El día que echamos de menos «La Gioconda»

ESCUELA

Una reproducción de «La Gioconda» con miles de fotos de carné recibe a los visitantes de la Domus coruñesa.
Una reproducción de «La Gioconda» con miles de fotos de carné recibe a los visitantes de la Domus coruñesa. Eduardo Pérez

El robo de joyas del Museo del Louvre nos recuerda que el famoso cuadro desapareció en 1911

29 oct 2025 . Actualizado a las 10:43 h.

Habría que empezar por decir que lo del robo de unas joyas de un valor imposible de fijar en el Museo del Louvre no es comparable a la no desaparición de un Picasso en Madrid, sino mucho peor.

Recordemos que el cuadro Naturaleza muerta con guitarra se iba a llevar de la casa de un coleccionista privado de Madrid a Granada para una exposición, pero que nunca llegó a la ciudad andaluza (La Voz, 17 de octubre), pero el sábado 24 nos enteramos de que nadie lo había robado, como se denunció, sino que una vecina del dueño vio un paquete en el portal de su casa y se lo llevó pensando que era para ella. Resulta que los encargados de transportar ese y otros cuadros se lo dejaron olvidado, y eso que su dueño estaba supervisando las labores.

 Un despiste lo tiene cualquiera, claro, pero lo del 19 de octubre en el Museo del Louvre fue mucho más que eso, dice La Voz (20/10/2025), fue «de película»: cuatro ladrones subieron al primer piso con una plataforma elevadora que aparcaron en la calle, cortaron el cristal de una ventana y en menos de siete minutos se largaron con su botín de joyas de valor imposible de calcular porque es, sobre todo, histórico. Para hacernos una idea, una de ellas era una corona que se les cayó, y se pudo recuperar, que tiene 1.353 diamantes y 56 esmeraldas, y que perteneció a la emperatriz Eugenia de Montijo, casada con Napoleón III.

Pero este no es el primer robo que sufre el Louvre. Hace 114 años se publicó la noticia de que había sido sustraído nada menos que La Gioconda, aunque ni fue un robo espectacular ni, por no saber, se sabe a ciencia cierta cuándo se cometió. «Ayer al medio día se ha advertido […] la desaparición del famoso cuadro titulado La Gioconda, obra de inestimable valor, pintado por el célebre pintor Leonardo Vinci», daba por toda información La Voz el 24 de agosto de 1911. Y dos días más tarde decía que el original había sido robado «el 24 de Julio de 1910, para venderlo a un millonario yanqui, que lo reemplazó por una copia admirablemente hecha», que era la que desapareció un año después. Añadía que del Louvre habían desaparecido «otros cuadros valiosísimos».

 Un bulo interesado

Al poco tiempo, un camarero dijo que sabía quién era el ladrón de la Mona Lisa: «un monomaníaco» que visitaba a diario el museo para ver el cuadro le encargó el robo a un criado. Afirmaba que sabía dónde se ocultó, pero que no podía decirlo por agradecimiento al citado ladrón, aunque estaba dispuesto a revelarlo si le daban «200.000 francos y palabra de no molestar al raptor» (4/9/1911).

Dos días después, los investigadores estaban totalmente desorientados, pues tenían tantas pistas que lo mejor que podría pasar era que dieran «lo menos con media docena de Giocondas», así que los franceses se lo empezaron a tomar con humor: el periódico Le Matin ofreció «un premio de 5.000 francos a los ocultistas y sonámbulos que valiéndose de sus artes adivinatorias» llevaran al cuadro, en un llamamiento que alcanzó a las sibilas romanas, «a los sucesores del oráculo de Delfos» y hasta a las naipeiras gallegas. «Al premio ofrecido por el gran diario francés pueden optar lo mismo esos feriantes que tienen gorriones amaestrados que distinguen los colores de los papeles», añadía el periódico del 6 de septiembre.

El cuadro fue recuperado en Italia y devuelto a Francia, adonde llegó el 31 de diciembre de 1913, según La Voz del día siguiente. Días antes aclaraba que el ladrón no era en realidad ningún hábil caco contratado por un cerebro misterioso, sino un tal «Perugia» (Vincenzo Peruggia), que había confesado el robo y «trató de venderlo a varios anticuarios de París, Londres y Nápoles, y al multimillonario yanqui Pierpont Morgan» (27-12-1913).

Un anticuario de Florencia llamado Geri, «a quien se dirigió el raptor de La Gioconda, para negociar el cuadro famoso» fue quien lo denunció e hizo posible la restitución de la famosa pintura (18 de enero de 1913).

 ACTIVIDADES

1. Las sibilas son mujeres que en la Antigüedad griega y romana se atribuían poderes adivinatorios, pero, ¿qué son las naipeiras?

 2. Uno de los cuadros más famosos, «El grito» de Edvard Munch, fue robado no una, sino dos veces. Investiga cuándo, dónde y quién lo hizo.

3. El robo del «Códice Calixtino» de la catedral de Santiago (La Voz, 7 de julio del 2011) también quiso atribuirse, como posible vía de investigación, a una mano hábil que obedecía a un cerebro oculto. Indaga quién fue su autor y cuáles fueron sus malévolos motivos.

4. Los suscriptores pueden acceder a la Hemeroteca de La Voz desde lavozdegalicia.es/hemeroteca/. Un consejo: para tener éxito en la búsqueda, utiliza los cuadros que permiten acotar las fechas.