El FMI eleva al 2,5 % el crecimiento de España para el 2025, pero crecen los riesgos por la guerra comercial

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

CONTACTO vía Europa Press | EUROPAPRESS

Sostiene que la economía española mantiene «un sólido desempeño» y advierte de que la fragmentación política puede provocar el incumplimeinto de compromisos pactados con la UE

10 abr 2025 . Actualizado a las 18:30 h.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elevado en dos décimas, hasta el 2,5 %, el crecimiento económico previsto para España en el 2025, aunque advierte de mayores riesgos a la baja por el impacto de la guerra comercial y la fragmentación política. De acuerdo con el informe publicado este jueves por el FMI, la economía española mantiene «un sólido desempeño» apoyado en las exportaciones de servicios y en la buena evolución del mercado laboral.

Tal y como recoge el análisis, «se proyecta que el crecimiento del consumo siga siendo sólido, con aumentos continuos de los salarios reales y una disminución gradual de las tasas de ahorro de los hogares, que compensarán el aumento más lento del empleo», resume el FMI, según recoge Efe. También prevé una tasa de desempleo alrededor del 11 % a medio plazo y que tanto la inflación general como la subyacente continúen disminuyendo para situarse cerca del 2 % a final de año.

El organismo añade que, a corto plazo, la economía española seguirá por encima de la media de la eurozona antes de «desacelerarse gradualmente» conforme se normalicen los aumentos de la población en edad de trabajar y de las exportaciones. Así, la previsión de crecimiento del PIB para 2026 es del 1,8 % y, a partir de ahí, proyecta que el crecimiento se mantendrá alrededor del 1,7 %.

Mayores riesgos a la baja

En cuanto al impacto de las primeras medidas arancelarias anunciadas por la Administración de Donald Trump, el FMI señala que, en el escenario base, se ve contenido por la limitada exposición comercial directa e indirecta de España frente a Estados Unidos. No obstante, el organismo cree que la mayoría de los riesgos para las perspectivas son a la baja y entre ellos señala «una nueva escalada» de las medidas comerciales, en especial las que involucran directamente a la Unión Europea (UE).

En el plano interno, el FMI apunta a que la fragmentación política impida cumplir con los compromisos de déficit comprometidos con Europa. «La elevada deuda pública y las inminentes presiones de gasto entrañan riesgos fiscales a medio plazo», añade el FMI, que vuelve a recomendar aprovechar el impulso económico para «recomponer» el espacio fiscal y reducir los riesgos de deuda soberana. También reclama medidas ante la creciente brecha prevista entre el gasto en pensiones y los ingresos por cotizaciones a la Seguridad Social.

Precios de la vivienda

El FMI aborda también en este artículo dos aspectos relevantes para la economía: la situación de la vivienda y los planes de reducción de la jornada laboral. En el primer punto, el organismo considera que, aunque el rápido incremento de los precios de la vivienda actualmente no plantea riesgos para la estabilidad financiera, «requiere un seguimiento estrecho».

El FMI cree que la situación debería abordarse principalmente mediante medidas políticas para impulsar la oferta de vivienda y cuestiona el control de precios del alquiler. «Debe reevaluarse el control de precios del alquiler y abandonarse en caso de constatar que reduce la cantidad o la calidad de la oferta regular de alquileres, o que dificulta el acceso por parte de los hogares de más bajos ingresos», reflexiona.

Sobre la reducción de la jornada laboral, considera que debe diseñarse «cuidadosamente» para mitigar los efectos adversos sobre la producción y los salarios. La reducción de jornada, añaden, elevaría el aumento acumulado del salario mínimo desde 2018 a más del 70 %, lo que puede generar «inquietud» sobre los posibles impactos adversos. «La reforma debería preservar el importante papel de la negociación colectiva», recomienda.

La revisión del FMI para este año se acerca a la previsión de crecimiento del Gobierno, del 2,6 %, mientras que el Banco de España la sitúo en el 2,7 %, aunque ya ha avanzado que se revisará a la baja por el impacto de la guerra arancelaria.