La generación de la crisis busca su hueco

La Voz

ECONOMÍA

Xoán A. Soler / Paco Rodríguez / Mónica Irago / Capotillo / Xesús Búa / Carmela Queijeiro

Los «millenials» gallegos no se resignan. Algunos de ellos exponen sus anhelos profesionales junto a aquellos que han logrado ser lo que ellos ansían

01 may 2016 . Actualizado a las 08:28 h.

Los gallegos nacidos en el siglo XXI se enfrentan a un futuro laboral complejo en un país en el que la mitad de los jóvenes menores de 25 años no tienen un empleo. Pero los «millenials» gallegos no se resignan. En este 1 de Mayo, Día Internacional del Trabajo, una representación de ellos exponen sus deseos profesionales, sus anhelos y sus dudas, junto a aquellos que, precisamente, han logrado ser lo que ellos ansían. «¿Y tú que quieres ser de mayor?».

«Es un trabajo muy creativo»

  • Carmen Martínez, de 11 años, quiere ser peluquera como Diana Rey 

MONICA IRAGO

Con sus once años, Carmen tiene claro que quiere ser peluquera. «Bueno -confiesa- también me gustaría ser forense, o profesora de hípica». Lo de la hípica le viene porque le encantan los caballos, lo de forense, por las series de la tele, y lo de peluquera, porque tiene el ejemplo en casa. Su madre, Diana Rey, está al frente de la peluquería Tijeras de Diseño, en Vilagarcía. Allí pasa Carmen algunas tardes, entre extraescolar y extraescolar. Y allí ha aprendido mucho sobre el arte que se puede hacer con el cabello. «Lo que más me gusta es ver cómo cambia la gente. A una persona le haces un peinado bonito, y se pone contenta y feliz», cuenta la niña, que no tiene ningún reparo en acercarse a las clientas a las que conoce bien para hacerles sugerencias sobre su imagen. «A una amiga mía le dijo que por qué no se dejaba flequillo. Le hizo caso, y la verdad es que le queda muy bien», cuenta, orgullosa, la peluquera titular. A Diana no le disgusta la idea de que su hija siga sus pasos. A fin de cuentas, ella es peluquera de vocación. «Es una profesión muy bonita, muy creativa», explica. «Y haces a la gente feliz», vuelve a insistir la pequeña Carmen. Porque si hay algo que siente mejor que un buen peinado, es una sonrisa de oreja a oreja.

«Siempre que puedo, juego»

  • Hugo Costas, de 12 años, quiere ser como Nolito

R. OTERO

Hugo Costas, rubio y liviano, con pinta de deportista, quiere ser como Nolito, futbolista. Pero en un alarde de sinceridad piensa que tiene a muchos chicos de su edad por delante en la carrera por alcanzar un lugar en un equipo profesional. Eso no quiere decir que no vaya a intentarlo.

«Quiero ser futbolista porque desde pequeño me gusta jugar y siempre que puedo jugar, juego». La timidez a la hora de hablar sobre su futuro no se corresponde con lo que sucede cuando Hugo tiene un balón cerca. Fue ver a Nolito y comenzar a pelotear con el 10 del Celta. Con desparpajo y sin miedo al fallo. De la misma manera, Hugo destila humildad cuando sitúa su escalafón en el mundo del fútbol base: «Hay mucha gente mejor que yo, que puede tener más oportunidades». La fría aseveración no significa arrojar la toalla. Lleva jugando toda la vida y desde tercero de Primaria en competiciones de ámbito federado. Por eso este incipiente mediocentro sabe que para emular a Nolito solo hay un camino: «Entrenar mucho y jugar todo lo posible y hacerle caso a los entrenadores».

También hacerle caso a los consejos del céltico y mantener en cada partido la misma soltura que exhibió en A Madroa, la ciudad deportiva del Celta.

«Quiero ser algo en la pintura»

  • Bella Jasmin Kahia, de 14 años, quiere ser como Eduardo Hermida

CÉSAR TOIMIL

Empezó pintando las paredes de su casa cuando aún era poco más que un bebé y desde pequeña anduvo enredada entre lápices y colores. No fue, no obstante, hasta los seis años, cuando Bella Jasmin Kahia González comenzó a recibir clases de pintura con Eduardo Hermida, el alma máter de Las Meninas, una experiencia de arte callejero que ya ha traspasado las fronteras nacionales. «Las clases son muy divertidas y además puedo elegir yo lo que quiero pintar», explica, al mismo tiempo que matiza que, «más que pintar, me gusta dibujar con lápices, y también las acuarelas y los óleos». No tiene duda alguna de que «me gustaría llegar a ser algo relacionado con la pintura».

