El consejo de administración de Sacyr acordó ayer seguir adelante con sus planes de entrada en el capital y en el consejo del BBVA. Para ello, amplió en un mes -hasta el 24 de enero- el plazo otorgado al presidente del grupo, Luis del Rivero, para ejecutar la operación. En el mercado se interpreta esta decisión como una forma de «sacurdirse la presión del momento y ganar tiempo».? En una nota remitida ayer a los medios, Sacyr se compromete, en el caso de que la operación prospere, a mantener al actual equipo directivo y a su presidente, Francisco González. Pero más que en la decisión del máximo órgano de gestión de Sacyr, la noticia estuvo ayer en la dimisión de Juan Abelló, vicepresidente de la constructora e implicado personalmente en la operación, como consejero del SCH. La presencia de Abelló en el máximo órgano de gestión de su competidor es una de las razones esgrimidas por el BBVA para considerar «inconvenientes» las intenciones de Sacyr. La entidad que preside González ratificó ayer su rechazo frontal a los planteamientos del grupo constructor. En los mentideros financieros se esperaba la dimisión de Abelló, sobre todo, después del informe hecho público el martes por los analistas del SCH, en el que criticaban duramente las pretensiones de la constructora, asegurando que la confianza en su equipo directivo se ha visto «claramente socavada» por una operación que obedece a «ambiciones personales». En el mercado se interpretó como una clara desautorización a Abelló por parte del propio Botín.