Quien quiera tienda que la atienda (me lo dijeron mis ancestros)

Jeanette Valiñas COMERCIANTE DE A ESTRADA

A ESTRADA

30 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Quien quiera tienda que la atienda - (me lo dijeron mis ancestros)

Esta expresión conocida por todos, y muy utilizaba aún hoy, repetida por nuestros mayores cada vez que ven una tienda cerrada, tiene su origen….¡¡¡en la Edad Media!!! Comenzó a circular en el ámbito rural y comercial, donde las personas que querían prosperar y tener un negocio debían trabajar arduamente para que funcionara. Las primeras referencias documentadas de este refrán se encuentran en textos medievales españoles, lo que sugiere que el origen remonta a los siglos XIV o XV. En esa época, y hasta la llegada del mundo online, trabajar arduamente significaba estar presente el mayor tiempo posible, esperando al cliente, que venía a la tienda a elegir entre lo que había, su objeto de deseo. Elegía entre lo que había disponible, lo que más le convenía, y generalmente se iba contento, porque no tenía la idea que habría podido obtener más, mejor o más barato en otro lugar, …..no había otro lugar.

Llegó el siglo XX y los comercios proliferan. Recuerdo mis vacaciones de infancia en una isla en Venezuela, donde las mañanas consistían en ir a la playa, y las tardes a ir a ver escaparates “a ver que había”. Y aunque había muchas tiendas la lógica de la satisfacción del deseo del cliente era la misma que en la Edad Media: recorrer todos los escaparates, ver que hay, y elegir entre lo que hay. El cliente iba a buscar su deseo allí donde estaba en venta. Tenía que moverse e ir, y conformarse con lo que había. Así que en esa época, la tienda tenía que estar abierta, el mayor tiempo posible. No había otra manera de hacer proliferar su negocio. Los dueños abrían tiendas y sucursales, más negocios físicos era equivalente a más dinero.

2010… estalla en boom de las ventas online, las plataformas con gastos de envío gratis, envíos rápidos, una multitud de escaparates virtuales sin salir de casa y devoluciones gratis. Aún hoy en día seguimos escuchando que el fracaso de los negocios es culpa de Amazon y de internet. Es el peor de los autoengaños en los que podemos caer. Yo vendo en internet, tengo mi propia tienda online y una tienda en la plataforma Amazon. Podemos luchar contra un supuesto enemigo, o sacarle provecho. No podemos ir en contra de la evolución de los hábitos de consumo, como si quisiéramos luchar contra un molino de viento, eso no es resiliencia, es ingenuidad. Pero internet no acabó con el comercio local, internet es una herramienta que nos permite realizar ventas a una población más amplia cuando vivimos en lugares pequeños, nos permite ayudar a clientes que trabajan todo el día y no tienen tiempo para comprar en horarios de apertura, nos permite dar a conocer nuestra oferta a personas que tal vez nunca habrían venido a nuestra tienda. En cuanto a Amazon, es una comodidad, comprar sin salir de casa, una solución para muchos. No es cuestión de precios, Amazon vende al mismo precio que los comercios físicos. De hecho los precios están bastante más controlados, si pones en venta un artículo a un precio mucho más elevado o más bajo que la competencia, Amazon te elimina el listing sin ni siquiera avisarte!

2023… un paso más, el que realmente cambió la lógica del deseo de los consumidores. Llegó la inteligencia artificial. Os acordáis de la Edad Media: el cliente iba a buscar su deseo en los lugares donde estaban expuestos. Bien, veamos que ocurre hoy en día. La semana pasada recibí una invitación de una empresa de marketing digital, especializados en inteligencia artificial, para trabajar con ellos. ¿Qué quieren? ¿Qué busca la inteligencia artificial hoy en día como herramienta para vender? Pues señoras y señores, quieren Psicoanalistas, que les digan cómo detectar los deseos inconscientes del cliente, es decir, ya no es ni siquiera los gustos y preferencias, quieren las claves para que el algoritmo se adelante al cliente y le muestre lo que incluso el cliente no sabe aún que está buscando, lo que no sabe aún que quiere, lo que no sabe aún que necesita. Ellos quieren que les explique las bases de la teoría de Freud, que demuestra que el inconsciente influye profundamente en nuestras decisiones sin que lo sepamos. Elegir y comprar sin ser casi ni conscientes de ello. Quieren que el algoritmo al igual que un psicoanalista, descubra lo que nuestro inconsciente oculta, y utilizarlo para mostrarnos, sin que tengamos que hacer nada, nuestro deseo. (Para los que creían que las teorías de Freud y el Psicoanálisis estaban obsoletos, ¡¡toma ya!!!)

