España se juega en Argelia el 40 % del gas

F. Fernández LA VOZ

ECONOMÍA

JOSE PARDO

Habría que fletar 146 metaneros más solo para suplir el hidrocarburo que procede del país, el principal proveedor nacional

21 mar 2022 . Actualizado a las 13:29 h.

Argelia y Marruecos son enemigos declarados. En medio de ambos está España, que necesita al segundo para contener el problema de la inmigración y al primero porque es su principal suministrador de gas natural. Ese difícil equilibrio para navegar entre dos aguas se ha roto. El Gobierno de Sánchez ha decidido aceptar la autonomía del Sáhara Occidental propuesta por Rabat y Argelia, valedora del Frente Polisario, ha desatado una crisis diplomática con Madrid. De momento, los embajadores respectivos han regresado a sus países.

Todo esto ocurre en el peor momento posible, en plena crisis energética y con media Europea intentando soltar amarradas con el gas y el petróleo rusos. ¿Y si Argelia imita a Rusia y empieza a utilizar el gas como arma de presión política? ¿Qué pasaría si corta el grifo? Ocurriría que el 40 % de la demanda de hidrocarburo de España quedaría sin cubrir. Aunque hay existencias para subsistir tres meses, habría que buscar otros proveedores a toda velocidad.

Nada indica todavía que Argel vaya a tomar una decisión tan drástica; de hecho, hay unos contratos de suministro a largo plazo firmados con Naturgy, principal comercializadora, tanto del negocio mayorista como minorista, y copropietaria a su vez del gasoducto Medgaz entre Argelia y España, con el 49 % del capital, junto a la empresa estatal argelina Sonatrach, con el 51 %. Pero cosas más raras se han visto, como que Rusia esté masacrando Ucrania y que Europa se vea al borde de una guerra.

Según datos de Enagás, el gestor de la red de transporte de gas y propietario de cinco de las seis plantas regasificadoras del país (la sexta es la gallega de Reganosa), entre marzo del 2021 y febrero pasado, el Medgaz transportó hasta Almería 146.602 gigavatios hora de combustible argelino. Haría falta fletar 146 buques metaneros más para importar tal cantidad de hidrocarburo, teniendo en cuenta que cada uno puede transportar 150.000 metros cúbicos de GNL, esto es, unos mil gigavatios hora.

Durante ese mismo período descargaron 311 barcos en las seis regasificadoras. Claro que la materia prima que llega por mar tiene unos costes de aprovisionamiento que casi duplican los del combustible que fluye por el tubo. Así, de acuerdo con los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia sobre el mercado mayorista de gas, correspondientes a noviembre pasado, el precio de las importaciones por gasoducto fue de 25,43 euros por megavatio hora, frente a los 46,12 del gas natural licuado (GNL) que llega en barco.

Argelia también exportó materia primera a España en forma de GNL. Exactamente, 20.045 gigavatios hora, que, sumados a los que fluyeron a través del Medgaz, resultan 166.647, el 39 % de los 427.225 gigavatios hora demandados en España entre marzo del 2021 y febrero pasado.

Los datos oficiales de Enagás revelan, pues, la fuerte dependencia de España del gas argelino, más barato porque llega por tubo. Los siguientes proveedores en orden de importancia fueron Estados Unidos (con el 19 %) y Nigeria (13 %), que enviaron gas por barco. Rusia fue el cuarto, con casi el 8 %, también en metaneros. Y es que, además del argelino, gasoducto solo hay otro más que llegue a España, a través de Francia, país que suministró por esa vía (y algo por barco) el 7 % de la demanda nacional.

Estados Unidos fue el primer proveedor de gas en enero y febrero

En las estadísticas de Enagás llaman la atención los datos correspondientes a enero y febrero de este año, cuando Estados Unidos se convirtió en el primer proveedor de gas, con el 33,8 % de las entregas, por delante incluso de Argelia, con el 24 %.

Solo en febrero, el 70 % del hidrocarburo llegó por barco frente al 45 % que representó durante el mismo mes del año pasado.

El temor a un posible desabastecimiento por los recortes asestados por Rusia al suministro de gas al resto de Europa desde el pasado verano movilizó a las comercializadoras para hacer acopios adicionales de hidrocarburo, aleccionadas tanto por Enagás como por el Ministerio para la Transición Ecológica. En enero, España fue el segundo país del mundo, tras el Reino Unido, que más GNL importó de Estados Unidos, seguida de cerca por Francia, según datos de la patronal estadounidense del sector.

Además, en España, los aprovisionamientos de hidrocarburo por barco aumentaron también desde que en noviembre dejó de operar el segundo gasoducto por el que fluía el hidrocarburo hacia España, el del Magreb, que atraviesa territorio marroquí. Argelia no renovó contrato de suministro por esa vía para ahogar a su acérrimo enemigo alauí, aunque garantizó a España que mantendría sus compromisos. 

Un conflicto que salpicará a Europa

Esas posibles represalias argelinas también tendrían repercusión en el resto de Europa, pues ese gas procedente del norte de África estaba llamado a ser uno de los sustitutos del hidrocarburo ruso y España, en un gran nudo (hub) de distribución del combustible para Europa. De hecho, Alemania está dispuesta a sacar del cajón el proyecto para construir un nuevo gasoducto entre la península y Francia (el Midcat) para aumentar el flujo de gas entre España y el resto del continente, que fue desechado hace pocos años porque la Comisión Europea entendió que no resultaría rentable, más teniendo en cuenta que los combustibles fósiles, como el gas, están condenados a desaparecer.