El chuletón que reina en Rodeiro

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

RODEIRO

Miguel souto

Restaurantes y Concello hacen de este plato, que se sirve con mimo en locales como Casa Sánchez, su insignia para todo el año después de la primera edición de una exitosa fiesta que supo a poco

30 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Si de algo puede presumir Rodeiro es de productos de calidad. Una potente cabaña ganadera criada con mimo y unos pastos de revista dan como resultado la mejor carne. Una excelencia que unida a la pericia a la parrilla de los profesionales del sector de la hostelería de estas tierras da como resultado un binomio que ya se estrenó con éxito y que fue la Festa do Chuletón.

La demanda de la primera edición superó con creces las expectativas y el pasado día 19 dejó a muchos clientes sin lugar a la mesa ni posibilidad de degustarlo. De ahí que restaurantes y Concello se hayan puesto de acuerdo para convertir el chuletón de ternera en la enseña gastronómica de Rodeiro y un plato que se pueda degustar todo el año.

Uno de esos restaurantes donde uno puede decantarse por este plato es Casa Sánchez. El establecimiento abrió como bar en 1978 y ya servía algunas comidas. Primero se llamó Caracas y luego pasó a denominarse Casa Sánchez, pero no fue hasta el 93 cuando abrió su primer comedor. A María Diéguez, la fundadora, le sucedió su hijo Rubén Sánchez, fallecido en el 2009. Desde entonces al frente están sus hijos y nietos de María: Alejandro y Álvaro Sánchez Sobrado. El primero se encarga de las mesas y de los vinos y el segundo de la cocina en un negocio que se sigue llevando en familia.

Alejandro Sánchez explica que «a carne que servimos procede de Rodeiro e de Lalín». Se adquiere a proveedores locales de animales criados en estas tierras. En Rodeiro, en esta primera fiesta, se fijó el mínimo del chuletón que se servía en los 700 gramos, pero, apunta, «un chuletón de tenreira pode ir a 1,5 quilos e si é de vaca madurada ou de boi pode chegar a 2,5 quilos». Pese al tamaño, Alejandro, comenta que «hai quen come un enteiro». Otros no se atreven a tanto, y optan por compartirlo.

El punto de la carne es importante. «No Deza temos unha carne boísima e creo que é algo que lle gusta a todo o mundo». De hecho, asegura, es lo que más se demanda. «É o prato preferido da xente, ben sexa en croca, entrecot, chuletón ou churrasco: a carne á brasa é o prato estrela», afirma.

Lo importante, además de la calidad de la carne y un perfecto asado, es «facelo ao gusto do cliente porque hai quen o quere máis ou menos feito». A la hora de recoger la comanda de los clientes «hai quen che pide que fale aínda, e os que queren que a carne non sangre». La regla de oro es «poñelo sempre ao gusto do cliente». Pese a todo Alejandro reconoce que el chuletón es un corte que «canto menos feito estea, a carne está máis xugosa». A la hora de pensar qué producto podría representar a Rodeiro se escogió por consenso el chuletón de ternera, explica, porque es una pieza vistosa, jugosa y de un precio asequible. Reconoce que «nin o Concello nin os hostaleiros pensabamos que ía haber tanta demanda porque sete días antes da festa xa non quedaba ningunha mesa» en ninguno de los ocho restaurantes que ofertaban el chuletón, que eran Casa Sánchez, A Latiza, A Roda, Carpinteiras, Casa Achacán, Cabaleiros, Esmorga y O Recanto.

Alejandro Sánchez defiende que «en Rodeiro «temos xente á que se lle da moi ben a parrilla e todos saben asar moi ben a carne». De hecho, «todo o mundo marchou contentísimo», afirma. De aquí adelante esperan poder servir el plato a mucha gente que llamó poco antes de la fiesta, muchos de ellos de la provincia, pero también de otras partes de Galicia, y que se quedaron sin mesa.

Pero en Rodeiro, no todo es chuletón. La panadería Jesús de esta localidad es proveedora de la Casa Real y manda a diario el pan que surte la mesa de Sus Majestades. Desde hace años, el concello puso en el mapa su gastronomía con un también muy exitoso Rodeiro de Tapas que se amplía a partir de este año a dos ediciones anuales. Una en junio y la otra allá por el mes de octubre, destinadas a ensalzar los productos locales. Eso sin olvidar el tributo que los restaurantes hacen a los platos de temporada como el cocido desde otoño a primavera y la caza, que llegó a tener fiesta propia.