Su maestro tampoco duda de que «tiene un futuro brutal por delante», ya que, aunque sobresale en la figura y el retrato, «le da a todo muy bien». Añade que, además de que «verla trabajar es una maravilla» por encima de todo es «una persona adorable». Aunque le insiste en que la vida de pintor es muy dura, le recomienda estudiar en una escuela de Artes y Oficios.

«Me gustaría defender a la gente»

  • Izan Bande, de 10 años, quiere ser como Xosé Manuel Pacho

Santi M. Amil

Izan Bande Alonso tiene 10 años. Dice que quiere ser abogado, aunque cuando era más pequeño, indica, se le pasaron otras profesiones por la cabeza como bombero o policía. Fue seguramente el hecho de contar con una tía que es jueza, lo que le llevó a cambiar de opinión. El abogado es el ourensano Xosé Manuel Pacho. Lo primero que le dice a Izan es que estudie y que aproveche sus años de niño y joven para vivir todas las experiencias que pueda, antes de dedicarse al cien por cien a su profesión. «Me gusta defender a la gente, porque quiero que no vaya a la cárcel», afirma el niño cuando justifica su decisión. Aunque añade que, si pudiera, también querría ser juez. Tras el encuentro, Izan lanza una pregunta: «¿Defenderías a una persona que mató a otra?». Y Xosé Manuel Pacho, como buen gallego, le responde: «¿Y si fuera en defensa propia?». La duda queda en el aire. E Izan sonríe. Aunque parezca extraño, no son muchos los compañeros del colegio que quieren ser abogados.

«Tienes que creer en lo que haces»

  • Claudia Rodríguez, de 10 años, quiere ser como Florentino

miguel souto

A Claudia Rodríguez Dobarro le encanta la moda. De mayor tiene claro que lo suyo será una profesión creativa como diseñadora. Su abuela le enseñó a manejar la máquina de coser y también sabe coser a mano. Dos habilidades que sorprendieron a Florentino Cacheda. El diseñador lalinense enseñó a Claudia todos los rincones de la fábrica, desde los show rooms donde se muestran a los clientes las prendas de las nuevas temporadas a los almacenes de donde salen las prendas rumbo a todos los rincones del mundo.

En la mesa de patronaje Florentino explicó a Claudia todo el proceso desde la elección de los materiales al diseño y el corte de cada una de ellas. Al diseñador no le pasó desapercibido el estilo personal de Claudia, su interés por las publicaciones de moda y por los complementos y se mostró encantado de la moda en Lalín tenga relevo. Le dio un consejo: «tienes que creer en lo que haces» y «estudiar mucho» y resumió las claves del éxito en «trabajo, trabajo y trabajo, ilusión y constancia».

«Yo lo que quiero es ayudar a los demás»

  • Matilda Molezún, de 5 años, quiere ser como Javier casal

PACO RODRÍGUEZ

Matilda quiere ser bombera. Una vocación que, venida de una niña de tan solo 5 años y sin antecedentes familiares en el cuerpo, puede sonar extraña. Aunque pensado detenidamente, tiene una lógica aplastante. Como cualquiera de su edad, lo que realmente quiere es ser una superheroína. Pero en ese tránsito de un mundo fantástico a la realidad que es la infancia, lo más parecido que ha encontrado son los bomberos. «Yo lo que quiero es ayudar a la gente. Bueno, y a los gatos... A todos lo que tengan problemas», afirma. Y, claro, a eso es sin duda a lo que se dedican los bomberos. Matilda insiste en esta vocación desde antes incluso de aprender a hablar. El primer regalo que recuerda haber pedido es un camión de bomberos, «pero de los de verdad», matiza. En el parque de Bomberos de A Coruña solo hay una mujer que se enfunde diariamente el casco. «Ya es hora de que haya más -afirma Javier Casal, un futuro compañero-. Pero para eso tienes que comer muchos chuletones», advierte a Matilda.

