Los alcaldes dezanos defienden su soberanía y dejan solo a Lalín

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Apuestan por los servicios mancomunados y los gobiernos de cercanía

25 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La fusión de Cerdedo y Cotobade reabrió el debate pero en Deza las aguas no variaron el cauce y los alcaldes siguen más o menos en las mismas. Lalín continúa quedándose solo en la campaña pro fusión. Antes José Crespo y ahora Rafael Cuíña defienden la posible creación de un concello de Deza en un futuro. Algo que descartan de plano el resto de los municipios de la comarca.

Todos defienden su soberanía y alguno de los más pequeños podría llegar a hablar , siempre que los vecinos lo solicitaran o estuviesen a favor casi de forma unánime, de unir fuerzas. Es el caso de Agolada y Rodeiro con Dozón, aunque el alcalde de Dozón no lo ve. Pero de unirse a Lalín, nada.

Ninguno quiere convertirse en una parroquia o en «parte do rural» de la capital dezana. El alcalde de Agolada, Ramiro Varela, alude también al daño que le causa a Agolada las campañas de empadronamiento de Lalín apuntando que «hai xente de Agolada que traballa en Lalín e síntense presionados para empadroarse». Lo de que el pez grande se come al chico, siendo el chico, es algo de lo que huyen todos.

Silleda defiende, como segundo concello más grande de la comarca, su entidad. Su alcalde, Manuel Cuíña, incide también en el hecho de que «pola nosa situación na vila de A Bandeira, prestamos servizos a parroquias dos concellos de A Estrada e Vila de Cruces».

El alcalde de Rodeiro considera que ahora mismo no hay nada que garantice a los concellos que se fusionen un aumento real de ingresos y que cualquier tipo de acción en este sentido supone ahora más perjuicios que ventajas. Eso sin hablar de sentimientos. Los cambotes no quieren ni oír hablar de dejar de ser de Camba. Ni Agolada ni Rodeiro se plantean ninguna acción en este sentido y defienden, en alusión a Cerdedo, que son los vecinos los que tienen que tomar este tipo de decisiones. Los políticos _recuerdan_ solo son sus representantes.

El alcalde de Vila de Cruces, Jesús Otero, también descarta cualquier tipo de unión, sobre todo con Lalín, pero tampoco está interesado en ser Cruces el que absorba a algún otro municipio limítrofe.

Las razones para el rechazo se repiten. La mayoría considera que sus vecinos van a estar mejor atendidos con un gobierno de cercanía. Otra cosa es disponer de servicios mancomunados, pero sin perder la soberanía. Ahí están todos de acuerdo.

Un concello de mil kilómetros

La posibilidad de un concello de Deza supondría un ámbito geográfico enorme dando lugar a un concello con una superficie de 1.025 kilómetros. Un vasto territorio cuyo manejo no parece ser muy fácil, por extenso, y una población de 40.792 habitantes, según los datos recogidos por el Instituto Galego de Estadística a 1 de enero del 2015. Para poner un ejemplo, tendría una superficie similar a la suma de las comarcas de Vigo (613,4), O Morrazo (140) y Baixo Miño (315,1) que da 1.094,6 kilómetros.

«Os pequenos temos as parroquias mellor atendidas»

El alcalde de Agolada, Ramiro Varela, descarta una posible fusión con Lalín. Subraya que «os concellos pequenos como o noso temos mellor atendidas as parroquias que os grandes, os superamos bastante». Explica que hace años cuando surgió el debate a raíz del estudio de la USC encargado por Crespo sobre la fusión de municipios los vecinos de Brocos y Ramil le preguntaban «¿logo quen nos viría a cambiar as bombillas?». Explica que «en Agolada cando a dunha farola se funde tardase como moito dous ou tres días en cambiala, cambíanse todos os venres e sábados e esa cercanía coa xente e cos problemas non se pode facer nun concello moi grande porque non se daría abasto».

