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Raquel Mato asume el traspaso del bar Pepe de Amaro y se convierte por primera vez en empresaria tras media vida de camarera en la hostelería local
16 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Si Raquel Mato Neira (A Estrada, 1990) echase la cuenta, seguro que sumaría miles de horas tras la barra. Miles de horas sirviendo cafés, abriendo cervezas o poniendo tapas. Desviviéndose siempre por el cliente para hacerle sentirse como en su casa.
La estradense empezó a curtirse en el sector de la hostelería con 18 años. Se inició en el restaurante O Cazador de A Pena do Foxo, cuando estaba al frente el hostelero José Agrelo Saborido. Tras un pequeño paréntesis empleada en una fábrica del sector alimentario, regresó a la hostelería, donde casi siempre ejerció de camarera. Lo hizo en el bar O Forno de O Foxo, en la hamburguesería Orly, en el restaurante O Xulia o en el bar Enredo.
Hace algo más de tres años Raquel Mato desembarcó en el bar Pepe de Amaro, un pequeño café situado en el número 23 de la calle Ponteareas y abierto por el hostelero estradense Fernando Lodeiro cuando ya llevaba 23 años al frente de su otro negocio, el bar Acrópolis, en la calle Calvo Sotelo.
Raquel se acuerda perfectamente del día que empezó a trabajar en el bar Pepe de Amaro, un negocio que rinde tributo al abuelo de Fernando Lodeiro, que era el dueño del edificio en el que se encuentra el local y que, junto a su mujer, Mercedes Otero, fue pionero de la venta ambulante de pescado en A Estrada. «Foi o 6 de decembro do 2021», precisa Raquel sin necesidad de hacer memoria. Tampoco se le olvidará el día en el que Fernando decidió dejar la hostelería y le ofreció el traspaso. «Xa mo tiña comentado. Pero cando mo dixo, ao principio quedei en shock», confiesa. «Os ánimos que me deron os clientes e a familia foron fundamentais para que me decidira a dar o paso e me tirara de cabeza á piscina. Agora estou encantada. E o meu fillo tamén, que di que quere ser ‘barero’ de grande», comenta la hostelera orgullosa de su pequeño Álex.
Raquel Mato seguirá de momento al frente del negocio como empleada y, el 1 de abril, se estrenará como empresaria. «Estou moi ilusionada, pero tamén me mete algo de respecto. Ao traballo non lle teño medo, pero é a primeira vez que vou ser autónoma», explica.
La estradense conoce todos los secretos del negocio. «Cara o verán móvese máis xente. Por iso tamén é boa época para empezar», cuenta. Según explica, la clientela fluctúa por días, pero ella confía en el poder del trato personal como garantía de éxito. «Eu penso que a xente vai moito aos bares pola persoa que está trala barra. Moitas veces o cliente busca un sitio onde estar a gusto ou alguén con quen falar un anaco. Non todo é poñer a consumición e cobrar», dice. Con Raquel, que siempre tiene una palabra amable, el café sabe mejor en el bar Pepe de Amaro.