Feijoo dice que no permitirá que se eleve la presión fiscal en Galicia porque a Cataluña «non lle chega»

ECONOMÍA

«Que non veña ningún partido a obrigar a unha suba de impostos a unha comunidade que está cumprindo», asegura el presidente de la Xunta
27 nov 2020 . Actualizado a las 15:01 h.El presidente de la Xunta cree que la iniciativa de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para presionar al Gobierno con el objetivo de homogeneizar los impuestos autonómicos —que en las últimas horas ha sido avalada por Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y algunos líderes autonómicos—, «é o mundo ao revés». Se trata de un asunto que no se abordará con intensidad hasta que se resuelvan los Presupuestos Generales del Estado, pero a Alberto Núñez Feijoo ya le parece sorprendente que haya sido un partido independentista el que haya colocado en la agenda política una propuesta que ataca directamente a la capacidad de decisión de los territorios. «Non hai autonomía política sen autonomía financieira», dijo en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal con sus conselleiros.
Al margen de las circunstancias que han elevado a la actualidad un tema que la ministra de Hacienda ya dejó caer con anterioridad, Feijoo tiene su propia perspectiva que ahonda en posturas defendidas en otros conflictos relativos a la fiscalidad y la financiación autonómica. Para el líder gallego supone una incoherencia que haya comunidades que cumplen tradicionalmente con los parámetros de gasto, endeudamiento y déficit fijados por el Estado —mencionó expresamente a Galicia, Madrid y Canarias— y que se intente cercenar su capacidad para rebajar impuestos a sus ciudadanos. Su sospecha es que con esa homogeneización fiscal serán las Haciendas cumplidoras las que pasen a sufragar los desmanes contables de otras, a las que también se le perdonan deudas y que recurren a fondos públicos para costear sus compromisos de pago.
A la baja, sí
Con todo, Feijoo no está en contra de la armonización autonómica si esta se produce a la baja, esto es, para reducir impuestos y dejar más dinero en el bolsillo de los ciudadanos. E incluso podría asumir que exista un acuerdo general para establecer horquillas con máximos y mínimos y que cada comunidad los maneje respondiendo a sus intereses o posibilidades. Por lo que no va a pasar el presidente gallego es por que se le eleve la presión fiscal a Galicia «porque a la Generalitat non lle chega». Si es al alza, sostiene, no es una armonización, sino una subida «indiscriminada de impostos» promovida por un partido (ERC) que, recordó, ha mantenido dos líneas muy claras en los últimos años: por un lado, la independencia a todos los niveles, y como mal menor alcanzar un concierto similar al vasco, que mantiene una autonomía fiscal casi completa.
También hay claves políticas que Feijoo no dejó pasar. Las elecciones catalanas están a la vuelta de la esquina y habría interés por generar una «tensión artificial con Madrid», que es la comunidad en la que Esquerra ha puesto sus ojos con comentarios a remolque del vicepresidente del Gobierno, en los que ha enfatizado un supuesto mal uso de los impuestos por parte de la presidenta Isabel Díaz Ayuso y de sus antecesores. «Que non veña ningún partido a obrigar fiscalmente a unha comunidade autónoma que está cumprindo, porque iso é impoñer unha suba indiscriminada de impostos», concluyó el jefe del Ejecutivo gallego, que ya advirtió que no tiene la menor intención de cambiar las políticas de bonificaciones y rebajas de impuestos que inició en el 2016, que incluyen los tributos de sucesiones, donaciones, los impuestos cero en el rural, las tasas universitarias congeladas o exenciones parciales a empresas inversoras.
Ayuso acusa al Gobierno de «enfrentar a los territorios», y Ábalos defiende la necesidad de una fiscalidad común
El preacuerdo entre el PSOE y ERC para «armonizar» los impuestos que aplican las 17 comunidades autónomas desató este jueves una catarata de declaraciones por parte de los dirigentes de los principales partidos.
