Toda la presión sobre Sánchez, a quien PP y Podemos exigen que diga si elegirá a Rajoy o a Iglesias

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ELECCIONES 2016

El líder socialista no aclara si permitiría gobernar a Podemos

10 jun 2016 . Actualizado a las 08:25 h.

Toda la presión para Pedro Sánchez. El secretario general del PSOE afronta el inicio de la campaña electoral en el peor escenario posible. Superado claramente por Unidos Podemos, según confirmó ayer la encuesta del CIS, y por tanto sin posibilidades de ser presidente del Gobierno, se enfrenta a 15 días muy difíciles. Por un lado, tendrá que pisar el acelerador al máximo para movilizar al potencial votante socialista, que ha admitido está desanimado, tratando de evitar el desastre que vaticinan los sondeos, y por otro sus adversarios políticos le podrán a la defensiva instándole una y otra vez a que diga cuanto antes a quién apoyará para llegar a la Moncloa, si a Mariano Rajoy o a Pablo Iglesias.

La primera posibilidad la ha descartado tajantemente; de la segunda no quiere ni hablar, porque no admite que se vaya a producir el sorpasso. «Mi experiencia es que los españoles tratan mejor a los socialistas que las empresas demoscópicas», aseguró tras conocer el varapalo que prevé el CIS. Ajeno a lo que vaticinan todos los sondeos, insistió en que el PSOE está en «mejores condiciones y con más opciones de ganar» las elecciones que el 20 diciembre. Sobre los posibles pactos poselectorales, solo dijo que «no va a vetar a ninguna fuerza del cambio».

Mientras el líder del partido no daba pistas de si permitiría que Iglesias fuera presidente, el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, aseguró que los acuerdos deben «hacerse desde la centralidad política, no por los extremos», lo que parecía descartar un pacto con el PP y Podemos. Pero la número uno del PSC por Barcelona y mujer de la máxima confianza de Sánchez, Meritxell Batet, abogaba por un «pacto a la barcelonesa» entre el PSOE y Unidos Podemos, en referencia al reciente acuerdo alcanzado en Barcelona, donde el PSC ha entrado a formar parte del gobierno municipal dando su apoyo a la alcaldesa Ada Colau (Barcelona en Comú). Batet recordó que el PSOE «nunca ha fallado al cambio», como se ha demostrado en alcaldías como Madrid, Barcelona, Zaragoza o Valencia, donde los socialistas «no hemos pedido nada a cambio».

El PSOE, árbitro

El PSOE se aferra al alto porcentaje de indecisos y a que es el partido preferido. La presidenta andaluza, Susana Díaz, quiso insuflar ánimos a las alicaídas filas socialistas y advirtió a quienes «se emborrachan de encuestas» que «el PSOE es mucho PSOE».

Tanto el PP como Podemos no perdieron el tiempo para poner el balón en el tejado de Sánchez. Con el viento a favor al inicio de la campaña, Pablo Iglesias afirmó que si se confirman los resultados que pronostica el CIS llamará al líder socialista la misma noche electoral para ponerse de acuerdo en la formación de Gobierno progresista y que le parecería bien que Sánchez ocupara la vicepresidencia, como reclamo él tras el 20D. Señaló que al PSOE será el «árbitro» de la situación y deberá elegir entre permitir que gobierno Unidos Podemos o el PP. «Tenemos muchas posibilidades de formar gobierno y para eso necesitamos al PSOE», subrayó. En la misma línea de pronunciaron el secretario político, Íñigo Errejón, y el de Organización, Pablo Echenique, que instaron a Sánchez a elegir.

Rajoy: Es un estímulo

Mariano Rajoy se limitó a decir que el PP sigue siendo la fuerza más votada con claridad, lo que es un «estímulo». «Nosotros tenemos la confianza de los españoles y vamos a trabajar para ganarnos más confianza todavía», manifestó. El presidente del Gobierno en funciones sabe que, con los pronósticos sobre la mesa, su única opción de repetir como presidente es contar con el apoyo del PSOE, ya que con Ciudadanos queda muy lejos de sumar los apoyos suficientes para ser investido. Para su estrategia le viene muy bien que Unidos Podemos supere a los socialistas porque así sería mucho más difícil que hubiera un Gobierno de izquierdas.

Por eso, el vicesecretario general de Comunicación, Pablo Casado, advirtió al PSOE de que deberá elegir entre hacer presidente a Iglesias o dejar gobernar a Rajoy. «El PSOE va a tener que elegir entre hacer presidente a Pablo Iglesias que supuestamente es lo peor de lo peor, comunista y bolivariano, o permitir que gobierne la lista más votada como han hecho sus compañeros en los gobiernos socialdemócratas europeos y en la propia Comisión Europea», señaló.

Ciudadanos encara la campaña en tierra de nadie, con el propósito de no perder terrenos en unas elecciones en el que la polarización le perjudica claramente. Albert Rivera se aferró a la leve subida que otorga el CIS a su partido para señalar que «se consolida en un espacio de centro político». Rivera insistió en que «hay gente que quiere cambio pero no desde los extremos».