Sabadell apela a la rentabilidad y al factor emocional para que los accionistas rechacen la opa

ECONOMÍA

Los inversores acogieron el discurso de Oliu con una ovación
20 mar 2025 . Actualizado a las 18:46 h.«Por orgullo». Así concluyó el vídeo que, con el himno de la alegría, abrió este jueves la junta general de accionistas del Banco Sabadell. Toda una declaración de intenciones a los inversores que se acercaron a las instalaciones de la Fira, en la ciudad que vio nacer a la entidad hace más de un siglo y en la que ayer volvió a celebrarse la junta tras casi ocho años de exilio en Alicante debido al cambio de sede social como consecuencia del procés. El guiño inicial a los pequeños accionistas, a los que se apela a resistir ante la opa hostil lanzada por el BBVA, trufó los discursos del presidente del banco, Josep Oliu, y del consejero delegado, César González-Bueno.
Oliu arrancó recordando la buena evolución de las acciones del banco y el suculento dividendo de 12 céntimos de euro por título —que se suman a los 8 pagados en octubre—, así como el programa de recompra que se suspendió por la opa. Pero no solo tentó a los inversores —que no llenaron el auditorio, pese al quorum del 70 %— con la cartera, sino que también apeló a su corazón, a la parte emocional y de compromiso con el tejido empresarial que marcó la esencia del banco desde su creación.
Y es que, como luego recordó González-Bueno, «fue fundado por 127 empresarios de Sabadell para ayudar a financiar la industria local, y 144 años después sigue manteniendo su ADN de banco de empresas y pymes». No en vano, «una de cada dos empresas son clientes, uno de cada cinco TPVs son terminales del banco, y emitimos más del 30 % de los créditos documentarios a la exportación en España», prosiguió.
Ambos insistieron en sus intervenciones en los mensajes avanzados a la prensa la víspera: los riesgos que tiene la opa para el sistema financiero nacional, no solo en relación con la competencia, sino también con las mayores dificultades que tendrán las empresas para financiarse, además de para los accionistas —tanto del Sabadell como del BBVA—, ya que sostienen que el proyecto en solitario de ambos generará más valor que el de una potencial fusión.
Además, volvieron a reclamar «transparencia» para que los accionistas dispongan de toda la información que les permita tomar la decisión que condicionará el futuro de la entidad, algo que llegará, ya que la dirección de Sabadell asume que Competencia dará luz verde a la opa sin imponer condiciones «duras» al BBVA. La esperanza está en que el Gobierno —que no puede interferir en la opa pero sí imponer condiciones— impida la fusión. Precisamente por ello, Oliu lanzó el guante al Ejecutivo, reclamándole que «aclare» su postura al respecto.
Tras desgranar las grandes cifras del banco —récord histórico de beneficios en el 2024 y la expectativa de repetir en este ejercicio y el próximo, lo que posibilitará continuar con «una atractiva retribución» a los accionistas—, redoblaron el mensaje de complicidad a los inversores. «Ustedes tendrán en sus manos la continuidad del proyecto», dijo Oliu, que recibió una larguísima y cerrada ovación de los asistentes, puestos en pie.
«Banco Sabadell es un proyecto atractivo que aún no ha alcanzado su punto más alto», remachó González-Bueno, que quiso reconocer la implicación y el trabajo «al equipo», del que dijo «siente los colores». Igual que los centenares de pequeños accionistas que mostraron ayer que cierran filas en torno a un proyecto de banco que continue en solitario.