En Lalín se superaron las 600 consultas por la limpieza de fincas

Javier Benito
j. benito LALÍN / LA VOZ

LALÍN

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Al asesoramiento de los técnicos se suman reuniones en las parroquias

24 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras las colas en el consistorio de Lalín para informarse por vecinos que recibieron cartas de la Xunta instándoles a acometer labores de limpieza en fincas situadas a menos de 50 metros de núcleos rurales el goteo de consultas continuó y son ya más de seiscientas las personas atendidas por los técnicos de la Oficina Agraria. De forma presencial acudieron 350 vecinos, además de contestarse unas 300 llamadas telefónicas en torno a este asunto en las dos últimas semanas. Los demandantes buscan clarificar la identificación concreta de su parcela, así como el tramo a limpiar y las especies a erradicar, «e as que poden conservarse nos 50 metros de proximidade ás vivendas por estar fóra das especies pirófitas», explicaba ayer la concejala de Medio Ambiente, Raquel Lorenzo.

Destacó la labor que están desarrollando los técnicos en el consistorio, sumándose la organización de reuniones puntuales en las parroquias donde surgieron problemas. Aludió Lorenzo a la de Vilatuxe, por una cuestión de titularidad discrepante entre las misivas recibidas y la actual con motivo del proceso de reestructuración parcelaria. En ese encuentro participaron casi un centenar de personas en el local social. Incidió además en que se seguirán atendiendo consultas durante el resto de septiembre y en octubre.

Raquel Lorenzo recordó que la inspección que realizará el Seaga de esas fincas a limpiar no se producirá hasta finales de año, «polo que os veciños poderán ter cumprida información» antes de ese plazo para que puedan acometer esas labores en las condiciones adecuadas. Incidió la concejala de Medio Ambiente en que la normativa gallega establece la obligación de mantener limpias las franjas secundarias de biomasa que rodean viviendas, núcleos rurales, carreteras, equipamientos o infraestructuras consideradas sensibles. Deben contar con una anchura mínima de 50 metros alrededor de las casas, sin especies como pinos, eucaliptos o acacias, que favorecen la propagación del fuego.

Están permitidos los castaños o robles, entre otras especies, pero en masas aclaradas y podadas, sin que se toquen las copas entre sí, con distancia mínima a viviendas de dos metros o de cuatro a vías de acceso.