Reconoce que tal vez las fusiones sean algo rentables económicamente porque se ganaría en el reparto de dinero procedente de las administraciones, al incrementar en número de habitantes, pero no cree que compense.

Otra cosa son, apunta, las uniones para la dotación de servicios. Una fórmula que ya practican en ocasiones con Rodeiro y Dozón para aunar fuerzas

Varela defiende que, en cualquier caso, se podía entrar a hablar de una unión entre Dozón, Agolada y Rodeiro pero «sempre consultando co pobo antes». Considera que «nós debemos ao pobo é poderíamos chegar a falar se o pedirán os veciños e facer o que o pobo diga».

«Os veciños quérennos e nós non os abandonaremos nunca»

Adolfo Campos, alcalde de Dozón, lo tiene claro. Su postura, recuerda, es la misma que ya manifestó en anteriores ocasiones porque no es la primera vez que el tema de las fusiones se pone de actualidad. Rechaza de plano el guante que le lanza Lalín de una posible absorción de Dozón y sentencia que «Lalín non o logrará». Defiende, al igual que hacen otros alcaldes de la zona, la soberanía de su municipio y la política de cercanía. Considera que los vecinos están mejor atendidos así. Cree que de unirse a Lalín, Dozón pasaría a formar parte del rural de Lalín y acabaría estando en peor estado y más abandonado.

Comenta que «a mín que me axuden con subvencións, pero son eles (en relación a Lalín) os que queren máis a costa dos demais». Argumenta que «os veciños nos queren e non os abandonaremos nunca». Reconoce que con el paso del tiempo, los concellos como el suyo van mermando en población año a año pero pide que «nos den unha marxe de confianza».

En cuanto a una posible unión en un futuro, no con Lalín, sino quizás con Rodeiro y Agolada, municipios con los que tiene buenas relaciones, asegura que «habrá que esperar a que os pobos se queden baleiros. Aínda que esperemos que non pase nunca, pero de ser así aínda queda moito e moita xente e vida nos pobos. Que nos deixen vivir».

«Nunca fun partidario e son os veciños os que deben decidir nestes casos»

El alcalde de Rodeiro, Luis López, señala que «nunca fun partidario das fusións senón reporta un aumento importante de ingresos que se virán reflexados e que foran feitos consumados, algo que non se da». Descarta cualquier fusión e indica que «non tería sentido». Considera que en cualquier caso serían los vecinos los que tendrían que querer y decirlo y está seguro de que si ahora mismo hubiera una votación «polo menos 80 % non querría».

«Somos o concello número 66 de Galicia»

El regidor de Silleda, Manuel Cuíña, resalta la entidad de Silleda. Recuerda que en población «estamos nunha situación tipo medio-alta» y que son el Concello número 66 de los más de 300 que hay en Galicia. No se plantean «nin agora, nin no futuro unha posible integración con outro concello».

Resalta que «non é por capricho». Considera también que tampoco tienen concellos limítrofes con los que se puedan asociar. Recuerda que limitan con Lalín, A Estrada y Cruces y aunque Cruces es el más pequeño defienden que tiene entidad suficiente por si solo.

«Non queremos noiva nin guapa nin fea, nós nos autofinanciamos»

El alcalde de Vila de Cruces, Jesús Otero, no quiere ni oír hablar de la fusión y recalca que «nos non temos ningún problema de cartos». Respeta que «cada un faga o que crea oportuno», en alusión al regidor de Cerdedo, pero no está a favor de las fusiones, sobre todo con otros municipios más grandes como puede ser Lalín.

Argumenta que «é como nos poleiros, os pequenos acaban comendo o que lles sobra ós grandes». No barajan tampoco ninguna opción de buscar refuerzos o la fusión con ellos de ningún concello vecino. Afirma tajante que «non queremos noiva nin guapa nin fea, sobrámonos nos autofinanciamos».