Con la llegada de la primavera, además de las flores, brotan también los peregrinos que cruzan Deza para alcanzar Compostela. Como tantos otros, un grupo de caminantes canadienses acudieron a Lalín para hacer noche y proseguir la ruta al día siguiente, sin embargo, un problema con su reserva de alojamiento les hizo temerse lo peor: una estafa.
Acompañados por una vecina de Lalín que hizo de intérprete, primero acudieron al Concello para comprobar si realmente existía la estancia que había reservado. Al no coincidir con ninguno, decidieron acudir al cuartel de la Guardia Civil para interponer una denuncia ante lo que parecía una estafa.
Sin embargo, una vez allí comprobaron que todo se debía a un error telefónico, pudiendo descansar por fin en su alojamiento de la capital dezana.
Auxilio municipal
Ante la posibilidad de que fueran estafados y el consiguiente daño a la reputación de Lalín como hospedaje para los peregrinos que hacen el Camino de Santiago, el alcalde, José Crespo, acudió al cuartel para brindar la ayuda necesaria a los visitantes, incluso planteando la opción de ofrecerles alojamiento sin coste en algún negocio del casco urbano.
Afortunadamente todo quedó en un susto, pero el despliegue del Concello para socorrerlos y la ayuda desinteresada de una lalinense acabó dejando en este grupo de peregrinos canadienses un grato recuerdo de su paso por Lalín, mostrando su agradecimiento por el trato recibido.