Navantia compró los astilleros del Reino Unido por 84 millones y renunció a recuperar otros 28
![Beatriz García Couce](https://img.lavdg.com/sc/AQRYa9k5lV00wRnyikhbumETK5M=/75x75/perfiles/32/1623055782513_thumb.jpg)
ECONOMÍA
![El astillero de Harland & Wolff en Belfast, que acaba de comprar Navantia](https://img.lavdg.com/sc/2s7NEfcA-DZgtsODVwp7lzk3yT4=/480x/2025/02/03/00121738602961557756382/Foto/f_20250203_140058000.jpg)
La firma española gestionará cuatro factorías en las que podrá fabricar y reparar buques y producir piezas de eólica marina
04 feb 2025 . Actualizado a las 04:45 h.La grúa pórtico de la antigua Astano, ubicada en Fene, es uno de los emblemas de la construcción naval del país. Mide 75 metros hasta la viga superior y 90, con este elemento. En el astillero de Belfast (Irlanda del Norte), que junto a otros tres de Harland & Wolff (H&W) acaba de adquirir Navantia, hay dos grúas que superan la envergadura de la gallega: la bautizada como Sansón tiene una altura de 106 metros; y la Goliat, de 96. Esta misma factoría, en la que se fabricó el Titanic, cuenta con dos de los diques secos más grandes de Europa. Sin embargo, ocupa únicamente un tercio de la vasta superficie de la planta fenesa, cuyas instalaciones se distribuyen en cerca de un millón de metros cuadrados.
Navantia UK —la división de la empresa pública española en el Reino Unido— pasará a gestionar las cuatro factorías que poseía H&W en el país. Además de la mencionada de Belfast, las de Inglaterra (Appledore) y Escocia (Methil y Arnish). Juntas, suman alrededor de 1,3 millones de metros cuadrados de superficie, es decir, casi como la planta de Perlío o la de Puerto Real (Cádiz).
Además de la materialización del contrato de construcción de los buques FSS (Fleet Solid Support), las plantas podrán construir y reparar buques y también ejecutar pedidos de eólica marina. En este último caso, en las instalaciones escocesas.
Aunque Navantia no ha desvelado los detalles económicos de la operación, algunos medios de comunicación británicos se han hecho eco de una información suministrada por Riverstone Capital, que había financiado a Harland & Wolff. Así, cifró la compra de las cuatro factorías —cuya matriz había entrado en concurso de acreedores en septiembre del pasado año— en 69,9 millones de libras esterlinas, unos 84 millones de euros. Por otro lado, «además del precio de compra, Navantia UK acordó renunciar a 23 millones de libras esterlinas [27,6 millones de euros], que se habían proporcionado entre octubre del 2024 y el cierre para mantener las operaciones de los cuatro astilleros».
La compañía que preside Ricardo Domínguez adscribió la adquisición de las factorías de Harland & Wolff a la necesidad de garantizar el desarrollo del programa FSS que, subraya, es el mayor contrato de exportación que ha firmado hasta el momento. Está presupuestado en alrededor de 2.000 millones de euros. La constructora naval británica era la subcontratista principal de la española en la ejecución de ese pedido, junto al diseñador BMT. Otras informaciones periodísticas en el país apuntaron a que la operación de compra ha llevado aparejada la ampliación del encargo. La construcción de los barcos se llevará a cabo tanto en el país —principalmente en el astillero de Belfast, del que salió el Titanic— como en la factoría gaditana de Puerto Real. En conjunto, está previsto que el encargo —los buques aún no empezaron a construirse— generen ocupación para cerca de 2.600 trabajadores, alrededor de 1.000 en las factorías británicas.
Modernización
Navantia acometerá la modernización y actualización tecnológica de las factorías, un proceso que ya se había iniciado con anterioridad, pero que estuvo detenido en los últimos meses. Las previsiones divulgadas apuntan a que la compañía invertirá más de cien millones de euros en ese objetivo.
Con su presencia en el Reino Unido, Navantia espera captar nuevos encargos de los países de influencia británica y también poder crecer en un mercado, el de la eólica marina, en el que, desde España, es ya un referente internacional.
Los futuros barcos: unos colosos casi tan largos como el Juan Carlos I español
Los tres buques que integran el programa FSS (Fleet Solid Support) están destinados prestar apoyo a la fuerza de proyección del Reino Unido, entre ellos a los portaviones y las fragatas. Diseñados para el suministro de combustible, víveres y pertrechos a la flota de la Royal Navy, son auténticos colosos del mar, casi tan largos como el megabuque Juan Carlos I fabricado en Ferrol para la Armada española. Así, los futuros navíos, que podrán participar en misiones contra la piratería y el terrorismo, tendrán 216 metros de eslora (largo) —el Juan Carlos I tiene 231—, 34,5 de manga (ancho) y capacidad para desplazar 39.000 toneladas. Navegarán a velocidad máxima de 19 nudos y tendrán una autonomía de 11.000 millas náuticas.
Los barcos contarán además con una cubierta de vuelo, que permitirán el despegue y aterrizaje de helicópteros, y también operar a vehículos aéreos no tripulados. La entrega de los barcos que forman parte de este programa está prevista para el año 2032, y según la prensa británica, reemplazarán a los RFA Fort Austin, RFA Fort Rosalie y RFA Fort Victoria.