«Quero ensinar e traballar de música»

  • María Crespo Cutrín, de 12 años, quiere ser como Simón Couceiro

XOÁN A. SOLER

Desde que asistió a la primera clase de música, con 5 años, a María Crespo Cutrín le interesó tanto que ahora, con 12 años, lo tiene claro: «quero ensinar e traballar de música, ser profesora de saxofón nun Conservatorio, solista nunha agrupación importante, ou directora», dice. Su familia la animó, para seguir la estela de su abuelo, que tocaba el requinto. Estudia, en Santiago, primero de grado profesional de saxofón en el Conservatorio Profesional de Música, y primero de la ESO en el IES Lamas de Abade. Pertenece a la banda del Conservatorio Profesional y a la de Santa Cruz de Ribadulla. Una vez al mes va a Ribeira, a una clase magistral con el saxofonista vigués Rodrigo Pérez Vila, docente del instrumento en el Conservatorio Superior de Mallorca, y María quiere especializarse con él. «Por supuesto que le aconsejo que siga, es el futuro. Para quien le gusta, trabajar en la música es impagable, un privilegio; y vivir de ello en Galicia, como quería yo, más aún», dice Simón Couceiro, desde 1993 clarinete en la Banda Municipal de Santiago, una de los dos profesionales de Galicia, y reconocido com positor.

«Pienso hacer una carrera para estar en el mundo de la pesca»

  • Juan Canoura Calzado, de 14 años, quiere ser como Samuel Canoura Labayén 

XAIME RAMALLAL
 

En el puerto viveirense de Celeiro, en A Mariña, aún hay hijos de marineros o armadores que quieren emular a sus padres, y profesionales del mar dispuestos a que les sigan. Por ejemplo, Juan Canoura Calzado y su padre, Samuel Canoura Labayén, conocido por Sito. A sus 52 años, después de trabajar en el mar desde los 14, Sito es armador del Pico Tresmares, que faena en el Índico y en el Pacífico, y del Nuevo Pérez, que pesca en Gran Sol. «Trinta e pico familias» viven directamente de la empresa.

El chaval lo tiene claro: «Tengo pensado acabar los estudios, ESO y Bachillerato, y hacer una carrera, Náutica o Ingeniería Naval, para estar en el mundo de la pesca. Me gusta, mucho, y por eso a mis amigos y amigas les parece bien cuando les digo que quiero ser armador, pero, por otra parte, me dicen que no, que el mar es muy malo, estás alejado de tu familia...». A Sito le parece «moi ben» la elección de su hijo, a quien «desde pequeno gústalle todo o que é o barco e a pesca. Vaise poñendo ao día, e está moi ben; e xa sabe que para mandar nas empresas da pesca aquí hai que navegar».

«Quiero ser médico por mi abuelo»

  • Janneris Lorenzo Andújar, de 12 años, quiere ser como Rubén Domínguez

CAPOTILLO

Janneris Lorenzo Andújar tiene 12 años y cursa sexto de primaria en el CEIP Praza de Barcelos de Pontevedra. Quiere estudiar Medicina y no tiene plan B. Es de Santo Domingo (República Dominicana) y lleva ocho meses en la ciudad, donde ya vivió en una etapa anterior. Habla poco, pero tiene las ideas muy claras: de mayor quiere ser neuróloga. Le pregunta a Rubén Domínguez Fernández, de 29 años y médico residente de tercer año en la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, las diferencias entre la psiquiatría y la neurorología. Janneris no tiene ningún facultativo en su familia, a diferencia de Rubén. Su padre es cirujano. «Yo desde pequeño ya quería ser médico y jugaba con muñecos», le cuenta. Le explica que el trabajo no solo son las consultas: «Hay guardias y un médico está toda la vida formándose». La niña escucha atenta. Ilusión y vocación no le faltan y además saca «muy buenas notas».

«Ensinar é algo vocacional, non te vas a facer millonario»

  • Kike Vidal, de 13 años, quiere ser como Agustín Agra

CARMELA QUEIJEIRO

Kike Vidal de pequeño soñaba con ser deportista, como tantos otros niños, pero hace un par de años se cruzó en su camino una profesora que lo marcó con sus clases amenas y cercanas. Supo entonces que de mayor quería dedicarse a la docencia. «A min gustaríame ensinar aos rapaces pequenos e compartir con eles cousas que non saben para que teñan un futuro mellor, sen complicacións», dice. Su profesor de biología, el también escritor Agustín Agra, confía plenamente en la capacidad de Kike para lograr esta meta, porque «é un rapaz dez, non só no académico, que tamén», y porque tiene esa «vocación que é precisa en toda profesión».

Alumno y maestro coinciden en que «ensinar é algo vocacional, non te vas a facer millonario nisto», y en que las enseñanzas más importantes son las que no están en los libros. Agra, un hombre de ciencias, se daría por satisfecho si sus estudiantes aprenden a «seguir o seu camiño e a facer o que de verdade lles gusta» y Kike va a lo humano. «A humildade» es para él la mejor de todas las lecciones, indica con semblante serio el joven boirense.

