmón.

74 kilómetros de tramo

«A escasa lonxitude do tramo afectado, de case 3 quilómetros, non debería supoñer un efecto importante sobre a pesca do reo tendo en conta os 74 quilómetros de lonxitude do tramo fluvial principal», dicen. «Cómpre destacar que esta decisión se adopta co único interese de protexer o salmón, xa que os efectos prexudiciais que a pesca accidental exerce sobre esta especie están verificados tras 32 anos de inspección de 4.000 salmóns adultos que pasaron pola estación de Ximonde entre 1993 e 2025», explican.

Del salmón de trece kilos a los 543 ejemplares capturados en la temporada de hace 45 años

Dice el refrán que cualquier tiempo pasado fue mejor, aunque tenga tantos detractores como defensores esta teoría. Pero si hablamos de salmón y de su presencia en el Ulla sin duda que se cumple a rajatabla. Un rápido repaso a la hemeroteca de La Voz permite constatar que esa línea declinante de capturas que se agudizó en las últimas campañas está a años luz de lo que ocurría el pasado siglo. Traemos algunos ejemplos que ilustran la notable presencia del pez rey en las aguas del río que transita por tierras estradenses.

El primero nos retrotrae hasta 1956, hace casi siete décadas. Un afortunado pescador de Ferrol lograba hacerse en el Ulla con un ejemplar de categoría. Ni más ni menos que pesaba trece kilos, con una longitud de 108 centímetros y un diámetro de 55. Curiosamente no fue un desconocido quien tiró de la caña y se hizo con esa pieza de récord. Lo logró el conocido arquitecto Rodolfo Ucha Donade, con obras emblemáticas del modernismo que llevan su firma.

Un segundo ejemplo lo escogemos hace nueve lustros. En 1945 no se pescaron en el Ulla ni uno ni diez ni cien. Los aficionados lograron sacar de sus aguas ni más ni menos que 543 salmones, según el cómputo realizado por aquel entonces por el Icona. Se situó en primer lugar el coto de Sinde, con 203 ejemplares, mientras fueron 189 en Couso y 151 en Ximonde. La mejor caña, la de Jesús Carbia, que pescó 32. Cifras impensables en el páramo actual.