Isla: «Me veo como un ciudadano residente en Galicia para siempre»

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Pablo Isla, a su llegada a la junta general de accionistas en la que fue nombrado presidente de Inditex, en julio del 2011. A su izquierda, Flora Pérez, esposa de Amancio Ortega
Pablo Isla, a su llegada a la junta general de accionistas en la que fue nombrado presidente de Inditex, en julio del 2011. A su izquierda, Flora Pérez, esposa de Amancio Ortega EDUARDO PEREZ

Emocionado, tomó el relevo de Ortega en la presidencia de Inditex

20 jul 2011 . Actualizado a las 10:26 h.

Lo intentó dos veces y desistió de una tercera. La emoción pudo con Pablo Isla al finalizar la junta de accionistas de Inditex y darle las gracias al máximo órgano rector de la compañía, al consejo de administración y a Amancio Ortega por confiar en él para ocupar la presidencia de la primera empresa textil del mundo.

Intentaba demostrar ante todos los presentes (accionistas y medios de comunicación nacionales e internacionales) que ayer era un día más, el último de un período que comenzó hace un año cuando se comenzó a gestar la sucesión de una manera definitiva. No lo consiguió.

El traspaso de poderes había sido estudiado milimétricamente. Pablo Isla llegó al salón de juntas acompañado a su derecha por Flora Pérez Marcote, mujer de Amancio Ortega, y seguido por los miembros del consejo. En el acto puso en valor la compañía y destacó los hitos del 2010, y los que llegarán en el 2011.

Turno de preguntas

Todo estaba previsto. Excepto el turno de preguntas de los periodistas, cuando dejó claro la vinculación de la compañía con el territorio: «Me veo como un ciudadano residente en Galicia para siempre», contestó. Con una educación exquisita, dejó claro que no quería entrar en «cuestiones ajenas», como las políticas. Zanjó así la posibilidad de que acudiese a una llamada de Mariano Rajoy invitándole a formar parte del Gobierno en caso de que ganase las elecciones generales. «Mi futuro está ligado a Inditex», concluyó, al tiempo que recordaba que ya lo había dicho en otras ocasiones.

Durante la junta de accionistas la representante de CC. OO. abrió una espita: hay talleres en Galicia que han cerrado porque la compañía no les encarga trabajo. Pidió que la empresa entendiese la situación por la que atraviesan y le preguntó si se habían tomado medidas para paliar la situación.

Isla destacó que la aportación de los talleres es clave para el modelo de negocio, ya que dan respuesta a la producción en proximidad, es decir, permiten reaccionar con rapidez y flexibilidad a las demandas de los clientes. Posteriormente la compañía ofreció los siguientes datos: Inditex tiene 13 fábricas, todas ubicadas en la comunidad, y proporcionan trabajo a 97 talleres, tres menos que hace un año. La actividad de textil/confección de la multinacional en Galicia representa alrededor de un 45 % del sector gallego. En el mundo genera 500.000 empleos directos e indirectos.

Ortega, en el consejo

Pablo Isla apostó por el crecimiento de la compañía de manera orgánica -no a través de compras de otras empresas-, al tener capacidad de desarrollo todas las cadenas, a las que se le podría sumar alguna nueva, aunque no en el corto plazo.

Amancio Ortega, que cuenta con un 60? % del capital de la compañía, deja la primera línea ejecutiva, pero «seguirá manteniendo una participación muy activa en la vida de la empresa», dijo Isla. Precisó que estará representado en el consejo de administración, pero no hizo más especificaciones. Pese al cambio, es previsible que la opinión del fundador de la compañía siga teniendo un peso importante en la toma de decisiones estratégicas de la primera multinacional textil del mundo.

Ortega no estuvo en persona en la primera junta de accionistas de Inditex. No lo ha hecho nunca, tampoco ayer, aunque la confianza la ha depositado en su esposa. Tras el acto, el fundador y el recién nombrado presidente volvieron a reunirse.