El furor por las letras se agota y el ahorro conservador busca opciones para batir a la inflación
ECONOMÍA

Los particulares reducen del 38 al 26 % su exposición a deuda a corto plazo
22 sep 2025 . Actualizado a las 11:14 h.Fin a la época dorada del ahorro conservador. Las familias españolas han disfrutado en los últimos años de una ecuación poco frecuente en los mercados financieros: la de una rentabilidad moderada sin apenas riesgo ofrecida por productos como los depósitos a plazo o las letras del Tesoro. Sin embargo, los bajos tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) sitúan de nuevo a los particulares ante la disyuntiva de mantenerse en esos activos que garantizan cero sobresaltos, a costa de perder poder adquisitivo por el repunte de la inflación. En el caso de las letras, los plazos a 3, 6, 9 y 12 meses han pasado de ofrecer una rentabilidad del entorno del 2,5 % a finales del pasado año a situarse por debajo del umbral del 2 % en las últimas subastas, incluso en las de agosto, mes en el que el BCE decidió mantener invariable la tasa de referencia. Esto quiere decir que, con una inflación al 2,7 % en el octavo mes del año, la rentabilidad real que obtuvieron los inversores en letras fue negativa.
Los particulares lo saben y, tras el bum del 2023 y del 2024 —con imágenes de largas colas en el Banco de España para comprar—, la tenencia se ha ido reduciendo a medida que han vencido estos títulos de deuda a corto plazo. Según datos del Tesoro Público, los particulares llegaron a acumular más de 27.000 millones de euros en letras en el pico del 2024, acaparando casi el 38 % del mercado, por encima incluso de los bancos o de los inversores extranjeros que históricamente solían ocupar las primeras posiciones. Ahora, con datos a cierre de junio, la inversión de las personas físicas se sitúa en 21.200 millones, rebajando su peso en más de 11 puntos, hasta el 26,9 % del total.
En las últimas emisiones también se ha notado esta tendencia a la baja. Por ejemplo, en la última subasta de letras a nueve meses, las denominadas peticiones no competitivas —en las que se incluyen las solicitudes de los particulares— rondaron los 110,9 millones, un tercio de los 335,3 millones registrados en la subasta anterior al mismo plazo; y también por debajo de los 393 millones que alcanzaron las que se celebraron a finales del 2024, según datos del Tesoro.
Depósitos a plazo
El problema es que la alternativa natural a las letras —los depósitos a plazo— tampoco ofrecen una rentabilidad superior. El interés medio de los depósitos a un año rondaba el 1,67 % en mayo, frente al 2,6 % que se ofrecía a mediados del 2024, según las últimas estadísticas del Banco de España. Con estas cifras sobre la mesa, muchos inversores han decidido dar el salto a alternativas que hasta hace poco descartaban por completo, como los depósitos de bancos extranjeros, con mayores rendimientos. Los datos del BCE así lo evidencian, con algunas entidades que aún pagan incluso un 3 %.
Otra de las opciones que está teniendo más éxito estos meses para atraer el ahorro conservador son los fondos de inversión. Los datos de Inverco, la patronal del sector, apuntan en esta dirección. Solo en el mes de agosto las suscripciones netas a estos productos superaron los 1.990 millones de euros, la cifra más elevada de un mes de agosto desde el 2005. En el conjunto del año, las entradas de dinero superan ya los 23.400 millones de euros, siendo precisamente las categorías más conservadoras las que lideran esos flujos, especialmente los fondos de renta fija a corto plazo y los monetarios. En total, las instituciones de inversión colectiva (fondos de inversión y sociedades de inversión) representan el 16,6 % del ahorro financiero de los hogares españoles, frente al 13 % que suponían en los años previos a la pandemia.
En sentido contrario se mueven los depósitos, que han ido menguando su peso desde el máximo del 39 % de 2022 hasta el 34,9 % actual, según datos del ahorro financiero de las familias del Banco de España. En todo caso, y pese a este giro en la tendencia, la cultura del ahorro y la necesidad de buscar alternativas para asegurar el futuro financiero sigue siendo una asignatura pendiente en España. «El 78 % de los inversores reconoce que financiar la jubilación recae cada vez más sobre sus hombros, pero muchos no están preparados; los objetivos de ahorro siguen siendo demasiado bajos y las hipótesis de planificación a menudo no se alinean con los ingresos necesarios para un horizonte de vida tras la jubilación de 25 o 30 años», advierte Natixis IM en su último Global Retirement Index 2025.
Apuesta por el dividendo
El salto de las letras a los fondos de renta fija no garantiza una mayor rentabilidad para los inversores, que deben estar dispuestos a asumir más riesgo si quieren obtener, al menos, entre un 3 % y un 4 % y batir a la inflación. Los analistas recomiendan no dar el salto definitivo a la renta variable, pero sí valorar la posibilidad de invertir parte de los ahorros en bolsa europea, donde, según los expertos de Axa IM, «las rentas periódicas por dividendos y las valoraciones son más atractivas frente a EE.UU.». En el mercado español, dentro del Ibex-35, compañías como Enagás, Repsol o Telefónica presentan una rentabilidad por dividendo por encima del 6 %, muy superior al valor actual de las letras del Tesoro.