María Guardiola, presidenta de Extremadura gracias al apoyo de Vox

La Voz REDACCIÓN

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La nueva presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola
La nueva presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola Jero Morales | EFE

Los cinco votos de diputados del partido de Abascal permiten al PP gobernar en coalición la comunidad

14 jul 2023 . Actualizado a las 18:54 h.

María Guardiola, del PP, se ha convertido este viernes en la primera mujer que presidirá la Junta de Extremadura y también un gobierno de coalición en la región tras haber sido elegida con el apoyo de los 33 diputados del bloque de la derecha.

Con el respaldo de los 28 diputados del PP y los 5 de Vox, que juntos suman un escaño más que el bloque de la izquierda, ha sido elegida en el pleno de investidura que el Parlamento regional ha celebrado desde este pasado jueves.

Será también la primera cacereña que estará al frente del Ejecutivo autonómico -hasta ahora presidido por pacenses-, que aspira a dirigir con «seriedad, estabilidad y lealtad» durante los próximos cuatro años, algo que Vox le ha garantizado otorgándole un «voto de confianza». 

En su discurso de investidura, Guardiola ha asegurado que se hará cargo de las políticas de Igualdad y pide «lealtad para un gobierno de cuatro años». «Aspiro a cuatro años de seriedad, estabilidad y lealtad; una lealtad que no debe ser confundida con la sumisión y la ausencia de espíritu crítico», dijo Guardiola para defender el acuerdo con Vox en la que ha sido su única referencia directa a esa formación.

La candidata popular se ha presentado ante el pleno de la Asamblea con un discurso conciliador, en el que ha tenido más buenas palabras que reproches a su predecesor, el socialista Guillermo Fernández Vara. Guardiola pone fin a ocho años de mandato del PSOE, que se impuso en las pasadas elecciones autonómicas pero que, con 28 parlamentarios, no tuvo opciones de formar una mayoría con los cuatro de Unidas por Extremadura.

Aunque de forma tangencial, Guardiola no ignoró su cambio de criterio entre la constitución de la Asamblea, el 20 de junio, y la firma del pacto de gobierno el día 30. En el primer caso, aseguró que no podía dejar entrar en su ejecutivo a un partido que ignora la violencia machista, deshumaniza a los inmigrantes y desprecia el colectivo LGTBI. Diez días después, firmó el acuerdo que da a Vox una consejería. «Mi falta de experiencia política me ha jugado alguna mala pasada, pero creo que eso que algunos llaman bisoñez, y otros más generosos, frescura, no debe ser un demérito», apuntó. Y en el tramo final de su discurso defendió que actuó guiada por el corazón. «Lo que a veces pueda verse como inconveniencia no es otra cosa que compromiso, honestidad, arrojo y convencimiento».

Solo al final de su intervención citó de forma expresa a su socio de gobierno. Para ello, puso como ejemplo la coalición entre PSOE y Podemos en Madrid, que a su juicio «han pasado cuatro años desdiciéndose mutuamente». En su lugar, aspira a una relación estable, basada en la lealtad pero sin sumisión. «PP y Vox tienen claros los límites que marca el acuerdo firmado», apuntó. «Y en ese marco todos debemos actuar con respeto, anteponiendo la causa que nos une a las discrepancias que nos puedan surgir».

La candidata popular también ha tenido palabras para el portavoz de Vox, Ángel Pelayo Gordillo, a quien ha agradecido el tono de su intervención. «Hemos apartado lo que nos diferencia y nos hemos centrado en lo importante», ha indicado.

Asimismo, ha insistido en que ha tenido las manos libres para llegar al acuerdo con Vox y que no se trata de ningún experimento ni un «pacto de perdedores», como afirma el PSOE, sino de un cambio político que materializa el deseo mostrado por los extremeños en las urnas.

