El astillero Freire bota un arrastrero llamado a revolucionar la pesca en el Ártico

ECONOMÍA
El Saputi II, encargado por una corporación esquimal, cuenta con tecnología de vanguardia para trabajar camarón y fletán en condiciones extremas
09 sep 2025 . Actualizado a las 19:36 h.El astillero vigués Freire Shipyard ha botado el Saputi II, un moderno arrastrero congelador diseñado para operar en las gélidas aguas del Ártico. El buque, encargado por la corporación inuit Qikiqtaaluk, promete transformar la pesca en condiciones extremas gracias a su tecnología puntera y su enfoque sostenible. Con 79 metros de eslora y 17 de manga, está preparado para enfrentarse a la banquisa entre Groenlandia y Canadá. Su sistema de propulsión de bajas emisiones aspira a convertirse en un referente en cuanto a eficiencia energética y respeto medioambiental.
Tras el acto de este martes, al que acudió una delegación de la compañía que opera en el Ártico, los trabajos continuarán a flote. El Saputi II procesará, congelará y paletizará el producto directamente en alta mar. Gracias a un sistema automatizado con robots industriales, puede manejar hasta 750 toneladas de camarón y 1.100 de fletán. Esto permitirá garantizar la frescura y trazabilidad desde el momento de la captura hasta la llegada del producto al consumidor.
La tripulación del arrastrero estará compuesta por treinta personas, en su mayoría inuit. La empresa que lo encargó al astillero gallego ha querido subrayar su compromiso con el desarrollo económico de las comunidades del norte de Canadá.
Freire Shipyard vive una situación de gran actividad que la erige en la principal referente de la industria naval en la ría de Vigo junto con Armón, gracias a su especialización en buques oceanográficos y grandes yates. Actualmente, el astillero centenario de Beiramar está inmerso en la construcción del Saputi II y de otros cuatro barcos para clientes internacionales, lo que le garantiza carga de trabajo para más de dos años, con la generación de más de medio millar de empleos directos e indirectos. El oceanográfico Anita Conti para Francia tiene 45 metros de eslora y tecnología punta con modernos sistemas de ahorro energético. El velero insignia para Greenpeace es otro de los pedidos que atiende, con propulsión híbrida (pilas de hidrógeno y motores con metanol) y que aspira a ser un modelo en la reducción de la huella de carbono. El buque de investigación Thuwal II, cuya puesta de quilla fue el pasado mes de abril, es un encargo de Arabia Saudí para realizar para la exploración del Mar Rojo y la realización de estudios acústicos y dar respuesta a emergencias. Además, el astillero construye un buque de apoyo a buceadores para la Armada Española y un yate de más de cien metros de eslora.
El sector
La botadura de este martes del pedido para la corporación esquimal Qikiqtaaluk es un reflejo de la capacidad que ha demostrado el sector naval gallego para retomar la construcción de buques pesqueros en una etapa en que el conjunto de la industria atraviesa un momento dulce en lo que respecta a la carga de trabajo. La factoría de Nodosa, en Marín, forja un arrastrero de 85 metros para las compañías Profand y Newsan. Está diseñado para la pesca de pota y merluza negra en aguas de Argentina. El pedido optimizará la capacidad de la flota gallega mar adentro, al igual que los buques Argos Berbés y Prion, construidos en el mismo astillero para sociedades mixtas participadas por las armadoras Pereira y Pescapuerta, respectivamente. Ambos operan en el Atlántico Sur.
Otro pesquero en pleno estreno es el Hadassa Bay, forjado en las gradas de Armón Vigo para la compañía Copemar, que faena en las islas Malvinas. En las mismas instalaciones se ha dado forma al Don Juan Álvarez, un tangonero de 43 metros de eslora con el que otra compañía líder del sector, Wofco, quiere fortalecer su capacidad en la pesca de langostino salvaje. Ahora, el astillero avanza en la puesta a punto de un novedoso pedido para la compañía de Islandia Hraðfrystihúsið Gunnvör.