Ni sí, ni no, ni todo lo contrario. Los Orzamentos de la Comunidad Autónoma para el 2025 suenan a la cantinela de siempre. Todo depende del ángulo desde el que se mire y del rigor que se aplique en su ejecución: la realidad demuestra que numerosas partidas se caen de viejas pasando de un ejercicio a otro, sin que se mueva un solo euro de inversión. Un mal endémico generalizado en todas las Administraciones. La Xunta prevé destinar a Santiago el próximo año 570,4 millones de euros en sus partidas territorializadas. Hay proyectos que vienen de atrás y que seguramente tendrán por fin luz verde de inicio de ejecución este año, como, en las infraestructuras del área metropolitana, el desdoblamiento del vial Brión-Noia, tantos años rezagado, al contrario que la autovía de A Estrada, que va viento en popa. Lo mismo pasa con equipamientos pendientes como la nueva sede del Imelga, cuya construcción podrá arrancar en Fontiñas. La parte del león entre las novedades se la lleva el proyecto del Centro de Supercomputación en A Sionlla y, en la USC, la Facultade de Farmacia tras el acuerdo de financiación con la institución académica, aparte de partidas para los centros de investigación. Los equipamientos sanitarios siguen entre las prioridades de continuidad inversora con la ampliación del Hospital Clínico y el nuevo Centro de Protonterapia, y por fin entra el de atención primaria de Conxo. Muchas son las urgencias de mejora de centros educativos, y serán atendidas las de cinco, destacando los IES Xelmírez II y Eduardo Pondal, pero sigue en el olvido la necesaria escuela de idiomas, ante la total insuficiencia de las actuales instalaciones. A la Cidade Administrativa de San Caetano no le faltará financiación para cumplir plazos como hasta ahora, así como a la senda peatonal y ciclable que recorrerá la ciudad. ¿Y la contribución de la Xunta a sufragar los gastos de la capitalidad? Seguirá siendo motivo de polémica entre Raxoi y San Caetano, pues la alcaldesa ya ha tachado de insuficiente el incremento del 10 %, hasta 2,64 millones, lejos aún de los 3,18 del año 2009. Más insuficiente, dadas las necesidades, es la previsión de vivienda pública: se echa en falta sintonía y coordinación entre ambas Administraciones en políticas que deben ser prioridad absoluta.