Bofetón de la Autoridad Fiscal al Gobierno por los presupuestos: «deficiencias» en unas cuentas «viciadas»
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ECONOMÍA
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La presidenta de la AIReF los califica de «irreales» y advierte de que el PIB se contraerá en el trimer trimestre
18 oct 2022 . Actualizado a las 18:10 h.Si desde el Gobierno se apresuraron a asegurar estos días atrás que no esperaban una enmienda a la totalidad de los Presupuetsos Generales del Estado (PGE) para el 2023, en dos días ya ha encajado dos. Porque, al menos metafóricamente hablando, las durísimas críticas que el lunes hizo el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y este martes la presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad FIscal (AIReF), Cristina Herrero, han sido exactamente eso: un torpedo en la línea de flotación de unas cuentas que nacen sobre unas previsiones irreales de crecimiento (el Gobierno espera un 2,1 % y la AIReF un 1,5 %) y con grandes lagunas de información.
En su comparecencia ante la Comisión de Prespuestos del Congreso, Herrero desplegó la artillería pesada contra el Ministerio de Hacienda, al asegurar que la AIReF había dudado sobre si avalar o no las cuentas, dado que nacen «viciadas» y adolecen de notables «deficiencias». Entre ellas, indicó que estaba el hecho de que la previsión de ingresos de este año esté infravalorada, para permitir despuésal Gobierno un margen fiscal de maniobra mayor, algo que admitió la titular de Hacienda, María Jesús Montero. «Esto no es prudencia», dijo.
También criticó que el PGE no incluya las medidas contra la crisis energética y de precios provocada por la invasión de Ucrania, pese a que se anunciaron unos días después, incluyéndose en el plan presupuestario remitido a Bruselas el pasado sábado.
Cabe recordar que el plan, por primera vez recogía dos escenarios: uno que se ceñía a las cuentas del PGE que está en tramitación parlamentaria, y un segundo escenario alternativo que, amparándose en la incertidumbre de la crisis y si sería necesario prorrogar o adoptar nuevas medidas frente a ella, incluía 10.000 millones de euros más en ingresos y gastos.
Así, Herrero cargó contra el hecho de que los presupuestos se hayan construido sin «una previsión realista de ingresos» para el cierre de este año, y que tampoco contemple la prórroga de medidas contra la crisis que sí se anunciaron días después y se, como se ha referido, sí se detallaron en el plan presupuestario enviado a la Comisión Europea.
La falta de información en términos de contabilidad nacional, en términos de ajuste y en la ejecución del Plan de Recuperación,Transformación y Resiliencia (PRTR) son otras deficiencias que la Autoridad Fiscal afea al Gobierno, aseverando, además, que es un problema que «no es de ahora», pero que afecta a algo más de 12.000 millones no expresados en contabilidad nacional.
«Llevamos una deriva en la que los presupuestos tienen una serie de carencias en cuanto instrumento de política económica», se quejó Herrero, subrayando que su menguante calidad informativo dificultaba la labor de supervisión del organismo que presidente. «Se debilita su función de rendición de cuentas», agregó.
Igualmente censuró que el Ejecutivo no consulte a la AIReF en julio, cuando presenta su cuadro macroeconómico y el techo de gasto, ya que no está obligada. Indicó que el momento «clave» en el proceso presupuestario para hacerlo es julio, ya que en septiembre, cuando las reciben y conocen las medidas fiscales, ha pasado demasiado tiempo, las circunstancias han podido variar y el aval de la Autoridad Fiscal llega tarde, cuando las cuentas ya están elaboradas.
Sin hoja de ruta fiscal para corregir el déficit
La máxima responsable del organismo también echa en falta una estrategia fiscal a medio plazo y alerta de que el déficit del conjunto de las administraciones públicas a medio plazo se estabilizará en torno al 3,2 % del PIB, al agotarse el margen para reducirlo si no se diseñan y aplican medidas adicionales para embridarlo.
Pero no todo son discrepancias. Ejecutivo y AIReF «coinciden prácticamente» en su previsión de crecimiento nominal para el 2023 (6 % y 5,9 %, respectivamente), aunque difieren en la composición de ese crecimiento, el deflactor y la percepción de riesgos.
Herrero justificó sus reservas en la menor inversión que espera, ya que no cree que sean las condiciones propicias, y en los riesgos que suponen unos precios desbocados, la subida de tipos y la crisis energética. Señaló también que los indicadores estan empeorando y todo hace prever un estancamiento en el tercer trimestre e «incluso una evolución negativa en el cuarto». Es decir, recesión.
El rayo de esperanza llega por parte de los fondos europeos, sobre los que dijo que se había detectado «un aumento muy relevante de las licitaciones formalizadas» desde agosto y, especialmente, septiembre, y un porcentaje mucho menor en las licitaciones que quedan desiertas.