Empresas punteras, junto a un enjambre de micropymes, consolidan un sector exporta el 92 % de todo lo que produce
21 jul 2025 . Actualizado a las 11:17 h.España es el noveno país exportador del mundo en material de seguridad y defensa (fundamentalmente, armamentístico). El sector suma más de 1.500 centros de producción, según la Estrategia Industrial de Defensa 2023, que establece tres grandes corredores industriales: norte (de Galicia a Aragón), centro-mediterráneo (de Castilla-La Mancha a la Comunidad Valenciana) y sur (Andalucía).
Galicia cuenta con algunas de las empresas punteras a nivel mundial, que junto a un enjambre de pequeños proveedores, afrontan un momento histórico para apuntalar un crecimiento impulsado por el reparto de los 800.000 millones de euros que la UE se ha comprometido a movilizar en los próximos años para modernizar ejércitos, fabricar armas o construir sistemas antiaéreos. Se trata de un tema de máxima actualidad que «ha venido para quedarse»; y de la relevancia de un sector «que está a la vanguardia de la tecnología y de la innovación» en palabras de Xosé Luís Vilela, director de La Voz de Galicia, pronunciadas en el arranque del encuentro celebrado en el Museo Santiago Rey Fernández-Latorre con tres de los empresarios más representativos de la pujanza de esta industria: Justo Sierra, presidente y consejero delegado de Urovesa; Manuel de Oliveira, director comercial de Amper; y Luis Martínez Gavilán, que es director de desarrollo de negocio y proyectos de NTGS (New Technical Global Systems).
Moderados por la periodista Gladys Vázquez, los expertos abordaron la importancia de la inversión en defensa como motor de seguridad y desarrollo tecnológico, así como la necesidad de independencia y soberanía en este sector. En sus exposiciones, resaltaron el papel de Galicia como un ecosistema industrial con gran potencial en la industria de seguridad y defensa; y la importancia de las alianzas estratégicas y la colaboración para el crecimiento del sector. En el encuentro, también hubo espacio para analizar la importancia de la tecnología de doble uso y su aplicación tanto en el ámbito militar como en el civil. Finalmente, los participantes apuntaron la necesidad de agilizar y reducir los tiempos en los procesos de certificación para impulsar la innovación y la competitividad.
En pleno debate sobre el gasto que los países destinan a esta industria y sobre la necesidad de incrementarlo, Justo Sierra, defensor de la tesis de que «la libertad y la seguridad son como la salud, no las valoramos hasta que las perdemos», se pronunció afirmando que «la inversión en defensa es crucial para la seguridad y para el desarrollo tecnológico de las empresas». Incidió en que el sector de defensa tiene un alto componente tecnológico y genera empleo cualificado «contribuyendo a la autonomía estratégica de España». También resaltó la importancia de la colaboración con otras empresas y la necesidad de que la industria sea más ágil y tenga mayor capacidad de reacción. «La oportunidad que tenemos ahora mismo con el contexto actual es que las empresas que tienen ya capacidad den un salto cualitativo. Pasen a tener capacidades tanto tecnológicas como industriales mejores», afirmó.
Sierra considera que el plan de la Xunta para el sector aeroespacial es un acierto, ya que la defensa es una actividad estratégica con gran potencial en Galicia. «Creo que la oportunidad que nos surge ahora a todas las empresas que tenemos cierta capacidad de tracción es aglutinar ese ecosistema; y, de alguna forma, incentivar que con esas capacidades que ya tienen, consoliden un sector nuevo», añadió.
Manuel de Oliveira, director comercial de Amper, incidió en la importancia de invertir en defensa. «Es una inversión en seguridad y el sector genera un efecto tractor en el tejido industrial, creando empleo estable y cualificado». Amper, como compañía tecnológica, «apuesta por la defensa y la energía, y busca alianzas estratégicas para fortalecer sus capacidades», afirmó Oliveira, quien destacó la importancia de la transferencia tecnológica y la necesidad de soberanía en la producción de bienes estratégicos. También mencionó que el sector de defensa es un fuerte motor de empleo: «La pirámide de ocupación va desde las capas más altas de ingenieros, científicos, físicos... que diseñan esos sistemas duales que luego —en algunos casos— están en las casas; hasta llegar a emplear a gente que suelda, operarios de taller o mantenimiento», explicó.
Luis Martínez, director de desarrollo de negocio y proyectos de NTGS, enfatizó la importancia del sector de la defensa en Galicia y en España, destacando su carácter innovador y su capacidad para generar empleo y riqueza. «La exportación es brutal. Estamos hablando de más de un cuarto de millón de empleos los que está generando la industria de defensa. Un cuarto de millón, eso es algo muy importante. El 92 % de lo que ahora mismo se fabrica en suelo español se exporta».
Colaboración y sinergias
Resaltó también Martínez la necesidad de que la industria sea ágil y tenga capacidad de reacción, y la importancia de la colaboración y las sinergias entre empresas, universidades y centros tecnológicos. Además, subrayó el papel de las pymes en el ecosistema de defensa y la importancia de la independencia y la soberanía tecnológica. Tras mencionar el éxito de NTGS en la exportación y su apuesta por el desarrollo de municiones y sistemas de defensa, resaltó la importancia de la ciberseguridad y las tecnologías de doble uso en el sector.
