Más agujeros en el cinturón griego

Mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La UE y el FMI no darán más fondos a Grecia hasta que apruebe otro fuerte recorte.

21 jun 2011 . Actualizado a las 12:28 h.

Sin más sacrificios que ofrecer a la diosa austeridad, no habrá más dinero para Grecia. Es la dura sentencia dictada en la madrugada de ayer por los líderes europeos. Una decisión que coloca al país heleno al borde mismo de la debacle. Necesita imperiosamente los 12.000 millones de euros que la UE y el FMI le prometieron que recibiría en la quinta entrega del rescate de 110.000 millones aprobado en mayo del año pasado. Los precisa antes de agosto para afrontar los pagos que se le avecinan. Pero, como poco, tendrá que esperar hasta el 3 de julio, cuando hay convocada una cumbre extraordinaria del Eurogrupo, para saber si los recibirá.

Antes (hoy mismo), el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, tendrá que haber sorteado con éxito su moción de confianza y el Parlamento heleno haber dado vía libre (el martes de la semana que viene) a las nuevas medidas de austeridad impuestas por la UE y el FMI. Es la forma que tiene Europa de cerciorarse de que habrá más agujeros en el cinturón (privatizaciones, despido de miles de funcionarios, recortes de pensiones, subidas de impuestos...) de una ciudadanía, la griega, que expresa desde hace semanas su profundo malestar en las calles. A esa impresionante tensión social se refirió ayer el comisario Europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, quien admitió que «el hartazgo de las reformas es visible en las calles de Atenas y Madrid y otras ciudades». Antes, sus advertencias iban referidas «al cansancio por las ayudas» en los países del norte, los ricos.

Pero, son lentejas. Lo explicó de una manera muy gráfica el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle: «Las medicinas [los ajustes que exigen la UE y el FMI] algunas veces tienen sabor amargo, pero, justamente por ello, resultan eficaces».

Mayoría parlamentaria

En principio, Papandreu no debería tener problemas para salir más o menos airoso de esas dos pruebas de fuego. El Gobierno tiene 155 de los 300 escaños del Parlamento, pero las deserciones dentro del propio partido socialista pueden complicar la situación.

Y ni que decir tiene que, sin ese nuevo tijeretazo, Grecia puede ir despidiéndose de un segundo rescate. Ese en el que la forma y el volumen de la participación de los acreedores privados han enfangado las negociaciones, con la creación de dos bandos capitaneados por Alemania y el BCE.

Tirón de orejas del FMI

De las nefastas consecuencias de un no del Parlamento griego al nuevo traje de austeridad y, sobre todo, de la imperiosa necesidad de que Europa aparque sus diferencias y reme en una sola dirección, dio ayer buena cuenta el Fondo Monetario Internacional. Lo dejó muy claro el que fuera número dos de Dominique Strauss-Kahn y ahora director en funciones, John Lipsky: «Fallar ahora contagiaría las tensiones al corazón de la zona euro», dijo. Y añadió: «La recuperación en la eurozona es fuerte, pero la crisis de deuda soberana en la periferia sigue siendo un riesgo y requiere toda la atención para evitar un contagio al centro [de la región] y al resto del mundo».

Más contundente aún resulta el informe del organismo sobre las políticas de los países de la zona euro. El documento, que vio la luz ayer, supone un tirón de orejas en toda regla a la Unión Europea por su «falta de cohesión y cooperación» a la hora de hacer frente a la tormenta. «La región no necesita campeones nacionales», añade, para subrayar también que es «esencial» poner fin al «improductivo» debate sobre la reestructuración de la deuda.

«Determinación» y «unidad» para hacer frente a la crisis fue la reclamación que les hizo Papandreu a sus socios. Tras reunirse en Bruselas con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, de quien recibió «pleno apoyo», el primer ministro griego subrayó que su Gobierno está «determinado» a cumplir y a «hacer todo lo necesario» para arreglar la situación fiscal del país, informa Efe. «Realmente confío en que el Parlamento aprobará el programa [de ajuste]», dijo. Hasta ahora, Papandreu se ha mostrado siempre partidario de buscar el mayor consenso político a la hora de aplicar la tijera, pero también ha dejado claro que, si es necesario, caminará en solitario, con el único apoyo de su grupo parlamentario.

Por su parte, el flamante nuevo ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, reconoció que su país tiene que recuperar la credibilidad. «No tenemos tiempo que perder», aseguró, para añadir a renglón seguido: «Cada día es de enorme importancia. No podemos perder ni una hora». Para Venizelos, quien se presentó a sus colegas en la cumbre del domingo como «la nueva víctima», «ha quedado claro que no basta la participación institucional. Es indispensable la participación del sector privado para resolver el problema».

12.000 millones

Quinto tramo

La UE y el FMI mantienen bloqueada la entrega de fondos del primer rescate.

78.000 millones

Más austeridad

El nuevo plan de ajuste que se le exige a Grecia incluye privatizaciones y recortes sociales.