Zapatero cede ante PNV y CiU y priorizará los convenios autonómicos
23 jun 2011 . Actualizado a las 09:42 h.El Gobierno estuvo ayer al borde del abismo. En el último momento, y después de una negociación contrarreloj con el PNV y CiU, logró salvar su decreto de reforma de la negociación colectiva. No pudo conseguir nada más que la abstención de los nacionalistas, pero bastó con los únicos votos del PSOE. Lo contrario lo habría abocado sin remedio a un adelanto electoral. Ahora la norma se tramitará como proyecto de ley y, sin duda, será enmendada. Hacía mucho tiempo que no se veía en una situación tan crítica. El precedente está mayo del 2010, cuando también in extremis logró aprobar el decreto que contenía el mayor recorte del gasto de la democracia con la abstención, aquella vez en exclusiva, de los nacionalistas catalanes. CiU no quería llevar en solitario esa carga esta vez.
Cuando el pleno estaba a punto de arrancar a las nueve de la mañana, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, no estaba en su escaño sino en los del PNV, que había dejado claro que votaría en contra del decreto porque hacía prevalecer los convenios colectivos estatales sobre los autonómicos y el Ejecutivo no se avenía a renunciar a ese nuevo orden jerárquico. Los nacionalistas catalanes, que parecían dispuestos a la abstención, o al menos con eso contaban los socialistas, recularon también y, de pronto, las cuentas del Gobierno no salían.
Alrededor de la una de la tarde, empezó el debate del decreto. Y visto que no había habido modo de amarrar un acuerdo, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, optó por dilatar la discusión. En lugar de escuchar a todos los portavoces para luego contestar en bloque, decidió dar réplica uno a uno. Mientras, en la zona de Gobierno, el líder parlamentario del PNV, Josu Erkoreka, discutía flanqueado por un equipo de técnicos con el portavoz socialista, José Antonio Alonso, y sus asesores. Por fin, cerca de las dos y media de la tarde, Valeriano Gómez, que esperaba la señal, renunció a contestar al PP y se procedió a la votación.
CiU, después de negociar también, introdujo en el preámbulo un mención explícita a la ligazón entre salarios y productividad, «avances» en la línea de lo propuesto por la patronal en lo referente al absentismo y los límites a la flexibilidad. El hecho de que la norma se vaya a tramitar como proyecto de ley, decidido por unanimidad, anuncia cambios sustantivos.