El cierre de cuatro plantas de PSA y Opel en una década alimenta el temor en Europa ante una fusión

m. s. d. VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

PSA

El objetivo de la alianza es mejorar la rentabilidad y eficiencia operativa de PSA, que se convertiría en el segundo grupo de automoción de Europa

17 feb 2017 . Actualizado a las 07:51 h.

La automoción europea contiene la respiración a la espera de conocer si finalmente el grupo PSA comprará la filial europea de General Motors. Ayer, en la planta española de Opel (en Zaragoza) todavía trataban de recuperarse de la conmoción que supuso la confirmación, por parte de ambas corporaciones, de que las negociaciones existían. De hecho, el comité de empresa guardó un silencio sepulcral ante la incertidumbre sobre el desenlace de las conversaciones en marcha.

Mientras PSA saca pecho confirmando unas negociaciones de compra que, en principio, nada deberían preocupar a la factoría de Vigo, nadie quiere valorar la hipotética operación y aventurarse en las posibles consecuencias. Tampoco Opel España, que espera acontecimientos desde Francia, Alemania y Detroit.

La que ya ha dado un paso al frente es Alemania. El Ejecutivo que preside la canciller Merkel teme por el futuro de las tres plantas de Opel y los cerca de 20.000 empleos que pueden verse amenazados. Hay motivos fundados para la preocupación. Fuentes de Anfac, la patronal española de fabricantes de coches, recordaban ayer que, en la última década, PSA y Opel han cerrado cuatro plantas en Europa por su falta de rentabilidad. La primera fue la fábrica de PSA en Ryton (Gran Bretaña) en el año 2007, que destruyó 2.300 empleos. En el 2010, Opel bajó la persiana de la factoría de Amberes (Bélgica), y dejó a 1.300 trabajadores en la calle. Ya más recientemente, en el 2013, PSA movió ficha en casa y cerró la fábrica francesa de Aulnay, con sus 3.300 operarios.

En el 2014, Opel consumó las amenazas de cierre de la factoría de Bochum (Alemania) y el despido de 3.000 empleados.

El objetivo de la alianza con Opel es mejorar la rentabilidad y eficiencia operativa de PSA, que se convertiría en el segundo grupo de automoción de Europa, solo por detrás de Volkswagen.