Gortázar asegura que el impuesto a la banca debería llamarse «tasa CaixaBank»
31 oct 2024 . Actualizado a las 19:35 h.CaixaBank ha obtenido un beneficio atribuido de 4.248 millones de euros entre enero y septiembre del 2024, un 16,1 % más que en el mismo período del año anterior (3.659 millones), gracias al fuerte crecimiento de la actividad y a su elevada solidez financiera, según explica la entidad.
Estos resultados llegan un día después de que el presidente de CaixaBank, Jose Ignacio Goirigolzarri, presentara por sorpresa al consejo de administración su renuncia voluntaria a la presidencia del banco. El ejecutivo da por cerrada «una etapa de cuatro años personal y profesional», según su entorno, en una decisión que llega de forma inesperada.
El grupo, que presta servicio a 20,2 millones de clientes a través de una red de más de 4.100 oficinas en España y Portugal, supera los 635.000 millones en volumen de activos. La entidad consolida, además, su liderazgo en España y mejora en cuotas de mercado, lo que le permite desempeñar un rol clave en la contribución al crecimiento económico sostenible y en la inclusión financiera.
«Hemos tenido un tercer trimestre que ha seguido la tendencia positiva de los seis primeros meses del año: intensa actividad comercial, morosidad contenida, solvencia y liquidez muy por encima de los requerimientos y una rentabilidad que ha alcanzado niveles razonables», aseguró este jueves el consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar.
La «tasa CaixaBank»
El directivo aprovechó la presentación de resultados para cargar contra la decisión del Gobierno central de mantener el gravamen bancario (frente al energético, que todo apunta a que finalmente decaerá). En este sentido, Gortázar advirtió de las «consecuencias» que tendrá el tributo no solo para el sector, sino sobre todo para el banco de origen catalán: «Nosotros vamos a pagar la tasa más alta de las negociadas por ser el banco más grande de España. Podemos llamarlo la ‘tasa CaixaBank’», bromeó, para admitir que los bancos no pueden amagar con llevarse inversiones a otros países, como sí han hecho las energéticas, lideradas por Repsol. «Aquí evidentemente no nos vamos a llevar la actividad fuera», afirmó. «En el sector financiero no es una gran decisión, sino muchas» y, sobre todo, «graduales, que van poco a poco, no es algo tan visible».
Pero sí quiso poner un ejemplo clarificador: «Cuando llegue el momento de participar en una operación bancaria transfronteriza, ¿dónde se va a poner la sede social con el entorno tributario? Nadie puede sorprenderse cuando los centros de actividad principales no estén en España», explicó para declarar que se trata de un impuesto discriminatorio. Insistió el consejero delegado de CaixaBank en que «la banca no está registrando resultados récord». Sí lo pueden hacer en términos absolutos por la concentración de negocios de la última década, lo que implica mayores cuotas y cuantías. Pero en términos de rentabilidad «estamos todavía muy lejos de la que teníamos en el 2008».