La nueva ley llegará al Parlamento gallego en enero del 2008 y podría aprobarse antes del 2009 La Xunta ampliará las exenciones y prevé excluir al 90% de los contribuyentes actuales
14 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.La Consellería de Economía tiene decidido ampliar las exenciones en el impuesto de sucesiones y donaciones para que la transmisión de muchas grandes compañías obtenga beneficios fiscales de hasta el 99%, como sucede ahora con las pequeñas y medianas empresas. El conselleiro José Ramón Fernández Antonio lo confirmó en un encuentro con la Asociación Gallega de Empresa Familiar celebrado esta semana en Oporto. Los supuestos que incluirá el proyecto de ley primarán los casos de empresas familiares en los que el traspaso o donación de acciones y capitales garanticen la continuidad de la actividad o la generación de tejido industrial.? El responsable de Economía ya había anunciado su intención de aprobar la reforma legal del impuesto en esta legislatura. El viernes, confirmó en Portugal que el borrador del proyecto de ley llegará al Parlamento autonómico en enero del 2008. Una tramitación ordinaria permitiría su aprobación antes del ejercicio del 2009. En la actualidad, el impuesto recauda en Galicia 143 millones de euros. Las reducciones aplicadas favorecerán al 90% de los contribuyentes y rebajarán en más de un 50% los ingresos por este concepto en la caja fiscal gallega. Según Fernández Antonio, «la pérdida quedará en buena medida compensada por el crecimiento sostenido de la economía». El impuesto sólo grava ahora con el 1% la transmisión de pymes, una situación que se mantendrá con la reforma y que se ampliará a sociedades con una mayor dimensión. Además, quedarán exentos de tributación los menores de 21 años, y tampoco será obligado pagar por el legado de la vivienda habitual al cónyuge o los hijos. La Xunta elevará el límite económico de la tributación para que sólo un 10% de los gallegos queden sujetos a gravamen. Algo que el Gobierno autónomo ya ha descartado es abolir el impuesto. Fernández Antonio sostiene que la tasa ha sido defendida en todo el mundo por propietarios de grandes fortunas. Otra cosa es la búsqueda de una armonización fiscal que evite grandes diferencias entre comunidades, lo que podría llegar a provocar una «fuga» de empresas.