La «pompa» del turismo empieza a tocar techo y el consumo sigue sin despegar

e. martínez MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Turistas en el casco histórico de Santiago de Compostela.
Turistas en el casco histórico de Santiago de Compostela. MARINA FERRADÁS

Los españoles no están gastando tanto como antes de la crisis sanitaria, ni siquiera los que tienen más ingresos

22 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El crecimiento de la economía española está muy centralizado en el exterior, tanto en el bum del turismo extranjero como en la buena marcha de las exportaciones de bienes. Mientras que el consumo, la palanca que movía la economía antes de la pandemia, está estancado. Los datos publicados esta semana por el Banco de España revelaron que el consumo privado en España sigue casi cuatro puntos por debajo de los niveles previos a la pandemia. Los españoles no están gastando tanto como antes de la crisis sanitaria, ni siquiera los que tienen más ingresos.

Las subidas de precios en esta crisis inflacionaria pueden haber motivado un retroceso del consumo, pero hay más factores. El profesor de Economía, Finanzas y Contabilidad de Esade, Omar Rachedi, explica que la caída del consumo está muy vinculado con la vivienda. Por un lado, porque las familias de rentas medias-altas son las que más acceso a compra de vivienda a través de hipoteca realizan y, por tanto, habrán sido las más afectadas por la subida de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) los últimos trimestres, «lo que les ha llevado a reducir su consumo de bienes no necesarios».

Además, la subida de precio de los alquileres, motivado en parte por la vivienda turística tiene un «efecto directo» en la capacidad de compra. El único grupo de edad que tiene un nivel de gasto mayor que en el 2019 son los mayores de 65 años, debido a la revalorización conforme al IPC de sus pensiones y a «la multitud de políticas sociales que miran más a los mayores que a los jóvenes», indica Rachedi.

 Cambios en los hábitos

Y el peligro es que la «pompa» del turismo esté tocando techo, por lo que el crecimiento económico no podrá alimentarse por mucho más tiempo del tirón de este sector. Y, por otro lado, que el consumo privado no despegue. El BCE sospecha que la caída del gasto puede responder incluso a cambios de hábitos. Los españoles están reduciendo su gasto en automóviles, por ejemplo, y eso puede deberse tanto a la incertidumbre en cuanto a la normativa de los coches de combustión como a un cambio generacional en el uso del vehículo privado.