Los intereses de la deuda y la Seguridad Social elevan el agujero al 3,96 % del PIB
31 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Solo el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tiene en estos momentos la clave de si finalmente España cumplirá al cierre del 2013 el objetivo presupuestario comprometido con la Unión Europea: un déficit del 6,5 % del PIB. Y es que, aunque él viene insistiendo durante las últimas semanas en que no se rebasará esa frontera, las cuentas conocidas hasta ahora lo ponen en entredicho.
El último informe de ejecución presupuestaria elaborado por su departamento, y publicado ayer, revela un dato preocupante. A falta de computar diciembre -mes tradicionalmente malo para las arcas públicas al producirse mayores gastos, algunos diferidos-, el déficit del Estado se había incrementado un 8,5 % durante el presente ejercicio, hasta los 40.606 millones de euros (3.200 millones más que hace un año), lo que representa el 3,96 % del PIB, casi dos décimas más que el 3,8 % previsto. El descuadre no resulta baladí si tenemos en cuenta que los recursos no financieros -es decir, los ingresos comunes- aumentaron un 6,1 % en ese período hasta los 111.099 millones de euros, merced a las fuertes subidas de impuestos. El problema es que los gastos subieron claramente por encima, un 6,8 %, hasta 151.705 millones. ¿El motivo? Pues fundamentalmente el avance de una parte de los intereses de la deuda -que crecieron un 15 % hasta los 26.005 millones- y las mayores transferencias a la Seguridad Social, que ha recibido del Estado 5.505 millones más que en el 2012, incluidos 10.221 millones para las pensiones (un 5,7 % más).
Resultado engañoso
Precisamente gracias a ese anticipo -en total, sus arcas recibieron 15.269 millones del Estado hasta noviembre, 6.416 millones más que hace un año y ya el 98,3 % de todo lo presupuestado para el 2013-, la Seguridad Social registró un saldo positivo de 943 millones. No obstante, se trata de un resultado engañoso, pues ese superávit fue insuficiente para pagar las pensiones (debido a la caída de cotizaciones por el incremento continuado de la destrucción de empleo). De hecho, en los últimos meses ha tenido que recurrir a la llamada hucha de las pensiones para abonarlas.
No son los únicos puntos por los que parecen romperse las costuras de las cuentas públicas respecto a la previsión de déficit. Por ejemplo, dentro del capítulo de otros ingresos, Hacienda reconoce un ajuste «negativo» de 5.027 millones de euros en concepto de «recaudación incierta», es decir, por unas previsiones de recursos no detalladas que finalmente no se han podido cumplir. Respecto al conjunto de las Administraciones, el saldo hasta octubre -también conocido ayer- era de un déficit de 45.158 millones de euros, un 4,87 % del PIB y casi el mismo nivel que en septiembre.
Montoro está confiado porque las comunidades no superaban su límite negativo para el 2013 (el 1 % del PIB, 10.200 millones) y las corporaciones locales duplicaban su superávit (0,40 % del PIB). El problema es que en los finales de año el gasto siempre se dispara.
«Hay margen suficiente para cumplir el objetivo de déficit público»
«[Las cifras demuestran] un esfuerzo enorme de consolidación fiscal y el compromiso asumido por el conjunto de las Administraciones»
Marta Fernández Currás