Anticorrupción investiga anomalías en créditos de Bankia por 1.500 millones

josé antonio bravo MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Las irregularidades afectan a seis operaciones de préstamos inmobiliarios

08 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Las cuentas de Bankia (fusión de siete cajas) en etapas precedentes parecen un pozo sin fin. Caja Madrid y Bancaja fueron las que más bombas de relojería, en forma de préstamos prácticamente irrecuperables y negocios casi ruinosos, colocaron en un banco que terminaría por caer, con un agujero de 4.570 millones de euros, al cierre del 2011, una vez limpiados los maquillajes y sin contar los 1.192 millones de pérdidas achacables a la etapa de Rodrigo Rato que, según el análisis de los peritos del Banco de España, no contabilizó su sucesor, José Ignacio Goirigolzarri.

El actual equipo gestor del banco, sin embargo, sí ha remitido desde mayo a la Fiscalía Anticorrupción un total de 47 expedientes con operaciones sospechosas de contener irregularidades. Y dentro de ellos destacan de forma especial media docena de operaciones inmobiliarias que tuvieron un desarrollo similar: aparentemente hubo trato de favor a los peticionarios de los créditos, no había justificación económica para ellas y tampoco evaluación del riesgo.

Se prestaron 1.466,47 millones que terminaron siendo declarados insolventes en las cuentas de Bankia del 2011. Eso obligó a provisionarlos, restando recursos propios de la entidad. Como reconocía en diciembre de ese año el consejero José Manuel Fernández Norniella, la situación con los activos adjudicados y las sociedades participadas era, al menos, «compleja». «Contamos con más de 350 socios de los que el 80 % son promotores, la mayoría insolventes», advertía. Su origen era diverso, según constata en el informe pericial, aunque la mayoría (51 %) provenían de Bancaja y, además, «con un riesgo alto». Caja Madrid aportaba otro 20 %, «con riesgo bajo», y el resto llegaba de las otras cajas, «con un riesgo medio».

Tenían los datos y se ocultó

Lo que extraña a los peritos es que, pese a disponer entonces de los datos, «la afloración y transparencia de una situación de deterioro de la solvencia» de las participadas «no se haya puesto de manifiesto hasta ahora». Eso sí, buena parte de ese iceberg contable fue destapado por los nuevos gestores del banco al reformular las cuentas del 2011, pues el 70 % del ajuste extra de 1.016 millones que incluyeron tenía ese origen. Tampoco el socio auditor de Deloitte que revisaba las cuentas, Francisco Celma, hizo salvedades. Los peritos estiman que «tenía que haber detectado todos esos errores contables» y por eso las acusaciones piden ahora su imputación.

Nada dijo de las seis operaciones referidas: un crédito de 235 millones de Caja Madrid al grupo Sando en 2007 para comprar tres fincas en Sevilla, otros cinco de Bancaja a la inmobiliaria Espacio entre 2007 y 2010 por 141,4 millones para financiar suelos de sus propios accionistas, y 95,2 millones más de esa entidad en 2009 para reforzar Polaris World, que construyó miles de apartamentos en Murcia. A ello se suman otros 32,6 millones para comprar suelo en la capital andaluza, 13 millones para adquirir una inmobiliaria en Valencia y hasta 949,4 millones para respaldar en 2007 la opa de Martinsa sobre Fadesa.