El revuelo mediático alcanzó a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, de visita en Barcelona. «Es un mensaje un tanto pernicioso e injusto porque están intentando enfrentar a los territorios y tratar a los madrileños y a la Comunidad de Madrid como si fuera un paraíso fiscal que se queda con las fuerzas y las energías de todos los españoles», replicó Ayuso a quienes califican su política tributaria de «desleal» y «dumpin».
Su jefe de filas, Pablo Casado, también salió a escena para poner orden en el variado argumentario del PP, después de que los barones autonómicos ofrecieran reacciones diferentes —cuando no contradictorias— sobre la propuesta de equilibrar las desigualdades tributarias.
Casado se comprometió a dar la batalla ante el «lesivo» proyecto fiscal diseñado por el PSOE y ERC. Tras asegurar que los territorios en los que gobierna su partido seguirán bajando impuestos, el líder del PP advirtió al Gobierno que tienen de su parte «la ley y sentencias de los tribunales».
El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, salió al contraataque para defender la eliminación de las ventajas fiscales en la Comunidad de Madrid «más allá de incendios interesados».
Ábalos recalcó la necesidad de que existan «unas condiciones de mercado homogéneas» y una «fiscalidad común» en el marco de la propia UE. «No pretendamos ir a una fiscalidad europea y aquí tener una fiscalidad mínima», apuntó.
Por parte de Unidas Podemos, Joan Mena aplaudió el acuerdo para acabar con lo que tildó de «secesionismo fiscal». Desde el secesionismo político, Junts despachó la propuesta con la etiqueta de «autonomista» y Pere Aragonès (ERC) criticó que otros paguen «las rebajas fiscales» del Gobierno de Ayuso «a las grandes fortunas y los imperios económicos de Madrid».
El eurodiputado de Cs Garicano pide «que se armonicen el País Vasco y Navarra también»
El líder de Ciudadanos en el Parlamento Europeo, Luis Garicano, acusó este jueves al Gobierno de Pedro Sánchez de pretender imponer «la ley del embudo» en el ámbito fiscal tras el acuerdo con ERC para acabar con las ventajas fiscales que aplica la Comunidad de Madrid, y le recordó que para hacer una armonización fiscal en España, donde el País Vasco y Navarra tienen sistemas tributarios propios, tendría que hablarlo con sus socios nacionalistas.
Tras señalar que en España existe una «diferencia fiscal enorme», Garicano pidió al Gobierno que«no vayamos siempre a la ley del embudo», con la idea de que «estos no van a protestar, luego a estos les voy a fastidiar», en alusión a Madrid, añadiendo que el planteamiento del Ejecutivo no conduce a su supuesto objetivo de homogeneizar los impuestos. A su juicio, Sánchez basa su estrategia política en «el mantenimiento y el aumento de los privilegios de los nacionalismos, beneficiando a los que buscan establecer diferencias entre españoles y reconociendo distintos derechos dependiendo de dónde se haya nacido». Y ahora, «de repente, se les ocurre que Madrid es el problema», criticó.
El presidente socialista de Valencia promete que no subirá tasas a las clases medias
El presidente valenciano, Ximo Puig, garantizó este jueves al líder de Cs, Toni Cantó, que los presupuestos de la Generalitat para el 2021 no incluirán una subida de impuestos para las clases medias y bajas. El paquete que destacó está incluido en un acuerdo de los grupos del tripartito del Botànic (PSPV, Compromís y Unides Podem) para avanzar en la reforma fiscal iniciada en el 2017 «gracias a la que más de 1,5 millones de valencianos pagan menos impuestos».
Puig evitó criticar la polémica desatada entre Madrid y la Moncloa por la fiscalidad, pero indicó que es «ridículo que se intenten armonizar los impuestos en Europa y que no se armonicen dentro de España», y que cuando una comunidad autónoma «puede hacer dumpin fiscal, es porque alguna cosa no funciona adecuadamente». Puig insistió en que Valencia lleva tiempo reclamando «justicia fiscal» e «igualdad de oportunidades».