Eugenia Pérez, directora xeral de FP: «La FP tiene una facilidad tremenda para que consigas trabajo de forma inmediata»

EDUCACIÓN

Sandra Alonso

En Galicia, un 51, 4 % de los jóvenes de 18 y 19 años escogen la formación profesional como vía para estudiar y conseguir el ansiado contrato indefinido. «Cada vez son más los que la prefieren como primera opción, lo tienen clarísimo», señala

29 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando Eugenia Pérez Fernández (Baiona, 1964) afirma que la formación profesional ha sufrido una revolución silenciosa, lo dice mucho más allá del ánimo de promoverla. Lo confirma con conocimiento de causa, porque la directora xeral de Formación Profesional es economista de profesión, pero lleva desde el 2002 vinculada a la consellería y durante diez años fue subdirectora xeral. También con datos, ya que este curso se ha batido un nuevo récord de matriculación en Galicia con 68.823 alumnos y un crecimiento del 7?% en un año. Queda mucho por hacer, asegura, pero la FP ha demostrado ya ser mucho más que una alternativa a la universidad: «Muchos con carrera vienen a ella para acceder al mercado laboral».

—¿Por qué, aun con ciclos de FP de inserción laboral inmediata, muchas veces la demanda de las empresas no se corresponde con la del alumnado?

—Vivimos en un mundo con muchísima información cambiante, pero de todas formas, yo creo que sigue funcionando y teniendo mucha importancia lo que te dicen las personas más cercanas, a nivel de amistad y de familia. Yo creo que la formación profesional ha venido evolucionando de una forma significativa, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo. Todos los años batimos récord de matrícula y cada vez hay más demanda. Eso indica que hay muchas más personas que optan por ella como primera vía de forma decidida, lo tienen clarísimo. Y luego, hay que pensar que cada uno tiene que hacer lo que le gusta, lo que cree que le puede dar una forma de vida acorde con sus intereses.

—¿Aumenta también el alumnado de la universidad que ha pasado antes por la FP o al revés?

—Es que en ningún caso es limitativo. Si uno hace un grado universitario, luego puede hacer una formación profesional, y viceversa. La FP de grado superior y la universidad son, en ambos casos, enseñanza superior, y ahí hay unas concordancias que permiten que se pueda ir pasando de uno a otro. Dicho esto, yo creo que cada vez hay más personas que tienen claro que la formación profesional es lo que quieren hacer. Y yo creo que eso también es porque es una formación útil; también bastante rápida, porque estamos hablando de dos años en general; además, es teórico-práctica y muy próxima a la empresa, todos los alumnos pasan por ella, aparte de los talleres, laboratorios, ensayos educativos... Y tiene unas tasas de inserción elevadísimas y una facilidad tremenda para que consigas un trabajo de forma inmediata.

—¿Las empresas se rifan a los técnicos?

—Estamos en un momento de cambios tecnológicos muy rápidos que hacen que las empresas también tengan una grandísima demanda de estos profesionales. Cualquier sociedad desarrollada lo que necesita son personas técnicas, técnicos bien formados y cualificados para poder trabajar en los diferentes sectores en donde está la mayor parte del empleo. Y ahí en Galicia sí que te puedo decir que, según los últimos datos del Ministerio de Educación, estamos en un 51,4 % de personas que hacen formación profesional, y la media española estaba en un 36 y pico. Evidentemente hay otros países, como Finlandia, donde están en un 68 %.

—Todavía nos cuesta asociar con el paro cero a oficios tradicionales como la ganadería, por ejemplo.

—Las empresas tienen una gran necesidad de mano de obra cualificada. Los oficios más tradicionales ahora también tienen todos un componente tecnológico y digital, porque el hecho de que el que trabaja en una explotación ganadera tenga una formación que le permita manejar toda la informatización y la digitalización, para un empresario es muy importante. Ahí está el valor añadido de todos los titulados de FP, sea cual sea la profesión, desde las más tradicionales hasta las más nuevas. Con esa formación pueden desarrollar el trabajo de una forma más ágil y con unos conocimientos que a veces no tienen otras personas que llevan tiempo trabajando.

—¿Qué sectores son los de mayor demanda profesional? ¿Qué se necesita más en Galicia?

