
Empresario y copiloto de ralis, atesora en su dilatada experiencia múltiples victorias
14 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.En su agenda puede aparecer tachado un fin de semana en Galicia, en Canarias o en cualquier otro rincón del país. José Murado González (Forcarei, 1986) puede presumir de competir con los mejores pilotos del panorama nacional. Sin ir más lejos, este sábado lucía la corona de laurel y el trofeo tras alzarse con la victoria en el Rali Sur do Condado junto al imbatible Víctor Senra a bordo del Hyundai I20N, el único World Rali Car en el campeonato gallego. Ya había hecho dupla con el piloto de Dumbría en otras citas del año, como el Rali da Mariña el pasado mayo.
A las pruebas en casa, por darle esa categoría al gallego, suma la disputa del Supercampeonato de España junto a José Luis Peláez a bordo de un Skoda Fabia RS Rali 2. Hace unas semanas quedaban quintos en el Rali de Ourense, posición en la que marchan en la general de esta competición. Pero aún hay más, porque el frenético ritmo que vive José Murado —en algunas temporadas trabajando con cinco pilotos o más a la vez— también nos lleva a la Copa de España de Tierra, donde hace tándem con el canario Raúl Hernández a bordo de un Skoda Fabia RS.
En esta última competición ya logró algún podio, como en León tras tres carreras. Además, la dupla Hernández-Murado participa en parte del campeonato canario, también de tierra, subiéndose al cajón en el Rali Norte de Tenerife, donde quedaron segundos. Y en el reciente Slalom de San Antonio-Tías en Tenerife se llevaron el trofeo de ganadores. Un repaso a cómo marcha la temporada del 2025 permite constatar la versatilidad y capacidad de trabajo del copiloto forcaricense, que además está cosechando buenos resultados, ya sea sobre asfalto o en tierra.
José Murado reconoce que está cumpliendo objetivos en esta campaña, donde solo tuvo un par de abandonos. Pero en pleno verano todavía se atisba lejano el final, allá por noviembre. Aún se subirá a los coches de competición en una decena de ralis más al menos, ya con cuatro fijos con José Luis Peláez y otros tantos con Raúl Hernández, sin descartar alguno más en Galicia.
Con la misma ilusión
El copiloto reconoce que sigue con la misma ilusión que aquel ya lejano 2008 cuando debutara junto a otro forcaricense, Manuel Filloy, en el mundo de los ralis. Lo hacía en el Cocido de Lalín a bordo de un Mitsubishi Evo 6. Y para lo más curiosos firmaron un gran papel, séptimos en la general final. Desde entonces emprendió una carrera ascendente, en número de pruebas disputadas por temporada y de victorias, que ni siquiera ralentizaron el haber formado una preciosa familia y emprender en el mundo de los negocios.
Vocación, vocación y vocación. Pero también trabajo, trabajo y trabajo. Hay radica el secreto de los éxitos de José Murado en ese asiento sin volante pero donde quien lo ocupa juega su propio papel capital en el resultado final. Al copiloto también le toca tener buenas manos. Las suyas nunca quisieron estar al otro lado, nada más lejos de la realidad, contento en ese rol a pesar de que los menos entendidos les crean pilotos frustrados.
Pero, ¿qué hace un copiloto? Seguro que nos viene a la mente Luis Moya y su «trata de arrancarlo, Carlos, trata de arrancarlo» cuando se escapaba un mundial o los «ras» a viva voz cuando vemos imágenes por televisión de un rali. Pero su papel va mucho más lejos que la verificación de los tramos para dar las indicaciones al piloto cuando se transita a toda velocidad. Las labores de logística, la planificación de los entrenamientos, la supervisión del trazado, recorrer las carreteras, coordinar las estancias en hotel y los viajes,... Sin duda una labor ingente no siempre valorada por el público menos entendido.
Ahora apenas coge pruebas sueltas como hace unos años, pero participar por ejemplo con tres pilotos a la vez como en este 2025 puede llevarle a disputar entre 5.000 y 6.000 kilómetros. Le toca empalmar muchos fines de semana seguidos a pleno rendimiento. Entre sus hitos está haberlo hecho en seis seguidos en otros tantos ralis. ¿Y cuántos disputados ya? A Murado le cuesta hacer la cuenta de memoria, quizás más concentrado en el Rali do Condado que estaba preparando cuando conversamos para este reportaje. En julio del 2017 cumplía el centenario, con una treintena de pilotos ya en su currículo. Ocho años después cree que podrían ser ya más de 270 carreras en mundiales, europeos, nacionales, gallego,... con varios títulos en su haber.
La faena suele arrancar en abril y prolongarse hasta principios de noviembre. Desde entonces a marzo puede disfrutar más de los suyos, como su hijo, al que, reconoce José, no le picó el gusanillo de los coches. «Así os xoguetes son para mín», bromea. El año pasado cosechó éxitos como el gallego con Víctor Senra o el Campeonato de España de Tierra con Álex Villanueva. Afirma que toca estar en buena forma, pero sin una preparación física obsesiva, solo ser ordenados y calibrar todo al dedillo como en cualquier otro oficio.
A su pasión por la velocidad y los ralis sumó la gestión del circuito de A Madalena desde el 2018, ahora un poco aparcada en el día a día tras emprender en hostelería con el local Embassy of Coffee en Pontevedra hace año y medio. Pero ya promovió cinco ediciones del Máster de Galicia, el último el pasado febrero y con pilotos de primer nivel, preparatorio para la temporada. Fueron 84 participantes, casi sin sitio para ubicar las carpas y con mangas muy largas, así que habrá recorte en el 2026. Y no para porque le ha encargado el Rali Show de As Pontes el 30 de agosto.