Cuidar animales, una vocación

  • Carlota Arias López, de 13 años, quiere ser como Iván Rosende San Miguel

OSCAR CELA

A Carlota Arias le quedan todavía años para entrar en la universidad, pero tiene muy claro, desde hace tiempo, lo que quiere ser: veterinaria, igual que Iván Rosende San Miguel, que acabó la carrera hace 17 años en Lugo. Pese a la diferencia de edad, comparten muchas cosas en común, como el amor por los perros. Ambos tienen uno. Iván Rosende con la misma edad que Carlota ya sabía a qué quería dedicarse. Criaba pájaros y hámsteres. Ahora tiene una pecera impresionante. «Me encantan los animales», confiesa. Carlota cuida de Greta, a la que adoptó en la protectora hace cuatro años, y de una iguana.

El veterinario empezó en la profesión como clínico de animales grandes al terminar la carrera. Cuando tuvo la oportunidad de convertirse en funcionario no se lo pensó. Ahora trabaja en la oficina comarcal de Medio Rural en Lugo. El profesional anima a Carlota a seguir sus pasos. «Si te gusta, no te lo pienses. Primero es el curso más complicado porque, al menos en mis tiempos, las asignaturas poco tenían que ver con la profesión. Después, si te gusta, te engancha». «Las cosas están mal -señaló- pero lo están en todos los campos».

«Lo ideal es hablar con los clientes»

  • Natalia Bocanegra, de 12 años, quiere ser como Adrián Seijas

ROI FERNANDEZ

La monfortina Natalia Bocanegra y el chantadino Adrián Seijas tienen historias paralelas. Los años dirán si divergen o si ella se mantiene en sus trece de dedicarse a la hostelería cuando sea mayor. Por ahora, Natalia ya ha pasado buena parte de sus 12 años entre fogones y máquinas de café. Sus abuelos tenían una cafetería con comedor cerca de la estación de Monforte y sus padres Yolanda y Francisco acaban de abrir uno de los bares que están devolviendo a este viejo barrio algo de su antigua animación. Acostumbrada al ajetreo de la hostelería, siempre ha tenido claro lo que quiere ser y nunca lo ha escondido. «No soy de las que dicen en el colegio que quiere ser médico», bromea. Lo que más le gusta es cocinar, pero también le resulta atractivo el trabajo de camarera. «Lo ideal -dice- sería salir de la cocina cuando te aburras y ponerte a hablar con los clientes, que es más entretenido». Adrián Seijas, nieto y sobrino de cocineros, formador de camareros y ganador del campeonato nacional de baristas del 2015, la anima: «Si te gusta, esta profesión te puede dar mucho».

«Lévanme idea as vacas»

  • Rodrigo Salgueiro, de 16 años, quiere ser como Cristóbal Touriñán

XESÚS BÚA

Rodrigo Salgueiro es hijo de un fontanero y una cartera, pero él quiere ser como su vecino Cristóbal Touriñán, que desde hace cuatro años se ocupa de la granja familiar en Castelo, en el municipio de Muxía.

Rodrigo todavía estudia segundo de la ESO, pero ya tiene muy claros sus planes. Piensa seguir por la rama agraria, que se imparte en Fonteboa, donde está matriculado, y en convertirse en socio de Cristóbal. Para hacer méritos y, sobre todo, por gusto, todos los fines de semana acude a la explotación de su vecino y se dedica a limpiar la cuadra. «Nótase ben cando vén o rapaz», señala el joven ganadero, que se ocupa de 220 cabezas de las que un centenar están en ordeño.

La vocación de Rodrigo comenzó, según él mismo confiesa, hace unos tres años. Un día fue a la granja de su vecino y le gustó tanto que a partir de ese momento se hizo asiduo. «Lévanme idea as vacas», señala el joven. Ese vínculo que tiene con los animales hace que no le importe trabajar por casi nada. «Pagan moi pouco», comenta. Este verano podrá continuar con una pasión que no le viene de casa, donde sí hubo algunas vacas, pero desaparecieron mucho antes de que naciera.

Con información de Dolores Cela, C. Viu, Carlos Cortés, C. Barral, R. Estévez, Beatriz Couce, C. Andaluz, Rocío Ramos, S. Serantes, P.C., X.R.C., F.M., J.G.