La cuarta comunidad con más peso
Galicia tiene un peso significativo en la industria de defensa española, siendo la cuarta comunidad Con mayor relevancia en este sector. Según los datos expuestos por los ponentes del encuentro sobre el sector, la autonomía cuenta con más de 30 empresas dedicadas específicamente a la defensa, que emplean a alrededor de 3.500 personas, y la previsión es que este número de trabajadores aumente considerablemente con el plan de rearme europeo que ya está en marcha.
El sector aeroespacial, la automoción, el naval y las TIC son áreas clave que se persigue integrar en la industria de defensa de la comunidad.
Las empresas gallegas son proveedoras de componentes y sistemas a nivel internacional, especializándose en vehículos para misiones, construcción naval militar y fabricación de drones no tripulados. Compañías como Urovesa y Navantia son actores importantes en este sector en Galicia. Y la patronal gallega del metal Asime coordina a muchas de estas firmas, identificando a más de 120 empresas con potencial para trabajar en defensa.
El contexto geopolítico actual, con un aumento de la inversión en seguridad a nivel global, presenta una oportunidad para el crecimiento de la industria gallega en este ámbito.
De vehículos tácticos y no tripulados a sistemas de mortero o ciberseguridad
¿Qué tienen en común el navegador GPS del coche o el microondas de la cocina? Ambos son sistemas desarrollados por la industria de defensa que han acabado teniendo uso en la vida civil. Es lo que los empresarios reunidos por La Voz de Galicia en el foro de análisis sobre el sector llaman producción dual, cuya innovación revierte después en otros sectores de actividad y en productos útiles en la vida diaria.
«Cuando estás en un país en paz te preocupan muchas cosas, cuando dejas de estar en un país en paz solo te preocupa una: la seguridad», mantuvo Manuel de Oliveira, director comercial de Amper, fundada en 1965 como empresa de tecnología y comunicaciones que ofrece soluciones tecnológicas en defensa, comunicaciones y energía. «Buscamos el crecimiento a través de la innovación, alianzas estratégicas y una sólida presencia internacional y local», afirmó
En materia de seguridad y defensa, Amper llegó a mantener un acuerdo con Thales para proveer radios tácticas a las Fuerzas Armadas españolas. «Buscamos alianzas con tecnológicas internacionales para desarrollar nuestras capacidades y cubrir necesidades del mercado, tanto en el sector civil como en defensa», afirmó el director comercial de la firma, que citó otro ejemplo: su alianza con BAE Systems, una empresa líder en Europa, con la que están trabajando para el Ministerio de Defensa español. Amper tiene presencia en una veintena de países. «España exporta bien, primero, porque las Fuerzas Armadas tienen muy buena imagen internacional; y segundo, porque somos un país que no tiene muchos enemigos, se nos ve tecnológicamente solventes y no somos percibidos como enemigo de nadie», explicó de Oliveira.
El pulmón exportador de NTGS (New Technical Global Systems), empresa dedicada a ofrecer soluciones a medida para defensa, se refleja en sus cifras: «Para este año vamos a cerrar una cartera de mil pedidos. El año pasado facturamos 64 millones de euros, y calculamos que este 2025 lo cerraremos con 130 millones; y la verdad es que cada vez nos piden más», aseguró Luis Martínez, director de desarrollo de negocio y proyectos de la afirma.
Entre sus principales líneas de negocio figura el sistema de mortero Alakrán, integrado en diferentes plataformas: desde el vehículo táctico Vamtac de Urovesa, al Polaris de Toyota, entre otros. «El sistema Alakrán está aprobado en combate y ha demostrado su eficacia. Además fabricamos la munición para nuestro mortero, que es prefragmentada y su sistema de empaquetado está diseñado para integrarse fácilmente en vehículos». La compañía ha anunciado recientemente el desarrollo de un centro de fabricación de munición en el norte la comunidad, un proyecto estratégico para España y Galicia. «Nos centramos en el sector de la defensa con un fuerte componente tecnológico y de innovación, destacando nuestros sistemas de mortero, munición y la integración de capacidades en plataformas terrestres, con una clara proyección internacional y un compromiso con el desarrollo industrial en Galicia», expuso Luis Martínez.
La internacionalización es también la marca de Urovesa, empresas especializada en la producción de vehículos tácticos para funciones de seguridad y defensa, desde el diseño a la integración de los componentes sobre las distintas plataformas. «Más del 80 % de los componentes de nuestros vehículos se fabrican en España. Hemos creado un ecosistema de proveedores cercanos, muchos de ellos pymes, que han ido evolucionando junto a Urovesa. Estos proveedores se han convertido en nuestros partners estratégicos», detalló Justo Sierra, presidente y consejero delegado de la compañía.
La empresa puede fabricar hasta 10,7 vehículos de media al día, con una capacidad de entrega de 2.500 al año. De su cartera de productos destaca el Vamtac que representa el 80-85 % de las ventas. «Somos dueños de nuestros diseños, lo que nos permite evolucionar el producto sin dependencias», explicó Sierra, quien avanzó el próximo proyecto: «trabajamos en el diseño de vehículos no tripulado por tierra, con Tecnobit y centros tecnólogos, que representa un gran salto de innovación».