Pepe Solla: «A vacina contra todo mal ven dos pucheiros co cocido de Lalí

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

LALÍN

El cocinero pregonó una atípica edición en la que se homenajeó a su padre

26 sep 2021 . Actualizado a las 20:15 h.

Barracas y atracciones feriales en lugar de desfile y música carnavalera, resaca de las recientes fiestas patronales. Lalín se desperezaba este domingo más vacía, sin ese ajetreo madrugador de vehículos y personas que supone cada año convertirse en la capital de la gastronomía de Galicia. La pandemia descuadró del calendario la Feira do Cocido, que como ave fénix renació casi siete meses después. Sí, condicionada por el virus, pero orgullosa. Desde 1968 nadie consiguió detenerla, como la lava en La Palma, salvando obstáculos y en lento pero seguro caminar para crecer hasta convertirse en fiesta de interés turístico internacional.

Tocaba celebrar la atípica y dilatada LIII Feira do Cocido en dosis pequeña, como esas innovadoras creaciones que los restauradores presentan en formato minimalista con sus ingredientes. Pero el plato, ya se sabe, requiere contundencia y abarrote en la mesa para disfrutar de sus múltiples sabores y olores, horas de comer pausado y conversación como ayer se vivía en muchos domicilios y restaurantes de Lalín, donde no faltaron apasionados del cocido llegados de múltiples rincones de la provincia pontevedresa. Fieles que en menor número pero con igual devoción degustaron con delectación desde cacheiras a chorizos.

Sin mercadillo ni desfile o encomienda, el foco estaba puesto en el acto más institucional sin olvidar la música que sonó antes y después con Coribantes y la gaiteira Susana Seivane. El vestíbulo del castro tecnológico acogía bajo los escudos de Galicia, España y Lalín la lectura del pregón, previa imposición de manos en cemento y firma en el Libro de Honra de quien minutos después ensalzaba el plato. Pepe Solla, estrella Michelín y buque insignia de la gastronomía actual de Galicia desde Poio como apuntaba en su presentación el también cocinero Diego López, ofrecía un pregón trufado de humor, de sentimiento, de alegría teñida de emoción. Como él mismo reconocía, «estou aquí por el, polo cariño que este pobo lle tiña... grazas no meu nome e no da miña nai e toda a familia Solla».

Hablaba, claro, de su padre, José González Solla, a quien se tributaba un homenaje por su apoyo incondicional durante años a la Feira do Cocido. «Estivo sempre unido a este pobo e a esta festa, disfrutaba de vir a Lalín a mercar cacheiras, lacóns, chourizos... da terra do cocido». Resaltó la pasión de su madre por cocinarlo para Navidad, «non hai comida mellor para o día máis importante do ano».

Recordaba Pepe Solla en su pregón una anécdota en Nueva York, donde llevó cacheiras escondidas en la maleta para una comida a ofrecer en la ONU y casi pensó que les tocaría «ir á cárcere» por cocinar ingredientes del cerdo. «A verdadeira vacina contra todo mal xa estaba inventada e ven dos pucheiros co cocido de Lalín; porquiños podedes correr, escondervos... nos gustades moito pero cocidos moito máis; que nos gustan ata os vosos andares, pero camiñando ata os fogóns», remarcaba el pregonero, animando a peregrinar a Lalín y reponer fuerzas «comendo un cocido, que o santo dos croques está en forma de estatua de porquiño, e sei fai falta poñemos ata un botafumeiro, pero en lugar de incenso poñeremos un chourizo, que ole moito mellor».

Después de distender el ambiente oficialista con su vitalista pregón, llegó el momento más emotivo del acto con el homenaje a José González Solla, fallecido el pasado año. Su viuda, Amelia González Conde, estuvo arropada por sus hijos Pepe y Teté para agradecer emocionada el recuerdo de Lalín a su marido. «La feria la hizo suya, nunca faltaba y disfrutaba siempre del buen hacer y la buena compañía aquí; él estará disfrutando de estos momentos con nosotros», concluía emocionada antes de arreciar los aplausos y recibir sendos obsequios institucionales, como antes también se le entregaron al hijo.

Antes había ensalzado el alcalde, José Crespo, la figura de Pepe Solla padre, «un máis de Lalín, que volcouse dende o primeiro minuto cos Premios de Gastronomía». Tildó de muy merecido el homenaje lamentando que quizás debió haberse producido en vida. Las intervenciones institucionales se completaron con la presidenta de la Deputación de Pontevedra y el conselleiro de Cultura. Carmela Silva ensalzó la labor de Casa Solla como embajador de la gastronomía de la provincia y Galicia, para recordar los cocidos de su abuela y reconocer que el mejor se hace en Lalín, pero «o de Castroverde tampouco está mal». Destacó el reconocimiento tributado a González Solla, que en otros restauradores «non veía adversarios se non colegas». Y, como el propio conselleiro, consideró la Feria do Cocido como el pistoletazo de salida a tiempos mejores para recuperar «as nosas festas».

Román Rodríguez remarcó que la edición más importante, incluso por encima del 25 o 50 aniversario y la del 2020 ya como fiesta internacional, sin duda fue la de este año. «Demostramos que non nos rendemos e miramos para adiante; é a inauguración da nova vida, curiosamente a do pasado, nunha feira simbólica, emocional e co cocido manténdose, posto en valor por un pobo intelixente como o de Lalín», dijo.

El mal tiempo en Rías Baixas atrajo ya comensales en verano

El cambio de fechas de la fiesta al arranque del otoño cuando debía haberse celebrado el día 7 de febrero sin duda redujo ayer la cifra de comensales en los restaurantes de Lalín. Tampoco favorecía la reducción de aforos por la pandemia. Pero hubo muchas reservas durante todo el fin de semana, en especial en los locales más clásicos del plato, desde distintos rincones de toda la provincia y el resto de Galicia, así como de Madrid, Castilla y León o Asturias. Pero el cocido ya se sirvió como nunca este verano.

El perfil del cliente estival del plato resultó variopinto. No faltaron turistas que ante el mal tiempo en las Rías Baixas decidieron viajar al interior y disfrutar de la gastronomía. También peregrinos hacia Compostela que recalaban en la capital de Deza para reponer fuerzas. Hasta chinos paladearon una buena cacheira.

Saltar el charco hasta Miami para reforzar el carácter internacional de la fiesta gastronómica

El estreno en el 2020 del distintivo de interés turístico internacional para la fiesta lalinense, la única gastronómica que lo ostenta en España, ya estuvo condicionado por la pandemia y el 2021 no permitió afianzar esa proyección mundial. Un objetivo que se prevé cumplir el próximo año. Se saltará el charco para presentar el Cocido en Miami. Pero además de presentar el plato en la ciudad estadounidense con apoyo de la Asociación de Empresarios Galegos en ese país, se pretenden establecer sinergias comerciales. Una proyección internacional que solo ostentan otras cinco citas festivas de la provincia pontevedresa: Rapa das Bestas de Sabucedo Albariño de Cambados, Romaría Vikinga de Catoira, Alfombras Florales de Ponteareas y Arriba de Baiona.