Abascal, en su caladero de Ribeira para pescar voto europeo

Tomás García Morán
Tomás García Morán RIBEIRA / LA VOZ

ELECCIONES GALLEGAS 18F

El líder del Vox sale a la ría con un grupo de marineros y admite que su partido no tiene opciones el 18F, porque la Galicia de derechas prefiere el voto útil del PP

06 feb 2024 . Actualizado a las 15:18 h.

El Meteoro Tercero espera impoluto a Santiago Abascal, se intuye el trabajo concienzudo de anoche. Pero un imprevisto amenaza con arruinar la visita: durante la madrugada, la tripulación de otro barco ha descargado el aparejo a la vaiche boa y el pantalán está hecho una calamidad. En el puerto de Ribeira esperan al líder de Vox para aprovechar el impulso de las movilizaciones del campo y que el 15M agrario no se olvide de la agricultura del mar. Fran, el patrón del palangrero, tiene unas palabras con un operario que intenta desenredar el pertrecho y no quiere pagar los platos rotos.

-Oes, hai que limpar todo en cinco minutos que ven Santiago Abascal.

-Quen ven?

- Abascal.

- O de Forja Nueva? 

- Sí, e esto da verghonsa.

- A min non me berres. Eu son un mandado que ven aquí a gañar dúas pesetas. Dislle que cho arregle a Santiagho Abascal.

Para cuando el equipo de Vox enfila el pantalán, las aguas se han calmado y un rápido reacomodo de cajas y boyas ha dejado la escena medianamente presentable. 

Al líder de la formación lo acompañan un equipo de cinco cámaras, que incluye un operador de dron, dos asesores y no menos de cinco escoltas. En el barco ejercen de anfitriones Manuel Abad, subastador de la lonja, y Marcos Monte Muiño, marinero.

Las reivindicaciones del mar son las mismas que han prendido la mecha de las tractoradas: derogación de las políticas europeas, rebaja de las cargas fiscal y burocrática, enmienda a la totalidad de la agenda verde. El puerto de Ribeira, le explican al líder de Vox, se está quedando sin flota. El conflicto con Argelia, país al que se exportaba lirio hasta la ruptura de las relaciones comerciales, la protección del pez espada, las cuotas, las tasas o la amenaza de la eólica marina son las principales quejas. 

Todo esto ha convertido a la capital del Barbanza en el gran fortín de Vox. Un fortín de apenas el 9 % de los votos, pero que supone el doble de los apoyos obtenidos en la comunidad en las generales de julio. Galicia sigue siendo la segunda autonomía en la que los de Abascal obtienen menos votos, solo por detrás del País Vasco. Y bajando: en noviembre del 2019 sacaron un 7,82%. Y en las últimas, apenas un 4,7%.

Sottovoce, en el equipo de Vox admiten que no hay nada que hacer el 18F.  Le preguntamos al líder del partido lo que desde hace años nos preguntan muchos colegas de Madrid. ¿Por qué en Galicia nunca ha prendido Vox? «Es muy difícil conseguir algo cuando partes de cero. Y aquí la gente ha sido pragmática y siempre ha preferido malo conocido, por miedo a que venga la izquierda, aunque muchos compartan las ideas de Vox», explica. «Hay mucha gente harta con temas como la emigración, las cesiones a los nacionalistas, el feminismo radical, el desmantelamiento de sectores clave… Gente de orden que quizá en Galicia hasta ahora ha preferido el voto útil del PP». El argumentario contra la nueva religión del ecologismo y los apóstoles urbanos de la agenda 2030 se lo sabe Abascal como un opositor a notarías. 

El paseo en el Meteoro Tercero es corto, apenas a la bocana del puerto, no vaya a ser que nos etiqueten de fodechinchos. Bajamos del barco, gira la vista hacia la tripulación que acaba las últimas tareas de atraque, y se lamenta Abascal: «¿Qué hacemos con esta gente?¿Lo mandamos todo a tomar por saco?».

Ya en tierra, el líder de Vox no rehúye ningún tema. Le resta importancia a la ausencia de liderazgo en Galicia, agravada por el adelanto electoral, porque cree que el liderazgo son las ideas del partido (por no decir él mismo).

A escala nacional, considera que Feijoo está en una posición compleja, por la dificultad que supone tener que desplegar un liderazgo sin privilegios territoriales, cuando tienes el poder autonómico que tiene el PP. Censura la que considera excesiva mansedumbre de Feijoo con Sánchez. El gran ejemplo, destaca, es la situación del Senado. «Hay que echarle valor, y si hay que arriesgarse a una condena por prevaricación dentro de unos años por no tramitar una ley, pues habrá que arriesgarse. ¿No dice Aznar que cada uno ayude en lo que pueda?». Además, pronostica sin titubear que el nuevo lehendakari será de Bildu

El propio Abascal palpa las dificultades de Vox en Galicia durante un breve paseo por el mercadillo. Mucho selfi, «Santi, acaba con ellos», pero también alguna confesión en voz baja de que en estas elecciones no le van a votar. «Pero no os olvidéis en las Europeas de mayo», rebate el líder de Vox. 

Saliendo del puerto, Marcos Monte le hace una oferta que sabe que no podrá rechazar: «Santiago, ¿que?¿hacen unas cañas por España?». Y se van al bar de la lonja, con todo el séquito y el grupo de Vox-Barbanza, a seguir arreglando el país. 

Aunque antes, justo al abandonar la dársena, nos encontramos con un joven marinero que carga de nasas una pequeña chalupa. Y Abascal vuelve a escuchar una respuesta memorable:

-¿Con esto qué pescas?

-Pulpos, centollos, nécoras…

-¿Y cuántos pulpos te dejan coger?

-¿Leghal?