La industria de los biocarburantes impulsará el negocio eólico gallego

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ANA GARCIA

Las plantas de hidrógeno y metanol precisarán como mínimo nueve parques de nueva construcción

12 nov 2022 . Actualizado a las 16:17 h.

Por el Consello de la Xunta han transitado en los últimos meses cinco proyectos para levantar otras tantas fábricas de biocombustibles, hidrógeno y metanol en Galicia Tres de ellas están vinculadas directamente a la construcción de al menos nueve parques eólicos nuevos, que proporcionarán suficiente energía barata para llevar a cabo los procesos productivos. Y es que los promotores han elegido la fórmula de los power purchase agreement (PPA) o contratos bilaterales de compraventa de electricidad para garantizarse el suministro de esa energía para las plantas, al tiempo que impulsan la construcción de nueva potencia eólica. Un tándem muy valorado por la Xunta a la hora de tramitar este tipo de iniciativas industriales.

Según los datos hechos públicos hasta el momento por las propias empresas, Reganosa y EDP contarán con cuatro parques eólicos, además de una hidráulica de bombeo, para llevar a cabo su proyecto de hidrógeno verde en As Pontes. Esta iniciativa fue la primera declarada por el Consello de la Xunta como proxecto industrial estratéxico (PIE), a principios del pasado septiembre. Esa consideración le garantiza un acortamiento a la mitad de los plazos de tramitación. El hidrógeno que fabriquen en As Pontes será para comercializar a clientes directos —como las futuras plantas de fibras textiles de Altri en Palas de Rei y la de neumáticos de Sentury en As Pontes—. El plazo que manejan es arrancar en el 2025.

Forestal del Atlántico, en la ría de Ferrol, necesitará una potencia eólica de entre 200 y 250 megavatios para hacer funcionar la planta de metanol renovable —que se elabora a partir de hidrógeno— que tiene previsto construir dentro de sus propias instalaciones. Esa potencia equivale más o menos a cuatro parques eólicos. Esta actuación también fue declarada PIE a finales de octubre. Forestal usará el metanol para consumo propio —lo necesita para elaborar resinas— y también lo comercializará.

El Consello de la Xunta declaró iniciativas empresariales prioritarias, una figura similar a la PIE que también acorta los plazos de tramitación, otros tres proyectos de biocombustibles. Dos de Iberdrola y Foresa (filial de Finsa) en Caldas y Begonte; el primero de ellos está vinculado a un parque eólico; el segundo no especifica de dónde procederá la energía renovable. Tampoco lo aclara Ignis para su proyecto de producción y almacenamiento de hidrógeno verde en Punta Langosteira (A Coruña). Fuentes de la Autoridad Portuaria de esa ciudad aclararon que el contenido del proyecto es confidencial y que la electricidad podría provenir de otras partes de España y ser no solo eólica, sino que también valdría la fotovoltaica.

Un cuello de botella

La Xunta, de momento, no ha autorizado ninguno de los parques vinculados a estas iniciativas empresariales. Y sin los primeros no se podrán realizar las segundas. Aunque las empresas no expresan su temor a que se produzcan retrasos, sí lo hace la patronal eólica de Galicia. Su presidente, José Manuel Pazo, explica que la Xunta está atascada en la tramitación de parques. De hecho, está en vigor una moratoria eólica de año y medio, que finalizará el verano que viene, que no permite la presentación de nuevos proyectos. No hasta que la Xunta resuelva los expedientes que tiene sobre la mesa. Y son muchos. Tantos como 126 parques que suman casi 3.500 megavatios (ahora hay en funcionamiento en la comunidad 3.879). Pazo explica que se trata de proyectos antiguos, presentados hace entre cinco y doce años, pero cuyos permisos de acceso y conexión a la red caducarán el 23 de enero si antes no obtienen la declaración de impacto ambiental (DIA), un documento que debe expedir la Xunta. El Gobierno autónomo ha pedido al Ministerio para la Transición Ecológica (el que impuso la fecha de caducidad) que apruebe una prórroga de ese plazo, que sería ya la segunda, para tener más tiempo de análisis. El presidente de la patronal eólica avanza que la mayoría de esos expedientes se quedarán sin acceso y conexión porque a la Xunta no le dará tiempo. Aunque el Ejecutivo autónomo, en la ley de acompañamiento de los Presupostos, incluye una cláusula para mantener vivos esos proyectos (y no archivarlos) y dar una oportunidad a los promotores para que vuelvan a conseguir derechos de conexión en las subastas que realizará el ministerio.

Pazo avisa que las empresas que se queden sin DIA a tiempo reclamarán daños y perjuicios a la Xunta por un importe que puede alcanzar los 300 millones.

La patronal eólica lleva meses denunciando la lentitud en la tramitación de expedientes y que Galicia lleva tres años casi sin estrenar parques.

La Xunta hace excepciones y tramita cinco parques nuevos fuera de ordenación

Hay declarada una moratoria eólica, de la que en enero se cumplirá un año, durante la cual la Xunta no admite a trámite nuevos proyectos. Sin embargo, ha hecho cinco excepciones y ha acordado impulsar otros tantos parques, todos vinculados a la actividad industrial y todos, además, fuera del plan sectorial eólico. Así, el Consello aprobó la semana pasada darle esa excepcionalidad, por su incidencia económica, a tres parques de Greenalia que en teoría producirán energía para la fábrica de aluminio de Alcoa en A Mariña. Esa planta está ahora parada, pero la multinacional norteamericana tiene previsto rearrancarla en enero del 2024. Para ello ha firmado un PPA con Greenalia y con Endesa para que le suministren energía renovable a precios más baratos que los de mercado. Como esos parques podrían contribuir a la recuperación de esa actividad industrial, la Xunta acomete esa excepción. La ley de áreas empresariales de Galicia especifica que se dará prioridad a aquellos proyectos eólicos que destinen el 50 % de su energía a industrias asentadas en la comunidad.

La Xunta realizó antes, a finales de junio, otras dos excepciones con proyectos de Greenalia, que suministrarán a Showa Denko, una compañía japonesa del sector químico instalada en A Coruña.

Estas excepcionalidades se producen meses después de que la Administración autonómica informara de forma desfavorable de esos cinco parques. ¿Por qué? Justamente porque las ubicaciones previstas en ellos no están dentro del plan sectorial eólico. Greenalia los tramitó ante el ministerio, porque superan los 50 megavatios de potencia cada uno.