La Caixa Rural Galega, con sede en Lugo, «no tiene previsto participar en ningún proceso de integración» con otras entidades similares, «más allá de la colaboración que mantiene con el resto de entidades del Grupo Caja Rural, ya que entiende que su independencia le permite prestar a sus socios y clientes un servicio más próximo», según detalló la caja en su presentación de resultados del 2011. Dentro de las cajas rurales españolas está habiendo también un proceso de concentración, con ejemplos como Cajamar.
La firma, que ha abierto más oficinas en Galicia en el último ejercicio, acabó el 2011 con un beneficio de 1,8 millones de euros, un 9,5 % menos. Sacrificó ganancias a costa de mejorar el saneamiento de sus activos inmobiliarios, como exige el Gobierno central. Este mes de marzo ya cumplirá con esos requisitos, aunque tiene hasta diciembre para hacerlo.
Su volumen de créditos aumentó un 10 %, y sus depósitos, otros dos puntos, con una ratio de morosidad del 2,8 %. La media del sector supera el 7 %.