El precio de los alimentos se modera y registra su menor alza en casi dos años

Sara Cabrero
S. Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Productos a la venta en un supermercado de Toledo
Productos a la venta en un supermercado de Toledo Ismael Herrero | EFE

Llenar la despensa aún sigue costando un 7,3 % más que a finales del 2022

12 ene 2024 . Actualizado a las 18:08 h.

Parece que los fantasmas de la crisis inflacionista empiezan a ser cosa del pasado y que lo peor ha quedado atrás. Después de un 2022 en el que los precios se convirtieron en el peor dolor de cabeza para las economías familiares y un 2023 en el que la desescalada parecía avanzar a un ritmo demasiado lento, el último mes del año pasado parece confirmar que lo peor de la tormenta ya ha pasado. Según el dato confirmado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el índice de precios de consumo (IPC) en términos interanuales —es decir, la comparación entre el coste de la vida en diciembre del 2023 con el de mismo mes del 2022— cerró el año en 3,1 %. Se trata de una décima menos que la registrada en noviembre. En Galicia, la cifra es un poco más abultada, y el encarecimiento de la vida en el último mes del año se situó en el 3,2 % en términos interanuales.

Los grandes responsables del leve enfriamiento que ha experimentado el dato global de inflación han sido los alimentos. Porque aunque llenar la despensa sigue siendo un 7,3 % más caro que hace un año, la realidad es que las viandas llevan ya varios meses en descenso. Esto no significa que bajen de precio, sino que cada mes que pasa se encarecen un poco menos. De hecho, la tasa registrada en diciembre del 2023 es la más baja en casi dos años (habría que retrotraerse hasta marzo del 2022 para encontrar una cifra inferior a la última de la que se tiene constancia). «Esta evolución se debió, en su mayor parte, a que los precios de la leche, huevos y queso, el pan y cereales y la carne subieron menos en diciembre del 2023 que en diciembre del año 2022», explican desde el INE.

Si hay un alimento que destaca sobre los demás por su importante subida ese es el aceite. Después de ver en los lineales de los supermercados botellas de este oro líquido con alarmas para evitar su robo y con unas etiquetas que incluso llegaron a superar los 10 euros el litro, no es extraño toparse con los números que ofrecen en el INE. Según el organismo, en Galicia, el coste de estos productos ha sufrido un alza de casi el 36 % en el último año. Habrá que ver qué sucede a partir de ahora con el aceite tras lo pactado por el PSOE con Junts en el último plan anticrisis, en el que se incluye la supresión total del IVA de este producto hasta el 30 de junio (frente al 5 % en el que se mantenía el gravamen hasta ahora).

Pero el aceite no es el único que ha visto cómo sus etiquetas registraban importantes alzas. Las legumbres y hortalizas secas cuestan hoy casi un 12 % más que hace un año y las carnes de ovino o la de porcino (siendo esta última una de las más socorridas junto con el pollo para las familias españolas) se han encarecido más de un 9 %.

También ha vuelto a tener su cuota de protagonismo la energía. Aunque en este caso, el comportamiento ha sido el contrario al que nos tenía acostumbrados después del estallido de la guerra de Ucrania. La electricidad, por ejemplo, se ha abaratado. Concretamente, cuesta hoy un 17,3 % menos que hace un año, mientras que el gas natural y el gas ciudad han visto cómo bajaba su coste algo más de un 20 %.

Otra buena noticia llega con la inflación subyacente —la que excluye alimentos no elaborados y energía al ser los elementos más volátiles— que se reduce siete décimas en diciembre y se asienta en el 3,8 %; su menor tasa desde marzo del 2022. Todos estos indicadores permiten visualizar un camino mucho menos tortuoso para las familias. Desde la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), por ejemplo, aseguran que la normalización de precios está garantizada, aunque no será un proceso demasiado rápido.

«Son muy buenos datos en dos dimensiones, en cuanto a la inflación general y también en su parte subyacente. Una vez que quitamos la energía y los alimentos no elaborados, se está cerrando esa brecha que se había abierto con respecto a la inflación general, y los alimentos se están comportando mejor, eso son todo buenas noticias», celebró este viernes el ministro de Economía, Carlos Cuerpo.

«La cifra mágica»

Recordó que las previsiones de inflación que se manejan en los despachos del Banco Central Europeo (BCE) —y que determinan en gran medida la política monetaria y una eventual bajada de los tipos de interés— apuntan a que seguirá la tendencia decreciente de este indicador tanto a lo largo de este 2024 como en el 2025, para llegar a «esa cifra mágica del 2 %» a finales del año que viene.