El uso de identidades falsas eleva a 300 millones el fraude en el crédito

Alicia Pedreira REDACCIÓN

ECONOMÍA

Las pérdidas experimentan un crecimiento interanual del 20% El préstamo rápido y la financiación de automóviles, las operaciones de mayor riesgo

18 ago 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

La protección de los datos personales es crucial para no ser víctima de un fraude de identidad, en el que alguien suplanta su personalidad por la de otra persona para acceder a bienes o servicios financieros. Tirar una carta del banco a la basura es sólo un ejemplo de las imprudencias que se suelen cometer en este sentido. Se calcula que en más del 75% de los residuos que se generan hay documentos que contienen datos personales, e incluso bancarios. El fraude de identidad, del que son víctimas los consumidores y los bancos, genera en España unas pérdidas anuales superiores a los 300 millones de euros y experimenta un crecimiento interanual cercano al 20%. Así se desprende de un estudio elaborado por Experian, compañía especializada en la asesoría del mercado crediticio y la prevención del fraude. Operaciones de riesgo Según la corporación, las operaciones donde es más probable que se produzcan fraudes son los créditos al consumo, la financiación de automóviles y, sobre todo, el llamado crédito rápido. La especial incidencia en este último se debe a su sencilla tramitación y la escasa documentación que exigen las entidades prestatarias. La dimensión y sofisticación que está alcanzando este tipo de fraude permite pensar en grupos organizados dedicados a utilizar datos personales ajenos para beneficio propio. De hecho, el secretario general de Asnef (Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito), Honorio Ruiz, explicaba en el Congreso Europeo de Protección de Datos el pasado mes de marzo que la delincuencia organizada utiliza tres líneas de fraude: la suplantación de la personalidad; la falsificación documental, con la creación de identidades falsas a partir de documentos auténticos o identidades totalmente inventadas; y la utilización de personas marginadas que colaboran con su identidad. Aún así, existen casos en los que el fraude es ejecutado de forma individual. La identidad suplantada puede corresponder incluso a un fallecido. España no ha alcanzado todavía niveles de fraude tan elevados como Estados Unidos, Australia o Gran Bretaña. Sin embargo, detectar estas operaciones fraudulentas es difícil, ya que la víctima no siempre sabe que alguien está usando su identidad para acceder a un servicio financiero. Por otra parte, los sistemas de cobro de los bancos no distinguen entre los morosos que no pueden pagar y los que no quieren hacerlo, y los informes policiales periódicos no individualizan este delito. Prevención No tirar documentos que contengan datos confidenciales sin destruirlos y comunicar cambios de domicilio a las entidades bancarias y financieras con las que tengamos relación son algunas de las recomendaciones de los expertos para combatir el fraude de identidad. Es prudente además, solicitar sistemas de reenvío de correo para que nadie pueda robar la correspondencia y usarla de forma irregular. Deceso de un familiar El cuidado de los datos personales de alguien que ha muerto es tan importante como proteger los propios. Por eso, las entidades bancarias enfatizan la necesidad de comunicar de inmediato el deceso de un familiar a los bancos en los que tuviera cuentas a su nombre. En lo que a movimientos de tarjetas de crédito y cuentas bancarias se refiere, debe compararse con frecuencia el extracto bancario con los recibos de compra para detectar un posible cargo fraudulento. Al cambiar de banco no se deben dejar activas cuentas con un saldo mínimo. Asimismo, si se deniega un crédito sin motivo aparente, hay que comprobar que no exista una deuda contraída a nuestro nombre. Los prestatarios de servicios de banca por Internet recomiendan a los usuarios que no accedan desde un lugar público, donde alguien pueda ver la clave de acceso. En compras a través de la red, aconsejan no facilitar el número secreto de la tarjeta.