Ahora bien, no lo lograrán, no es posible acceder a los deseos inconscientes de alguien sin hacerlo hablar. Sin embargo, lo que si lograron ya y que cambia radicalmente el modo de consumo, es que ahora el cliente no va a la búsqueda del deseo, es el deseo el que va a la búsqueda del cliente. Tal vez dentro de poco, nos despertemos en la mañana, abriremos instagram como primer gesto al abrir los ojos, y nos aparecerá algún artículo o persona con el que soñamos justo esa noche… (Es una broma, eso no es ni será posible)

Vamos a lo nuestro, a lo que nos interesa, a los emprendedores como yo que intentamos mantener en pie una tienda física en A Estrada. Hablo del comercio familiar minorista, no de la hostelería. Son dos mundos completamente diferentes. No son los mismos clientes, ni las mismas motivaciones, ni el mismo deseo.

Tenemos tiendas muy mimadas y bonitas de juguetes, libros, ropa, lencería, zapatos, lotería, flores, gafas, alimentación, decoración, vinos, productos naturales, parafarmacia, electrónica, electrodomésticos, joyas… ¿Cómo nos afecta todo esto?

Es evidente que ya no es suficiente, e incluso tal vez contraproducente, mantenernos detrás de un mostrador 8 horas al día esperando que el cliente venga. Debemos movernos nosotros, debemos llegar al cliente, los escaparates bonitos son importantes para la estética del pueblo, pero el escaparate que vende hoy en día, es el que el cliente puede visitar deslizando el dedo en su pantalla en la comodidad de su hogar. Los clientes que vienen a pedir consejo y ver que hay, aún existen, pero son demasiado pocos para sostener un negocio solo con ellos, y lamentablemente una gran parte de ellos son una generación que se nos está yendo. Sin embargo, por ellos debemos seguir luchando.

La inteligencia artificial tiene fallos: no hace comunidad, no te hace reír, no tiene buen humor, no te abraza en tiempos difíciles, no te trae un café, no te permite conversar en tiempo real, percibir gestos, guiños de ojos, no te cuida a tus hijos cuando tú no puedes, no hace familia, no hace red de apoyo. Lo único que puede hacer la diferencia para que los clientes sigan hoy en día viniendo a comprar a las tiendas de pueblo es eso: la comunidad. Tenemos que hacer comunidad.

Y en esa comunidad seremos siempre pocos, pero tal vez suficientes, a condición de ayudarnos y no de destruirnos. Seremos pocos, porque no podemos obviar un dato clínico importante: la subida sin freno del narcisismo desde hace unos años. Una gran mayoría de personas no es ni será sensible al otro nunca. Pensará en sí mismo, en su propio beneficio, y nada más. Contra eso tampoco podemos luchar. Pero quedan otras personas, y quedarán siempre.

Recuerdo el mes de enero 2018, Pintaletras tenía un mes de vida, y recibí una valoración en las reseñas de Google, una única estrella sin ningún comentario, de una persona que en la época no conocía, pero como tengo un espíritu terriblemente investigador y detectivesco, rápidamente supe que se trataba de una mujer emprendedora que regentaba un negocio en A Estrada, y que nunca había venido a Pintaletras, ni siquiera a ver el esfuerzo que había hecho en poner todo bien bonito, y poner a disposición de todos una chocolatera libre servicio para calentar los espíritus…Si nos destruimos entre nosotros mismos, destruimos a A Estrada y destruimos nuestro propio comercio. Eso no es hacer comunidad.

En cuanto a los políticos, si queréis ayudar, si realmente os importa A Estrada, convertidla en un pueblo con alicientes para las familias.

¿Quiénes pasean? ¿Quiénes salen a caminar, a recorrer las calles y a comprar? Los padres, madres, abuelos, abuelas con sus hijos y nietos. Tomad ejemplo de pueblos vecinos con parques infantiles en cada esquina, actividades culturales gratuitas para niños, atracciones gratuitas para las familias tanto en invierno como en verano, animaciones de calle, campamentos gratuitos para los niños, actividades extraescolares gratuitas para los niños empadronados en el Concello.

Dadle ganas a las familias de vivir en A Estrada. Necesitamos niños y niñas, que crecerán, votarán, saldrán a consumir en la hostelería, comprarán sus viviendas.. en un Concello lleno de vida.

Como en cualquier empresa, por pequeña o grande que sea, es indispensable pensar en las campañas del año en curso, pero también a largo plazo, en el futuro, en los que vienen después. En cuanto a la empresa de marketing les dije que no, mi conocimiento en psicoanálisis lo reservo para ayudar a mi comunidad, a la de carne y hueso. En eso soy y seré siempre una empresaria de la edad media, las que prefieren el contacto humano, las que tienen otras metas que un puro beneficio económico. Hay cosas que no se pueden cambiar. La salud mental no es un comercio.