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Pasar de comunista a socialdemócrata en 24 meses, subir el IVA y la luz tras prometer que no se tocarían o negar cualquier negociación con el «populismo» para buscarla poco después son algunas de las contradicciones de los principales aspirantes el 26J
21 jun 2016 . Actualizado a las 21:16 h.Giros ideológicos, matices programáticos o contradicciones que dan la vuelta a un ideario como si fuera un calcetín. Así es la evolución ideológica o pragmática de los cuatro principales candidatos a las elecciones del próximo domingo, que han ido adaptando sus intervenciones a las circunstancias, las negociaciones o a los cambios en las sensibilidades de sus potenciales votantes sin que en sus mejillas asomase ningún rubor. De los cambios en las etiquetas ideológicas de Pablo Iglesias y Albert Rivera -ambos declarados socialidemócratas en algún momento de su vida- a los virajes radicales en el apoyo u oposición a algunas medidas gubernamentales de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, en asuntos como los impuestos o el envío de tropas a Irak, este es un repaso de las principales declaraciones de los líderes en los últimos años:
Rivera: del declarado «centro-izquierda» a la democracia liberal
El líder de Ciudadanos no tenía ningún inconveniente hace unos años en usar todas las etiquetas necesarias para explicar la ideología de su formación y en el año 2008 declaraba que su formación era «liberal progresista», «socialdemócrata» y de «centro-izquierda». «El partido se ubica estratégicamente en ese espacio», señalaba entonces Rivera, que ahora no tiene inconveniente en mirar a izquierda y derecha en busca de un pacto.
Mucho menos tiempo le hizo falta al presidente de la formación naranja para cambiar su política de pactos, que pasó de un no rotundo a apoyar a Sánchez o a Rajoy a negociar intensamente con el PSOE mientras trataba de integrar también el proceso a los populares.
Cuando Pedro Sánchez abominaba de los «populismos»
Aunque el líder socialista quizá preferiría olvidarlo, la videoteca nos recuerda que Sánchez necesitó solo un mes para pasar de oponerse al envío de tropas a Irak y Siria y el uso de las bases aéreas españolas a todo lo contrario. Por aquella época, finales del 2014, también pasó de negar de forma categórica cualquier atisbo de recuperación económica a admitir, en solo dos meses, que España comenzaba a ir mejor.
Hace menos de dos años el socialista también decía: «No pactaré con el populismo», aunque poco después decía ya que sus votantes no entenderían que no se intentase negociar con Podemos, lo que después llevó a la práctica tras el 20-D.
Rajoy y todo lo que dijo que no iba a hacer
Cuando un político es tan llano en sus declaraciones como el presidente del gobierno en funciones resulta muy complicado que sus contradicciones puedan vestirse de matices. Rajoy dijo sucesivamente, de 2010 a 2012: «La subida del IVA es un sablazo de mal gobernante», «No voy a subir impuestos» y «El tipo general del IVA aumentará tres puntos».
Similar giro se produjo con cuestiones como el abaratamiento del despido, el copago sanitario, el poder adquisitivo de las pensiones o el rescate bancario. «Lo último que haría sería inyectar dinero público», aseguró antes de hacerlo.
Iglesias un día fue comunista
Su adscripción ideológica y sus filias políticas han sufrido una metamorfosis en solo dos años. «Yo soy comunista», decía el líder de Podemos en abril de 2013 y un año después añadía: «El enemigo es la lógica capitalista». En junio del 2016, no solo él había dejado de ser comunista para abrazar la socialdemocracia, sino también los mismísimos Karl Marx y Friedrich Engels.
Sobre Venezuela y el chavismo, Iglesias declaró en mayo de 2015 que prefería a Chávez y a Maduro que a Rajoy y Zapatero, para nombrar a este hace solo unos días «el mejor presidente que ha tenido nuestra democracia».