Sabadell complica más la opa: BBVA no podrá revertir el dividendo por el TSB

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

David Zorrakino | EUROPAPRESS

González-Bueno defiende la venta de la filial, desvinculándola de la opa

02 jul 2025 . Actualizado a las 20:36 h.

La opa hostil lanzada por BBVA sobre el Banco Sabadell se complica para la entidad vasca en un nuevo capítulo de esta operación interminable. Y es que la venta del TSB, la filial británica de Sabadell, al Banco Santander, anunciada este martes, supone un nuevo obstáculo para que los de Carlos Torres puedan cumplir los objetivos económicos que se habían marcado con la adquisición del banco catalán. El macrodividendo que Sabadell pagará con cargo a la venta del TSB —2.500 millones de euros, que se sumarán a los 1.300 que ya estaban previstos con cargo a los resultados del 2025— no podrá ser anulado por el BBVA en caso de que la opa saliera finalmente adelante.

Así lo confirmó el consejero delegado de la entidad, César González-Bueno, durante una rueda de prensa ofrecida este miércoles para explicar los detalles de la operación, «En ningún caso BBVA podría revertir los derechos adquiridos por los accionistas», dijo, si el abono de los dividendos ya hubiera sido aprobado por la junta de accionistas. «Lo único que no puede revertir un consejo son los derechos de sus accionistas, por lo que queda fuera del perímetro de gestión y de su ámbito de decisión», remachó.

Aunque la compra del TSB por Santander UK por algo más de 3.000 millones de euros llega en la recta final de la opa y, por tanto, en un momento especialmente sensible, González-Bueno desvinculó ambos procesos. Eso sí, reconoció que el dividendo histórico derivado de la venta complica aún más la pretensión de BBVA de desembarcar en Sabadell. «Si antes el precio de la opa era insuficiente, ahora más», subrayó.

La venta del TSB disparó este miércoles la cotización de los títulos del banco catalán, ampliando a doble dígito (un 10 %) la diferencia entre el precio al que el mercado valora la entidad y la oferta de BBVA. Esto refuerza las tesis de quienes sostienen que Carlos Torres tendrá que mejorar su oferta —sin pago en metálico y con canje de una acción de BBVA y 70 céntimos por cada 5,3456 títulos del Sabadell— si quiere que tenga alguna oportunidad de prosperar.

Opa y dividendo, excluyentes

Otro aspecto que González-Bueno aclaró es que quienes apoyen la opa y canjeen sus acciones de Sabadell no podrán cobrar el dividendo que se repartirá tras la venta del TSB, de 50 céntimos de euro por acción, puesto que ya serían accionistas de BBVA.

Sobre la posibilidad de que la venta del TSB suponga una vulneración del deber de pasividad que impone la ley de opas, el banco lo descarta, explicando que no es el consejo de administración sino la junta de accionistas quien tiene que autorizarla, de modo que no existe incumplimiento alguno. «Esta es una buena decisión para nuestros accionistas y la habríamos hecho con opa y sin opa», insistió el consejero delegado, para añadir que si BBVA hubiera desistido de la opa, la venta del TSB seguiría adelante.

Las dudas de la CNMV

En cualquier caso, pese a la defensa que Sabadell hace de la legalidad de la operación en plena opa, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tiene sus dudas y analizará si la junta de accionistas puede o no aprobar el macrodividendo en la reunión convocada para el próximo 6 de agosto, ya que en ella también tendrá que dar luz verde a la venta de la filial británica.

Fuentes del supervisor trasladan a este diario que el real decreto sobre el régimen de opas no deja del todo claro si una junta de carácter extraordinario puede llevar un solo punto en su orden del día o varios. «Nunca antes había sucedido esto y lo estamos analizando», apuntan desde la institución presidida por Carlos San Basilio. En todo caso, en el peor de los escenarios el banco tendría que convocar dos juntas distintas para aprobar cada uno de los puntos, y el consejero delegado de Sabadell dijo que harán lo que el regulador les pida.

En cualquier caso, curándose en salud sobre las dudas de la CNMV, insistió en que el pago del dividendo se enmarca en la estrategia del banco de repartir entre los accionistas el capital que exceda del 13 %, y que no tiene que ver con una maniobra —conocida en el argot financiero como poison pill o píldora venenosa— para forzar que BBVA desista de la opa hostil.

El banco catalán se dispara un 5 % en bolsa tras la venta de su filial y amplía la brecha con la oferta de BBVA al 10 %

clara alba madrid / colpisa

El mercado dicta sentencia tras el acuerdo por el que Banco Sabadell venderá su filial británica TSB al Santander. La cotización de la entidad llegó a dispararse más de un 5 % en las primeras horas de sesión y acabó cerrando con un avance del 5,22 %, hasta los 2,84 euros, indicando que los inversores dan su visto bueno a una estrategia con la que la entidad espera frenar la opa de BBVA.

La lluvia de dividendos anunciada (solo de 2.500 millones de euros derivados de la venta de TSB, que alcanzarán los 3.800 millones con los repartos previstos con cargo a los resultados del 2025) gustan al mercado que, en todo caso, tampoco ejerce castigo sobre la entidad vasca, que ayer subió un 1,44 % hasta los 13,035 euros por acción.

Sin embargo, el mayor impulso del Sabadell ha provocado que la prima negativa se ensanche desde el 6 % que rondó en la jornada del martes hasta rozar el 10 % tras digerir la venta de TSB. Para los accionistas del Sabadell, esto implica que vender acciones de la entidad catalana a los precios actuales es un 10 % más rentable que acudir al canje propuesto por BBVA.

Esta brecha entre la cotización del Sabadell y la oferta del banco vasco se ha mantenido en negativo desde principios de año, reforzándose en torno al 7 % desde que el Gobierno anunció que elevaría su decisión al Consejo de Ministros. Tras la aprobación del veto a la fusión durante al menos tres años, prorrogable a cinco, y, sobre todo, el giro de guion que ha supuesto la venta de TSB, el dato se ha disparado hasta rozar ese 10 %. Un indicador que, según el consenso de analistas, apunta a que el mercado considera que el banco vasco tendrá que mejorar su oferta para convencer a un accionista que ya se visualiza «con los bolsillos llenos» en términos de retribución.