
La Avenida de América y Fernando Conde ofrecen un aspecto sucio y descuidado
07 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Récord de aceras estrechas. En la rúa Capitán Bernal, justo frente a la tienda Plusmarca, la acera se estrecha tanto que es complicado caminar a la par. Los peatones han de cederse el paso constantemente.
Baches convertidos en lodazales. Uno de los principales enemigos de la maltrecha Avenida de América es la lluvia, que embarra las aceras y convierte los baches que acusa el vial en auténticos lodazales.
Mucho tránsito y poco espacio. Pérez Viondi es una de las calles con más tránsito de peatones debido al emplazamiento en esta rúa del colegio público homónimo. En hora punta, las aceras se quedan pequeñas.
El precio de ser carretera nacional. Acusa una alta densidad de tráfico. Esta arteria urbana es al mismo tiempo carretera nacional. Humanizarla es complejo mientras no haya variante. foto rober amado
La milla de oro de A Estrada es la calle Calvo Sotelo. Costó lo suyo humanizarla. Hubo cierta oposición comercial y mucho debate sobre la supresión de plazas de aparcamiento. Casi trece años después nadie discute que la semipeatonalización fue buena idea. Las aceras anchas invitan al paseo, los locales comerciales tienen más y mejor presencia y los estradenses se han ido acostumbrando a buscar otras alternativas de aparcamiento. Un bajo en Calvo Sotelo vale más que antes y uno en alquiler allí cotiza más que en cualquier otra parte.
Aquella humanización de la calle Calvo Sotelo -que incluyó también a las calles Ulla y Peregrina- se fue extendiendo en años sucesivos a otras rúas del entorno que también han ido ganando enteros. Llegó a Justo Martínez en el 2004 y alcanzó Serafín Pazo en el 2007. Todas ellas, junto con Don Nicolás -que se ejecutó en el 2001 y fue la pionera- y con la zona de vinos integran el área humanizada del casco urbano estradense y coinciden con la ruta más agradable para el paseo. Fuera de este territorio, los estradenses tienen que lidiar con aceras demasiado estrechas, coches aparcados a derecha e izquierda y a veces baches convertidos en lodazales en mitad de su trayecto.
Dos grandes olvidadas
Los dos ejemplos más paradigmáticos son la Avenida de América y la de Fernando Conde. Ambas constituyen la extensión natural de la tríada constituida por Ulla, Calvo Sotelo y Peregrina.
Más arriba de la calle Peregrina, la milla de oro desemboca en una calle poco atractiva. Capitán Bernal tiene aceras estrechas que a menudo obligan a parar para ceder el paso o a adelantar invadiendo la calzada. Conectando con esta calle está la Avenida de América, una gran olvidada del callejero. La habitual falta de limpieza en esta zona se conjuga aquí con los inconvenientes de un aparcamiento público a medias. El párking de la Avenida de América se ha habilitado en un solar particular cedido al Concello. El párking -que a menudo se llena- es una buena solución para la gestión local del aparcamiento, pero la falta de acondicionamiento genera en los días de lluvia escorrentías que acaban convirtiendo la acera y los baches en lodazales.
Más abajo de la calle Ulla, la cosa no pinta mejor. Fernando Conde tiene aspecto descuidado y aceras estrechas y desniveladas. A mayores, el aparcamiento a ambos lados de la calzada genera a veces problemas de visibilidad.
En paralelo a Calvo Sotelo, hay otra calle gemela pero menos cuidada. Es la Avenida Benito Vigo. Esta arteria urbana tiene el sambenito de ser al mismo tiempo carretera nacional. Acusa una alta densidad de tráfico, con presencia habitual de vehículos pesados. Humanizarla sería un gran avance, pero parece misión imposible mientras no se construya la variante de la N-640 para sacar del casco urbano el tráfico de la nacional. Y la variante lleva décadas atascada.
Pérez Viondi, Castelao e Iryda son otras tres candidatas a la humanización. El PP las incluyó en su programa electoral -junto con la Avenida de América y Fernando Conde- como candidatas a una mejora integral. De momento no ha vuelto a saberse nada al respecto.
Aspecto descuidado. Metros abajo de Calvo Sotelo el aspecto urbano cambia radicalmente. Las aceras se estrechan y envejecen de golpe. El año pasado el Concello pagó parte de la deuda histórica con esta calle al prolongar las aceras -que llevaban años inacabadas- hasta la rotonda de las Colonias, en la salida hacia la carretera N-640. Fue un avance importante en materia estética y de seguridad vial, pero la calle sigue pidiendo un lavado de cara. foto miguel souto