—Tenemos pleno empleo, por decirlo así, una inserción del 100 %, en más de 20 ciclos formativos, según el último estudio. Y hay familias profesionales de inserción altísima desde el sector servicios, como, por ejemplo, la hostelería. Luego, edificación y obra civil, que cuenta con inserción y demanda altísimas. Destacan las actividades físicas, pero además tenemos instalación y mantenimiento, incluidos los ciclos superiores de mecatrónica, que se dirigen a una profesión relativamente nueva. Y los ciclos de frío y de calor. Aunque falta mucho por visualizar, en familias como la mencionada de edificación y obra civil, que tradicionalmente no tenían gran demanda por parte del alumnado, en este curso hemos visto un incremento de un 18?% en la matrícula. Instalación y mantenimiento es la que más crece, con un 19?%.

—Es una inserción laboral rápida, pero estable y generalmente bien pagada.

—Sí, porque no estamos hablando de una inserción laboral con carácter general de salarios bajos, sino con salarios decentes, muy buenos en algunos casos. Cada vez la FP se diferencia menos de la universidad. Ahora hay algunas empresas de informática, que lo dicen ellas, no lo digo yo, que no diferencian entre un ciclo superior de informática o un ingeniero informático. Ya va a depender de la actitud de la persona, de las ganas que tenga de salir adelante y de cómo trabaje. Una persona joven que haga una FP y que tenga ganas de trabajar tiene posibilidades de hacerlo. Va a tener un salario que le permitirá independizarse, posiblemente, y va a poder hacer su vida.

—¿No son esos los intereses de los más jóvenes?

—La parte más joven de la población, a veces, son personas que quizás familiarmente todos hemos contribuido un poquito a que los tenemos muy protegidos, o se considera que lo que antes se hacía siendo más joven ahora se es demasiado joven como para hacerlo y que primero hay que formarse más. Obviamente, si una persona inicia una formación profesional básica, es superrecomendable que se siga formando. Pero también, si necesita trabajar o le gusta trabajar, lo va a poder hacer. Esas son las ventajas de la FP.

—Hay entre diez y doce mil menores de edad que no se están formando en Galicia, que se han descolgado de las aulas antes de finalizar la ESO.

—Efectivamente. Nosotros recientemente presentamos el plan FPGal 360, que es un plan de orientación profesional integral, y uno de sus objetivos es favorecer que el alumnado permanezca en el sistema educativo hasta que consiga una cualificación. El punto de inflexión es la formación profesional básica, porque es la vía para que ninguna persona abandone el sistema sin finalizar la ESO, sin tener una cualificación y la posibilidad de encauzarse y de seguir avanzando. Son un conjunto de actuaciones que van encaminadas a que puedan ir tomando decisiones con conocimiento y con información de lo que les gustaría hacer en su futuro y que sepan que pueden hacer la ESO, evidentemente, pero también irse al ciclo de FP Básica y van a conseguir el título de la ESO igualmente, y a mayores, una cualificación profesional.

—Cuando alguien estudia una carrera, se piensa mucho en el máster posterior. Pero si hablamos de buscar la inserción laboral, ¿deberíamos empezar a hablar más de la FP? Tiene una duración similar a la del máster, no supone tanta inversión y los resultados en muchos casos saltan a la vista...

—Yo creo que se está empezando a ver. En muchos casos, las personas que tienen una carrera vienen a hacer un ciclo luego, porque saben que así pueden acceder al mercado laboral de forma rápida, algo que de otra forma a lo mejor no pueden, o no son capaces de acceder a las empresas que les interesan. Sin embargo, a través del ciclo, sí. A veces, también vienen porque les sirve de especialización o para saber hacer. Una persona, cuando estudia un grado universitario, no tiene el componente práctico de la formación profesional; por lo tanto, muchas veces, cuando llegan a los ciclos y ven que en la primera semana ya están metidos en un taller o en un laboratorio, dicen: «Ah, pero claro, yo esto no lo vi en varios años de grado universitario».

—¿Mejora mucho la inserción laboral el hecho de que la modalidad sea dual intensiva?

—La dual general es aquella en la que están entre un 25 y un 35 % del tiempo en la empresa y no es remunerada necesariamente, mientras que la dual intensiva es en la que el alumno está entre un 35 y un 50 % del tiempo en la empresa, y aquí en Galicia es remunerada. Cuando nos referimos a la dual intensiva, que es esa dual en la que el alumno está prácticamente un año en la empresa, entre primero y segundo, estamos hablando de una inserción siempre del 100 % prácticamente. ¿Por qué? Porque antes de iniciar la formación hay un consenso, una conjunción ya entre la empresa, el centro y la consellería de cuál es la formación que necesitan, las personas que quieren contratar. Entonces, ya se hace una formación muy a medida de las necesidades de la empresa.