Un esprint desde el anonimato a la presidencia extremeña

La nueva presidenta de la Junta de Extremadura, la popular María Guardiola, ha pasado de ser una política prácticamente desconocida, incluso para muchos simpatizantes del PP, a acaparar portadas y abrir telediarios, en una carrera de 363 días desde que accedió al liderazgo de su partido.

Guardiola (Cáceres, 1978), funcionaria de profesión, casada y con dos hijos, alcanzó el cénit de su popularidad el pasado 20 de junio con una sola frase. «Yo no puedo dejar entrar en el Gobierno a quienes niegan la violencia machista», subrayó Guardiola minutos después del choque con Vox que «regaló» al PSOE la presidencia de la Asamblea de Extremadura. Estas «pasionales» declaraciones, como ella las ha calificado después, dieron la vuelta a España y provocaron reacciones a favor y en contra.

A partir de ahí, Guardiola, que había venido defendiendo con ahínco su deseo de gobernar en solitario y de una Extremadura «inclusiva, moderna, respetuosa, permeable, solidaria y responsable», y «donde el amor no admite matices», fue esclava de sus palabras.

Y cuando finalmente cristalizó el acuerdo entre PP y Vox para conformar un Gobierno de coalición, con la cartera de Gestión Forestal y Mundo Rural en manos de la formación de Santiago Abascal, su imagen pública y su credibilidad saltaron por los aires. En esos días frenéticos, en los que su reacción causó malestar en el seno de su partido y se abrió la posibilidad de una repetición electoral, la agencia Rebellius Words dejó de asesorarla al filtrarse unos audios en los que su CEO, Santiago Martínez Vares, arremetía contra Vox.

Escogida en la etapa de Casado

Muy lejos parece ahora la fecha del 16 de julio del 2022, cuando fue proclamada presidenta del PP de Extremadura con el 98 % de los votos. Escogida para el cargo en la etapa de Teodoro García Egea como secretario general del PP y del cacereño Alberto Casero como responsable de Organización del partido, la apuesta por ella se mantuvo a pesar de la caída en desgracia del entonces líder del PP, Pablo Casado, y la llegada de Alberto Núñez Feijoo.

Funcionaria de carrera, con título superior de economista de la Administración autonómica y con plaza como jefa de sección de Promoción de I+D de la Consejería de Economía, Guardiola saltó a la política local cacereña en el 2015 con la alcaldesa Elena Nevado, que la situó al frente de la Concejalía de Transparencia, Innovación, Economía, Hacienda y Desarrollo Tecnológico.

Áreas que ya dominaba, pues había sido secretaria general de Economía y Hacienda (2012) y de Ciencia y Tecnología (2014) con el Gobierno regional de José Antonio Monago. Previamente, fue jefa del Servicio de Atención a Mayores de la Consejería de Sanidad y Dependencia, y responsable del Servicio de Gestión Presupuestaria de la Consejería de Empleo.

Con la llegada del PSOE a la alcaldía de Cáceres en el 2019, pasó a la oposición, pero en el seno del partido ascendió poco a poco hasta ser portavoz de los populares en esta provincia y miembro de la Junta Directiva y del Comité Ejecutivo regionales.

Tras una profunda renovación de las candidaturas para las elecciones autonómicas, con un 80 % de caras nuevas y un 52 % de mujeres, se presentó a las elecciones autonómicas con un programa de Gobierno que recogía 861 propuestas fruto del proceso participativo.

Y el 28M deparó el triunfo del PSOE, pero el PP, con el mismo número de escaños, 28, y los cinco diputados de Vox, tenía en el bolsillo la llave para gobernar. «No siento ni vértigo ni temor» ante el mandato de los votos, aseguró Guardiola la noche electoral en un discurso exultante en clave de victoria.

Ahora, por fin, después de varias semanas de sobresaltos y el tutelaje de la dirección nacional de su partido para reconducir las negociaciones con Vox, ya es la primera mujer que preside la Junta de Extremadura.