Cuando el cielo cae sobre nuestras cabezas

> Marcos Pérez

ESCUELA

Prensa-Escuela publica un e-studio de noticias sobre meteoros y asteroides

03 abr 2013 . Actualizado a las 13:07 h.

Poco después del incidente de Cheliábinsk La Voz de la Escuela publicó en la página 7 una noticia sobre el evento. Y esta semana acabamos de publicar un e-studio que mantiene el clásico esquema de las unidades didácticas: objetivos, contenido, actividades y recursos. Y es que el tema interesa mucho a los escolares y así lo comprobamos en la gran cantidad de preguntas que recibimos en la sección del Programa Prensa-Escuela Pregunta a un científico. El e-studio se puede consultar en la web del programa (www.prensaescuela.es), en la sección Sala de profesores.

La caída de un meteorito o el descubrimiento de un asteroide que amenaza con chocar contra la Tierra son noticias que despiertan no solo interés, sino también un poco de miedo. Al fin y al cabo, todo el mundo sabe que unos animales tan formidables como los dinosaurios desaparecieron a causa de la caída de un gran meteorito hace 65 millones de años. Y no solo los dinosaurios, sino también la mayoría de los seres vivos que poblaban nuestro planeta. En las últimas semanas el paso del asteroide más próximo jamás detectado cerca de la Tierra y la espectacular caída de un meteorito en Rusia han vuelto a poner de moda esta amenaza extraterrestre. En realidad, se trata de una moda recurrente que ya tuvo gran auge a finales del siglo pasado, cuando en las carteleras coincidieron dos películas sobre el tema: Armageddon y Deep Impact. Desde el punto de vista científico, ambos filmes eran un absoluto desastre, pero al menos ayudaron a concienciar a la sociedad del riesgo que suponen estos objetos procedentes del espacio.

Hasta hace unos años resultaba muy difícil detectar pequeños objetos cercanos a la Tierra, ya que, con tamaños de entre varios metros y unos kilómetros de diámetro, apenas brillan en el cielo. Esto cambió con la instalación de redes de telescopios automatizados que cada noche fotografían el firmamento y permiten detectar estos objetos, conocidos por los científicos como NEO, siglas que significan Near Earth Objects u objetos cercanos a la Tierra. Lógicamente cuanto más grande y próximo sea el objeto más fácil resultará localizarlo, aunque después hacen falta meses de observación para calcular su órbita y saber si se encuentran en rumbo de colisión con nuestro planeta. Afortunadamente, ninguno de los detectados hasta ahora suponen una amenaza real.