A mí también...¡Me apetecen las vacaciones!

catemo educación Foto: Marcos Míguez

ESCUELA

Disfruta del descanso y analiza lo que has aprendido sobre ti a lo largo de este curso

21 ago 2025 . Actualizado a las 09:08 h.

Aunque parezca increíble, llegan las merecidas vacaciones. Este es un buen momento para reflexionar sobre lo que hemos aprendido. Y no nos referimos a contenidos académicos, sino a otro tipo de aprendizajes que os hemos ido proponiendo en nuestra sección. Podemos agrupar todos los artículos que hemos publicado en dos categorías: el desarrollo de algunas competencias y la gestión de las emociones.

Competencias

Entre las competencias trabajadas a lo largo de este curso, os hemos invitado a desarrollar:

? La responsabilidad. Ser responsable es entender que somos dueños de las cosas que nos pasan, de cada pensamiento, palabra y acción. La forma de desarrollar esta competencia es realizando pequeñas tareas diarias, como la de hacer la cama todos los días, para entrenarnos para tareas más complejas.

? La autonomía emocional. Muchas veces tomamos decisiones por lo que los demás esperan de nosotros o por las necesidades de otros, sin ser conscientes de lo que realmente nos gustaría hacer. Desarrollar la competencia de la autonomía emocional es aprender a avanzar por el camino que nosotros elegimos sin depender de la validación de los demás. Esto implica:

Aprender a poner límites. Priorizar lo que queremos, comunicar con asertividad nuestras decisiones, prioridades y límites, con seguridad y sin sentimiento de culpa.

Dedicar tiempo a conocernos. Aprender a poner en orden no solo nuestra habitación, sino también nuestro interior. Ser conscientes de lo que pensamos y sentimos, y organizar nuestras ideas y pensamientos, para establecer nuestras prioridades.

Aprender a tomar decisiones. Decidir implica renunciar a otras opciones, poder equivocarnos y exponernos a que nos cuestionen. Si entendemos que cada elección es una forma de priorizar unas cosas sobre otras, tomaremos decisiones más auténticas y satisfactorias.

? La automotivación. La capacidad de motivarse a uno mismo. Las personas automotivadas son las que se animan a sí mismas a seguir trabajando para lograr sus objetivos, incluso cuando se encuentran obstáculos en el camino. El objetivo es conseguir reenfocar nuestra energía en lo que realmente importa, reconocer nuestros logros y encontrar sentido a cada esfuerzo que hemos realizado, incluso aunque no hayamos conseguido los resultados esperados.

Es verdad que hay momentos en que esto nos puede resultar más sencillo y otros en los que realmente nos cuesta mucho. ¿Qué podemos hacer en esos momentos tan difíciles? Pues recurrir a las personas vitamina de nuestro entorno. ¿Os acordáis? Son esas personas que nos llenan de energía, nos inspiran y nos ayudan a ver el lado positivo de la vida, que siempre lo hay. Con ellas somos capaces de disfrutar incluso de días grises, y tienen la habilidad de arrancarnos siempre una sonrisa.

Emociones

Este curso os hemos presentado diferentes emociones. Es importante recordar que las personas nos comportamos desde nuestras emociones, por eso es fundamental aprender a identificarlas y tomar conciencia de ellas. Todas las emociones que sentimos son válidas, nos dan información para poder relacionarnos con nuestro entorno. Lo relevante es aprender a ponerles nombre y buscar la estrategia más adecuada para gestionarlas. Hemos profundizado en emociones como:

? La envidia. Nace del deseo de tener algo que otras personas tienen y nosotros no, lo que nos genera emociones desagradables. Es importante poner en valor las cosas que tenemos y no solo fijarnos en lo que no tenemos.

? La tristeza. Si nos sentimos con pocas ganas de hacer cosas, nos apetece estar solos o tenemos ganas de llorar… pueden ser indicadores de que tenemos algún nudo pendiente de deshacer, y es importante prestarle atención para contribuir a nuestro bienestar actual y futuro. Cada uno debe encontrar la mejor forma de expresar la tristeza, de deshacer esos pequeños o grandes nudos.

? La soledad. Si estando solo o acompañado experimentas incomprensión, desconexión o vacío, puede ser un indicio de la emoción de la soledad. Sentirnos así de vez en cuando es normal, pero si observamos que esta emoción está presente en nosotros a lo largo de todo el día y durante varios días, quizás es el momento de pedir ayuda a un adulto que pueda ayudarte a vivirlo de una manera diferente.

? El miedo, la ansiedad y el estrés. Aprendimos a distinguirlos:

El miedo. Es la alarma que suena cuando hay un peligro real e inminente. El miedo es también parte de la sensación de inseguridad que muchas veces sentimos, cuando creemos que no vamos a ser capaces de aprobar un examen, hacer una presentación en público, gustarle al chico que nos gusta, etcétera.

La ansiedad. Es esa sensación de preocupación constante, de que algo malo va a pasar, aunque no se sepa exactamente qué. Tiene un componente mucho más mental: preocupación por todo y por nada, es ese sentimiento de estar agobiado.

El estrés. Es la reacción fisiológica de tu cuerpo a una demanda o presión. Puede ser bueno y positivo (como la adrenalina que te ayuda a dar lo mejor de ti en un partido o antes de un examen) o negativo (cuando te sientes abrumado por la cantidad de trabajo que tienes, o la dificultad de un proyecto, examen o tarea).

? La ira y el enfado. A veces se utilizan como sinónimos, pero la diferencia fundamental es la intensidad de la experiencia emocional. La ira es más intensa y el enfado es más leve, pero muchas veces es el inicio de la ira.

¿Es posible enfadarse bien? Por supuesto que sí, existe lo que llamamos el enfado asertivo, que nos sirve para poner límites, hacernos respetar y expresar nuestra opinión de manera clara y respetuosa. Este tipo de enfado tiene una función muy positiva: cuidar de nosotros y saber comunicar adecuadamente a los demás nuestras preferencias. 

Vivimos en un entorno donde estamos sobreestimulados, así que es importante establecer tiempos y rutinas que nos permitan buscar momentos de calma y de serenidad. Actividades como hacer ejercicio regularmente, dar paseos, practicar la respiración, escuchar música relajante, dibujar, pintar, bailar… Limitar conscientemente los tiempos de uso del móvil, de las redes sociales para desconectar digitalmente, dormir las horas suficientes… Estas actividades provocan estados emocionales más calmados que nos benefician a la hora de conseguir los retos u objetivos que cada uno se proponga.

¿Cómo te sientes en este final de curso e inicio de las vacaciones de verano?

El verano es el momento de disfrutar al aire libre con la familia o los amigos. Foto: Marcos Míguez