Caja Madrid toma el control de Iberia y detiene el proyecto de Gala Capital

Julio Díaz de Alda*+

ECONOMÍA

La aerolínea española explica que no puede perder el tiempo con ofertas inconcretas y poco sólidas.

20 dic 2007 . Actualizado a las 22:03 h.

El consejo de administración de Iberia celebrado hoy sirvió para que Caja Madrid oficializara su condición de nuevo accionista de control de la aerolínea. La entidad presidida por Miguel Blesa incorporó dos nuevos consejeros a la compañía, con lo que ya cuenta con tres asientos en el órgano de control de Iberia.

El consejo decidió cerrar la puerta a Gala Capital -grupo de accionistas en el que se encontraba, entre otros, el empresario gallego Manuel Jove-, al que denegó el acceso a sus libros de contabilidad. La empresa presidida por Fernando Conte no perdió la ocasión de recordar, en alusión a los amagos de ofertas recibidas en los últimos meses, que está cansada de propuestas inconcretas y sin un plan industrial serio.

En menos de un mes, Caja Madrid ha pasado de controlar el 10% de Iberia a tener en su poder el 23%. Un salto de gigante que la entidad financiera ha realizado al comprar sus participaciones en la aerolínea a BBVA y Logista. Ahora, el denominado núcleo duro de la compañía queda limitado a la propia caja, British Airways (10%) y el Corte Inglés (2,9%). La posición de fortaleza de Caja Madrid ya se hizo evidente esta semana en el 80 aniversario de Iberia, cuando Miguel Blesa se convirtió en el objetivo de todos los focos y las preguntas sobre el futuro de la aerolínea.

El escenario actual es muy distinto al de hace muy poco tiempo. Ahora hay un accionista de referencia -en el que algunos ven la mano de Esperanza Aguirre, en un intento por no perder Barajas ante una empresa extranjera- con el que se deberá negociar sí o sí. Por el momento, Blesa no ha cerrado la puerta a nadie y se ha mostrado dispuesto a hablar con «todos los que quieran ayudar a Iberia». Pero en la práctica, todo el movimiento alrededor de la compañía se ha parado en seco. Caja Madrid y el Corte Inglés ya han lanzado sutiles mensajes a British Airways para que se implique más a fondo en el futuro de Iberia.

Estabilidad y certidumbre

En un críptico hecho relevante enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Iberia justificó su negativa a Gala Capital en «el interés de la sociedad». El consejo de administración explicó que, en estos momentos, se debe dar «la máxima prioridad al cumplimiento de los objetivos fijados en el Plan Director» así como a «potenciar la mayor eficacia en la gestión de la compañía».

La aerolínea argumenta que para sacar adelante sus planes necesita moverse un escenario de «estabilidad y certidumbre». Algo que, dice, resulta imposible si se ve inmersa en un proceso de «análisis de la compañía por terceros que hasta ahora no han presentado oferta vinculante». Una forma elegante de decir que Iberia es hoy otra, que puede volar sola, y que se ha cansado de 'presuntas' opas y de precios indicativos. Si no hay compromisos, no hay información.

De todos modos, y en un ejercicio de diplomacia y para no dilapidar oportunidades futuras, Iberia añade que en el caso de que en el futuro reciba una oferta en firme, «el consejo valorará en su momento la conveniencia para la sociedad de dar acceso a información no pública de la compañía».

El varapalo a Gala Capital es notable, toda vez que el sector daba por supuesto que la aerolínea permitiría al fondo de inversión -participado por Alicia Koplowitz y la familia Del Pino-, al que acompañaban Jove, el presidente de Globalia, Juan José Hidalgo, y la BBK, un acceso cuando menos parcial a los libros. La oferta de Gala contaba además con el patrocinio del ex consejero delgado de Iberia, Ángel Mullor.

El mercado castigó a la compañía aérea al entender que todas las expectativas abiertas sobre eventuales ofertas abiertas a comienzos de año se desvanecen. Los títulos de la aerolínea cayeron un 2,3% hasta los 3,04 euros, muy por debajo del precio pagado por Caja Madrid a BBVA y Logista.