Durante la crisis, y a diferencia de años precedentes, la inflación en España se vio temporalmente frenada. Efectivamente, desde la adopción del euro, era elevada para los cánones de la moneda única, del orden del 3 %. Esto afectaba gravemente a la competitividad de nuestro país, porque hacía que los productos y servicios que aquí se producían se encarecieran más que los de nuestros competidores.
La inflación casi nula durante la crisis ayudó a aliviar la pérdida de poder adquisitivo de nuestros salarios y pensiones. La verdad es que, al socaire del altísimo nivel de paro alcanzado en la crisis y a la reforma laboral realizada para salir de este pozo, los salarios reales (incluso con estas bajísimas tasas de inflación) se han reducido. En cuanto a las pensiones, el sistema actual de cálculo modificado en 2013, ha pasado de una revalorización en función de la inflación a otra sujeta a la situación financiera del sistema de la seguridad social lo que la limita al 0,25 % de incremento.
Pero el frenazo de precios en los años de la crisis, que ha ayudado a no deteriorar en demasía el poder adquisitivo de salarios y pensiones, ha tocado a su fin como la misma crisis. La cesta de la compra y los precios en el futuro, aunque no lleguen a las exageraciones de la década pasada, se aproximarán más al 2 % que al 0 %, y eso contando con que los precios de la energía se mantengan controlados.
La pregunta del millón es, a la vista del comportamiento en estos años de los salarios y pensiones, qué va a pasar a partir de ahora con nuestro poder adquisitivo en este entorno de inflación.
Una de cal y otra de arena; lo positivo es que los salarios se ajustarán al alza. Lo negativo es que las pensiones van a perder poder adquisitivo. ¿Y en qué me baso para realizar estas afirmaciones? En cuanto a los salarios, en España la ocupación está aumentando desde 2013 en más de 400.000 puestos cada año, cifra realmente notable. En nuestro país se crea uno de cada cuatro nuevos puestos de trabajo de los generados en la eurozona. A medida que la tasa de paro se reduzca a niveles precrisis (8 %), y si por una vez conseguimos consolidar esas cifras y caminar hacia el pleno empleo, que nadie dude que los salarios tenderán al alza de manera totalmente natural. Esto por alguna maldición divina no lo hemos conseguido desde que hay democracia. La tasa de paro media siempre se ha movido en niveles del 15 %. La clave es no caer en decretos o acuerdos sectoriales de subidas de salarios que solo valdrían para perpetuar niveles de paro estratosféricos. Los salarios subirán, tal como pasa en todos los países que se acercan al pleno empleo.
¿Y las pensiones? Esa es otra historia. Creo que van a perder poder adquisitivo, a corto y medio plazo. Por eso es muy recomendable, para los parados incorporarse cuanto antes al mundo laboral (aun teniendo en contra la actual precariedad salarial) y para todos, un plan B de ahorro.