Alfonso Sucasas sigue en el olvido político

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

LALÍN

MARCOS MÍGUEZ

El día 26 se cumplen seis años de la muerte de uno de los grandes de la pintura gallega

17 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Era un individualista que fixo o seu mundo, os seus cadros estaban cheos de ritmo». «Foi un home moi prolífero, que si houbera nacido en Cataluña ou en París sería universal». Rescatamos dos frases de Antón Pulido y Luis Nistal, artistas que recordaban así a Alfonso Sucasas (Goiás, Lalín 1940-Vila de Cruces 2012) tras su fallecimiento. El día 26 de junio hará seis años de la muerte de este grande de la pintura gallega del siglo XX y principios del XXI. Y como decía la crítica de arte, Mercedes Rozas, «Alfonso non se deixou arrastrar polos vaivéns da moda, quizais por iso nalgunhas ocasións non foi ben comprendido. Con todo, a súa traxectoria non necesita xustificacións, o seu legado é a súa mellor alegación». Quizás incomprendido a veces, pero sobre todo olvidado en su tierra natal, donde su figura sigue en el purgatorio para políticos que incluso aprobaron acuerdos plenarios para reconocer a quien llevó el nombre de Lalín reflejado en sus figuras, entre el óleo de sus lienzos y el grafito de sus dibujos.

Alfonso Sucasas, a pesar de ser uno de los mayores referentes siguiendo la estela de Laxeiro, Colmeiro o Maside, permanece casi en el anonimato en su tierra natal. Su fallecimiento removía conciencias apuntándose en aquel ya lejano junio del 2012 la posibilidad de otorgar una calle o plaza al más militante de los pintores figurativos, siempre al margen del encasillamiento y de las corrientes más preocupadas por el aspecto mercantilista del arte que por el mensaje. Incluso se habló de una fundación donde atesorar su obra, estudiarla y ponerla en valor, en un remedo de la que por ejemplo tiene Laxeiro en Vigo.

¿Qué queda de las buenas intenciones? Sencillamente nada. El cambio de gobierno además tampoco resultó propicio para ese reconocimiento pendiente e ineludible para con Alfonso Sucasas. Al menos en el anterior mandato hubo algún paso titubeante en ese objetivo, al dedicarle en el 2013 la Bienal Pintor Laxeiro e incluir once de sus obras en la exposición. El entonces alcalde del Partido Popular, José Crespo, afirmaba estar trabajando para articular alguna iniciativa con la que preservar su legado, aunque descartaba constituir una fundación. Para ello hubo contactos con su viuda, María Espinosa.

Esa supuesta iniciativa no fraguó como tampoco algún tipo de reconocimiento oficial a su trascendencia. El cambio de gobierno en el 2015 tampoco permite alentar muchas esperanzas de que puede llegar a corto plazo. Y, como suele decirse, solo basta con remitirse a los hechos. En mayo del 2017 se aprobaba por unanimidad de la corporación una moción para tributar un homenaje póstumo a Sucasas con motivo del quinto aniversario, todo ello tras debatirse en el pleno una moción en ese sentido presentada por el grupo del PP. Incluso planteaba constituir la comisión municipal de honores y distinciones para evaluar qué reconocimiento se podía otorgar al pintor de Goiás. Ese acto no llegó y sí las críticas desde las filas populares al gobierno lalinense.

La réplica por parte del regidor de Compromiso por Lalín, Rafael Cuíña, no tardó ni veinticuatro horas en llegar. Así, el 27 de junio del 2017 afirmaba -puede consultarse en la hemeroteca del día siguiente- que el Concello trabajaba en la organización de una exposición antológica de Alfonso Sucasas coincidiendo con el cincuenta aniversario de la Feira do Cocido, de la que por cierto, fue el cartelista en más de una edición. Incluso habló de una negociación con la familia del pintor para la cesión de obra y que habría otra muestra de similares características de otro pintor dezano por esas fechas. En ese caso sí se materializó, con una bella selección de obra del silledense Manuel Colmeiro, en una retrospectiva abierta el pasado marzo en el Museo Municipal de Lalín. La de Sucasas ni llegó ni se la espera.

Sin contactos con la viuda

Las conversaciones con la viuda tampoco llegaron a producirse. Así lo corroboraba María Espinosa a este diario, dolida por lo que califica como menosprecio desde la institución municipal hacia uno de los artistas que llevó el nombre de Lalín por el mundo entero. Además se pregunta cómo es posible que todavía no cuente con una calle cuando en ciudades como Santiago ya existe la rúa Alfonso Sucasas, en un reconocimiento que incluso recibió en vida. E invita a reflexionar si su trayectoria tiene menos peso que la de otros personajes, en algunos casos con lazos muchos más débiles con Lalín, a los que sí se otorgaron denominaciones de calles tras dar luz verde la alcaldía a propuesta de la comisión do rueiro. Por cierto, que este órgano consultivo al menos que haya tenido trascendencia pública entre sus «ofertas» no incluyó al pintor.

María Espinosa también lamentaba que se sumase el desapego ante las invitaciones cursadas para las dos importantes muestras antológicas celebradas en los últimos tiempos con obra de su marido, en especial la que se celebró en el Museo de Belas Artes de A Coruña, junto a la de Lugo. No hubo representación municipal en las dos inauguraciones. Otro grano más en esa recolecta de olvidos.

Gestiones para una nueva antológica de su obra en Ourense

En el Museo de Belas Artes de A Coruña llegaron a ampliar hasta dos veces la fecha de cierre de la exposición denominada Alfonso Sucasas. Unha revisión, comisariada por Miguel Fernández-Cid, donde se repasó toda la iconografía personalísima del artista lalinense preguntándose qué había detrás. Un cuidado catálogo da fe de la relevancia de esa muestra, como también una previa celebrada en las salas de la Diputación de Lugo.

La viuda del pintor mantiene en estos momentos gestiones con la Diputación de Ourense para que el edificio Simeón albergue también la obra de Sucasas. Ya había una fecha fijada pero en su momento se aplazó y ahora se está pendiente de encontrar hueco en el calendario de este centro expositivo. Su producción está muy repartida en colecciones particulares, que nutren principalmente estas muestras antológicas. María Espinosa agradecía la colaboración siempre mostrada por los dueños para su cesión, así como el trato de quienes fueron sus marchantes.

Y mientras sigue el olvido en Lalín para con su obra y su figura. ¿Cuándo una antología aquí? Hagan sus apuestas y va para largo.