Carlos Cruzado, presidente de Gestha: «Las medidas fiscales pueden ayudar, pero no van a solucionar el problema de la vivienda»
ECONOMÍA
El directivo del sindicato de técnicos de Hacienda aboga por ajustar periódicamente los tramos del IRPF a la inflación
23 oct 2025 . Actualizado a las 13:42 h.El sindicato de técnicos de Hacienda Gestha celebra desde hoy en A Coruña su congreso bianual, en el que abordarán las novedades tributarias. Su presidente, Carlos Cruzado (Madrid, 1958), reconoce su preocupación por la demonización que de los impuestos se está haciendo en el discurso público.
—¿Ese mensaje se está traduciendo en un repunte del fraude?
—De momento no tanto. Es cierto que el nivel de la conciencia fiscal en España está por debajo del de la mayoría de los países de nuestro entorno en Europa. Pero es más bien un discurso mediático y, sobre todo, entre los jóvenes, como vimos en el último informe sobre opinión pública y política fiscal del CIS, que dio ese preocupante porcentaje de los más jóvenes que no entienden el porqué de los impuestos, seguramente muy relacionado con esos personajes en las redes que, en muchos casos desde Andorra, hablan de esto sin hacer un análisis claro de lo que supone el estado de bienestar y su mantenimiento. Siempre que hablamos de impuestos hay que hablar de la otra cara de la moneda, que son las prestaciones, los servicios públicos: sanidad, educación y pensiones, que son los tres capítulos que se llevan el bocado más importante de la recaudación de impuestos.
—Si la recaudación bate récords año tras año, ¿por qué no se deflacta el IRPF para ajustar el impuesto a la inflación? No lo hacen ni el Gobierno ni las comunidades, que tienen capacidad normativa.
—Esta es una cuestión que viene debatiéndose desde hace años. Nosotros somos partidarios de que periódicamente se deflacten las tarifas o se actualicen los mínimos. Es verdad que este Gobierno, en un momento determinado optó por, en vez de deflactar la tarifa del IRPF, implementar una mayor reducción por rendimientos de trabajo para los tramos más bajos, de manera que prácticamente la mitad de los declarantes de renta se beneficiaban con esa medida, aunque no se aplicaba para los tramos medios-altos. Nosotros somos partidarios de esa deflactación, que debería hacerse periódicamente y que no se produce prácticamente con ningún Gobierno.
—No se ajustan tarifas, pero se aprueban deducciones más variopintas, por adoptar mascotas, por ir al gimnasio... En vez de cerrar agujeros en el sistema tributario, se abren muchos nuevos...
—Es fruto de la falta de un gran pacto entre los grandes partidos respecto al sistema tributario, que nosotros venimos planteando desde hace años. Y también de la falta de adaptación del sistema de financiación de las comunidades autónomas, en el que tiene que haber también un acuerdo sobre los impuestos cedidos. Vemos que el Gobierno ha tomado alguna medida para intentar cierta armonización, como fue la aprobación del impuesto de solidaridad de grandes fortunas, pero esto es una solución transitoria.
—Parece difícil que en un escenario político tan fragmentado como el que tenemos se puedan tejer esos consensos en materia fiscal.
—Pues sí, es muy complicado con el panorama político y la actual polarización. Lo hemos visto con el debate en torno a la propuesta de quita de la deuda, que ha generado malestar e incluso anuncios de recursos, como ocurre en Galicia, a pesar de que, con carácter general, para las comunidades autónomas supone una mejor financiación. Aunque es cierto que es una solución también que tiene que ir acompañada, sin duda, del cambio del modelo financiación, lo que va a ser complicado en este panorama político de fragmentación y enfrentamiento.
—La Xunta dice que la quita de la deuda supondría un sobrecoste de 600 millones para Galicia, ¿es correcta esa cifra?
—Es una cifra sacada de ese concepto en el que se apoyan las autonomías que están en contra, que dicen que se va a mancomunar la deuda de las comunidades más endeudadas. Pero este argumento se podría aplicar en cualquiera de los fondos del modelo de financiación, en la medida en que el Estado pone fondos a disposición de las autonomías, pues también se podría hablar de esa mutualización. La realidad es que, desde el punto de vista técnico, supone una mejora para las comunidades, que van a ver aligerada su deuda. Es cierto que unas en mayor medida que otras y que hay discusión sobre si esto va a favorecer a las que están peor gobernadas, aunque también habría que debatir si este endeudamiento en algunas comunidades obedece a mala gestión o a la infrafinanciación.
—Esta semana se ha hablado mucho de autónomos. De cotizaciones, y también de impuestos. Feijoo anunció que, si gobierna, los trabajadores por cuenta propia que ganen menos de 85.000 euros quedarán exentos de IVA, que en realidad es una medida recogida en una directiva europea que España no ha traspuesto. ¿Por qué Hacienda no aplica el IVA franquiciado?
—Pasa con esta medida y con muchas otras directivas en las que se va retrasando la trasposición. Se podría hablar de la caída de recaudación que va a conllevar, pero la directiva está ahí y la propuesta del líder de la oposición se va a llevar a efecto sí o sí como consecuencia de la obligación de aplicar la directiva. Es verdad que está por determinar el límite para acogerse al IVA franquiciado; él habla del límite más alto, que son 85.000 euros, pero la directiva deja a discreción de los Estados el establecer ese tope más arriba o más abajo, y eso será seguramente el motivo de discusión en un futuro a muy corto plazo, porque ya tenía que haberse traspuesto, y se va a hacer, sin duda.
—Sobre esta medida hay mucho error de conceptos, no es lo mismo no aplicar el IVA que no pagarlo.
—Sí, a veces en la opinión pública no está muy claro el concepto de quién paga el IVA. Desde luego los autónomos no pagan el IVA, lo que hacen es recaudarlo: lo aplican en la factura y lo ingresan en Hacienda. Supone una carga, sin duda, de carácter administrativo, de carácter burocrático, pero el IVA quien lo paga es el consumidor al final. En este caso del IVA franquiciado hay algunos problemas que los autónomos tendrán que valorar. Habrá sectores a los que les interese acogerse a este régimen y otros a los que no tanto, en función de cuántos gastos tiene el autónomo para realizar su actividad, porque el hecho de acogerse al IVA franquiciado supone que no vas a facturar con este impuesto, pero tampoco te vas a poder deducir el IVA de tus adquisiciones o de tus servicios. Los autónomos tendrán que valorar si les sale o no a cuenta. Hay profesiones que prácticamente no conllevan el tener que adquirir mercancías o pagos por servicios, pero en otros no será así y no va a interesar.
—¿Hay herramientas fiscales para aliviar la crisis de la vivienda?
—Bueno, se vienen aplicando. De hecho, en Galicia, una de las últimas medidas de modificación del impuesto sobre la renta para este año va en esa línea: bonificar a determinados propietarios por las obras que realicen para poner en alquiler sus viviendas. Las medidas fiscales pueden ayudar, pero no van a ser la solución al problema de la vivienda, que tiene muchas aristas. Las soluciones vendrán más por la vía regulatoria o por cuestiones como la inversión pública en vivienda para alquiler, que es uno de los problemas que arrastramos desde hace años y que ningún Gobierno ha afrontado. Ahora, si se plantea, nos vamos a encontrar con problemas como consecuencia de la no aprobación de los Presupuestos.